Procesos

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Está por concluir un ciclo escolar más. El último ciclo de una administración estatal que ha sido muy flexible con el manejo del calendario escolar establecido desde la normatividad nacional.
Rara práctica del federalismo educativo, antipedagógico manejo de la atribución que otorga la norma a la autoridad educativa estatal bajo presión real o imaginaria de las secciones sindicales que han encontrado un filón de legitimidad en acciones al cercenar el tiempo real de aprendizaje al que tiene derecho el niño, la niña o el adolescente bajo un negociable principio de su interés superior.
En un juego simbólico de poder de la autoridad local en donde son copartícipes por iniciativa o recíproco apoyo, las Secciones Sindicales 16 y 47, cuyos liderazgos fueron incubados en esta coyuntura, se recortan días, se autorizan juegos magisteriales o burdamente se siembran asambleas extraordinarias para sumar días de descanso en centros de trabajo y delegaciones.
Hay quienes describen que en esa omnipresencia a contraturno de las mesas negociadoras y gestores sindicales, hubo sonrisas triunfalistas, bromas y chascarrillos en los pasillos, en la celebración de la última concesión de la autoridad local, a saber que los días del Taller Intensivo de Formación Continua de Docentes se realicen de manera virtual (por cierto desde anteayer circularon los materiales de estudio y en sus tres temas eje: evaluación formativa, interculturalidad crítica y evaluación de aprendizajes de las cohortes en tránsito; en todos, el presupuesto es el encuentro cara a cara con documentos y experiencias en mano).
Los que tienen trienios, sexenios, vidas profesionales completas, en la invisibilidad de una comisión sindical casi perpetua, la hicieron de nuevo, le pegaron a la materia de trabajo, la infancia y la adolescencia jalisciense.
En el 201 aniversario del estado de Jalisco, en la coyuntura de casi seis años de una alternancia que prometía para los votantes un proyecto educativo de rostro diferente, en el primer año de implementación generalizada de la reforma curricular 2022 el saldo en tiempo real de enseñanza y el tiempo real de aprendizaje no es el mejor.
El aprendizaje humanista, significativo y de perspectiva constructivista, que ha de darse aún en las condiciones materiales emergentes de muchas escuelas, ha sido saboteado, ya en periodo postelectoral y parafraseando uno de los poemas de Becquer, los minutos valiosos de aprendizaje como aquellas golondrinas “Esos no volverán”.
Los días de clase perdidos, como las golondrinas, tampoco volverán. Los niños con etiqueta de rezago y en recuperación ven en su condición de “especiales” caer la lluvia y escuchan el tintineo de algunas gotas y el silencio de fondo de la ausencia de la mayor parte de sus compañeros.
Agregados a permisos económicos y licencias con goce de sueldo, incendios y olas de calor, temperaturas bajas, lluvias torrenciales y ciclones, los días de suspensión que representaron las actividades de Recrea Academy, el último trimestre de campañas electorales, mayo de juegos magisteriales, Día de la Madre y del Maestro, 10 de junio (aunque es el 16) aniversario del estado libre y soberano de Jalisco, las suspensiones por capacitación sobre proyectos integradores y el ajuste del calendario del fin del ciclo escolar.
En las escuelas de educación básica jaliscienses ciclo escolar 2023-2024 el dios Cronos no estuvo a favor de la normalidad mínima en materia de uso del tiempo dedicado al aprendizaje.
No hay ciencia pedagógica ni inspirada práctica docente que funcione cuando el componente básico del tiempo lectivo es regateado.
Algunos y algunas -los menos- aplauden los acuerdos de miseria política sindical obtenidos por los gestores gordos y felices que nunca se fueron e indemnes permanecen, caiga Gordillo, permanezca Zepeda, gobierne MORENA, Movimiento Ciudadano o como en el ayer reciente el PRI o en el ayer poquito más lejano el PAN.
El cambio estructural necesario es que el sistema educativo nacional y estatal sirva a la gente que más emergencia sociocultural y cognitiva presenta.
Dice el lema del SNTE “La educación al servicio del pueblo”. Dice sin decir en el escudo, reza la frase muda en las paredes a tinta y a veces en bronce, se olvida en las mentalidades de sus auténticos profesores que nada dirigen y nada esperan de las migajas que les sueltan donde calientan las tortillas.
Esta vez nada más en contra del pueblo que restar tiempo de clases a los NNA, hijos de la clase trabajadora que enfrentan una lucha desigual para superar inequidades.
Tomar de rehén el tiempo lectivo es mezquindad, hacer de este tipo de gestiones agenda ante la autoridad, no justifica la táctica de legitimidad.
Como en el siglo XIX se cuestionaba el uso del trabajo infantil porque se decía que el empresario se tipificada como ladrón al robar el tiempo de juego del niño. Robar el tiempo de clases tan caro en economía para el país y expectativa social es otra manera de robo contemporáneo.
Es sabido que la variable de tiempo efectivo de clases está correlacionada con el aprendizaje real y mucho más con la calidad de los resultados.
El pronóstico de indicadores de calidad para este ciclo escolar es reservado si consideramos la irregularidad de los procesos que implica apropiarse de saberes y conocimientos.
El desarrollo de procesos cognitivos implica acompañamiento, continuidad.
El currículum propuesto para los niños, niñas y adolescentes de educación básica exige integración, ordenación en campo formativo y significación desde los ejes articuladores. La discontinuidad e intermitencia no son favorables para la adquisición de contenidos nacionales, territorializados y procesos de desarrollo y aprendizaje.
No fallará la propuesta curricular 2022; no fallarán sus maestros y maestras; en todo caso, tomemos nota de los autores de tan supino compromiso ético y pedagógico al cortarle el tiempo, al rasurar días a quienes más requieren presencia de buenos maestros y una escuela fletada al lado de sus comunidades.
Las prácticas docentes, directivas y supervisoras que exige el nuevo marco curricular, por su carácter heterogéneo y contextual, requieren de tiempo para el diálogo profesional y para madurar el cambio y la innovación.
Por ahora, en las decisiones de inmediatez parece que el derecho y el tiempo de aprendizaje para educandos, educadores, directivos y supervisores ha importado muy poco.
Sin procesos cuidados no serán posible los buenos resultados.
Sin procesos cuidados y con el escenario de un tiempo plastilino en manos de los tomadores de decisiones, no hay posibilidad de hacer planeación estratégica del desarrollo educativo y el aprendizaje.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

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