¿Qué sigue de la reforma educativa?
Jaime Navarro Saras*
Constantemente los profesores nos preguntamos acerca de los aprendizajes de los estudiantes y, en especial, nos cuestionamos sobre cuándo aprenden, cómo lo realizan y qué se considera un aprendizaje, es obvio que esta tarea no es nada fácil, si así lo fuera no habría problemas educativos y, menos, rezagos educativos en la población cuyo déficit se reflejan en todo momento y en todos los lugares, no sólo en los índices de la prueba PISA y demás instrumentos evaluativos de los aprendizajes.
Los reformistas de la educación reciente han hecho de los procesos educativos un acto banal, obvio y sencillo, porque sus acciones y discursos así lo demuestran; en más de una ocasión estas autoridades educativas nos dieron a entender que cualquier persona puede trabajar en las aulas como docente, a decir de ellos sólo basta tener una licenciatura y deseo por trabajar en este campo.
De manera urgente se requiere evaluar e investigar la realidad educativa y el impacto del profesiograma vigente, en lo particular (insisto), no basta tener una licenciatura para trabajar en las aulas y, menos, que la referencia para determinarlo sea sólo un examen el que determina si alguien es o no idóneo para trabajar como docente.
Estamos a unas semanas de iniciar el ciclo escolar 2018-2019, periodo en el que está previsto la puesta en marcha de la reforma educativa, esta situación llega en el peor de los escenarios por las diversas razones que conocemos de sobra, por un lado, el gobierno que la impulsa está a 4 meses de dejar el poder y, por el otro, el gobierno que entrará al relevo insiste que va a dar marcha atrás a ello. Por lo tanto, estamos en un periodo de incertidumbre, ya que las indicaciones para las escuelas están más que anunciadas, incluso hubo el recorte de una semana menos de vacaciones para los trabajadores de la educación (llamado receso escolar) porque hay actividades específicas para ello. Qué pasará, no sabemos, pero intuimos que caminará con normalidad lo previsto, es decir, imperará la lógica del que está en el poder y, también, la del que llegará a relevarlo.
Lo que suceda del primero de diciembre en delante será harina de otro costal y veremos que tanto de la reforma reciente se va a eliminar o modificar, lo cierto es que el tema de los aprendizajes en las aulas permanecerán intactos porque revolucionar las acciones y teorías que sustentan ese campo no es tarea fácil, para eso se requiere algo más que buena voluntad, esta tarea sí es una labor exclusiva de los expertos, no de merolicos que se cansan de repetir una y otra vez frases que no cambian nada, ¿acaso no recuerdan el anuncio publicitario de que gracias a la reforma educativa, los niños ya no iban a las escuelas a memorizar sino a aprender a aprender?, esta idea, al igual que sus promotores quedaron en el olvido y en un pasado muy reciente, lo que sigue si será otra historia, al menos eso deseamos, al tiempo.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]
AMLO, externo hasta el cansancio: “al diablo con la mal llamada reforma educativa”. Yo no le creo.
Veo que seguimos pensando que el sistema educativo aún tiene remedio y no en que ya dió lo que podía dar ¿porqué no pensar y replantear algo nuevo?
http://impulsoinformativo.net/2018/08/01/que-sigue-de-la-reforma-educativa/