Pienso luego…

 en Carlos Arturo

Carlos Arturo Espadas Interián*

Frase de dominio popular: Pienso luego existo (Cogito ergo sum). Pensar como proceso inadvertido que se realiza a diario en distintos niveles de complejidad-profundidad. Pienso implica la voluntad de hacerlo, aunque a veces pareciera ser algo natural, inmediato, espontáneo.
La frase implica la direccionalidad, activación, la decisión de pensar, por ello una parte fundamental, reitero, es la voluntad. Se entiende entonces que es una opción libre enfocada a un “objeto” específico que ha atraído nuestra atención, sentidos de una forma consciente, es decir, la voluntad se aplica a partir de un esfuerzo focalizado.
Pienso es algo más que estar en el mundo, implica actuar en el mundo, moverse en el mundo, actuar en el mundo. La voluntad se da a partir de accionar. No puede existir una voluntad pasiva para aquel que la realiza y siempre va dirigida haca algo.
Se tiene entonces variables: decisión, esfuerzo, actuación, direccionalidad; que entre otras hacen posible la voluntad.
Necesario decir, actuar en el mundo, desde el mundo y para el mundo, no necesariamente liga al mundo material, también se puede realizar las acciones dentro del mundo de las ideas, del espíritu.
Pensar nace en el mundo de las ideas, del espíritu, de la razón –no por nada, entre otros planteamientos, Rene Descartes, es considerado racionalista–. El mundo se configura en el entramado de acciones-ideas, donde se pierde la débil frontera que existe entre materia y espíritu.
Luego existo, la existencia como producto de una decisión eminentemente humana resultado de la voluntad. Condición de la existencia como algo más que un mineral, planta o animal. Esa es la base que soporta los objetos, contenidos y resultados del proceso del pensamiento.
La existencia, en esta combinación, implica la construcción de realidades humanas, eminentemente humanas, producto del actuar humano sobre el mundo –recuérdese: material y espiritual–. Por ello es válido hablar de construcción de mundos.
La voluntad y con ello la consciencia se torna en piedra angular de la existencia. La existencia humana busca algo más que ocupar un espacio en el mundo, es existir con sentido y en un actuar continuo.
Cogito ergo sum, no está escrito en forma pasiva, sino en un actuar que impacta en el mundo ejerciendo en él cambios, transformaciones de naturaleza espiritual-material.

**Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]

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