Quién es santa clos?

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

El pasado lunes, en uno de tantos trayectos que hago de casa hacia el trabajo o viceversa en el transporte público, fui testigo de un diálogo entre un niño y la que al parecer era su abuela. En éste el niño le lanzaba múltiples cuestionamientos acerca de cuánto faltaba para llegar a casa; que si podía utilizar el celular que no paraba de usar la abuela; que por qué su mamá llegaba tan tarde del trabajo y cosas por el estilo. La abuela solo le contestaba con monosilábicos y le decía que se sentara y no molestara a su hermana que iba a un lado.
Sin más, le pregunta acerca del título de este artículo ¿vendrá a mi casa santa clos este año?, ¿me traerá regalos?, ¿lo podré ver?, ¿vendrá con sus renos?, ¿irá a más casas?, la abuela solo lo miraba y no sé si por pena o por la falta de argumentos para dar respuestas contundentes, se quedó en silencio mirándolo sin saber que contestarle, el niño seguía con más preguntas y al ver que la abuela no le contestaba, entró en un monólogo contestándose para sí las preguntas y volteando para todas partes para ver si alguien del camión le daba alguna respuesta; luego hubo un silencio y el niño hizo el cuerpo curvo, la abuela se veía desolada y apenada por lo que estaba sucediendo, sin más lo toqué de la cabeza y para no hacer sentir mal a la abuela le dije lo siguiente al niño, –Santa Claus es el que hace todo lo posible para que tu mamá y tu abuela te hagan llegar los regalos que quieres para esta navidad, en eso, tanto la cara de la abuela como la del niño pasaron de la desilusión a generar sonrisas y empezaron a hablar de otras, no sin antes, el niño se abrazaba a la abuela, a unas cuadras se bajaron y la abuela me dio las gracias y el niño me sonrió.
Cosas como éstas pasan todos los días en la calle, en el mercado, en casa o, como este caso, en el camión, y quienes nos dedicamos a los temas educativos no hacemos otra cosa que armar hipótesis de porqué actuamos de una u otra manera y qué tanta veracidad argumentativa generamos con nuestros hijos, hermanos, amigos, estudiantes o con todas las personas con las que interactuamos. Muchas de las veces solo repetimos discursos publicitarios o lo que los medios de comunicación y las redes sociales dejan en nosotros y, queramos o no, todo pasa por lo educativo y de cómo se nos educó, si fue con modelos memorísticos, acríticos, dogmáticos o todo lo contrario.
A una pregunta tan simple como ¿quién es santa clos?, se pueden generar múltiples respuestas, lo mismo de esas que rayan en lo inverosímil, tales como que entrará por la chimenea en una casa de una unidad habitacional que carece de ésta, o que estacionará su reno para hacer entrega masiva de regalos y que no lo podrás ver ya que solo llega hasta que estás dormido.
En la lógica de los argumentos hay verdades, mentiras, falsedades y secretos (según el cuadrado de Greimás), cuánto de los discursos que decimos y argumentamos días a día tienen la categoría de verdad, cuántos de mentira, cuántos de falsedad y cuántos de secretos o, lo peor, cuántas respuestas a lo que nos preguntan o exigen de nuestra opinión se esfuman y no se desarrollan.
A los niños, como el caso del niño que cito en el artículo, les da por preguntar todo, está en nosotros responderles o voltearles la pregunta para que vayan construyendo conceptos que les permitan ser sujetos pensantes, o en su defecto, sujetos silenciosos y que se les engañe a diario, tal como sucede en tiempos electorales o cuando las autoridades toman decisiones por todos y el gran grueso de la población permanece en silencio por esa formación educativa que venimos arrastrando en México y que ni la Nueva Escuela Mexicana y mucho menos Recrea logrará revertir esa herencia maldita de no saber pensar y poder desarrollar un pensamiento crítico.

Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar