Pedagogía del diálogo propositivo en Cumbre de las Américas
David Auris Villegas*
Con la pandemia como telón de fondo, en medio de fricciones ideológicas, ausencia de presidentes que revelan frágil compromiso continental y pomposos discursos, ha concluido la IX Cumbre de las Américas, apremiando una pedagogía del diálogo propositivo y viable, para afrontar problemas sociales con estrategias consensuadas.
Este foro democrático impulsado en 1994, por el ex presidente estadounidense Clinton, suele ejecutarse cada tres años. Su objetivo es promover la democracia y solucionar problemas desde la colectividad, ahora, apelan al lema, “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”.
En esta línea, la Carta Interamericana, ha de aplicarse, impulsando equidad y solidaridad con el objetivo de consolidar esa ambivalencia democracia, resaltada por Brian Winter, como signo distintivo de convivencia intercultural.
Entonces, ¿cómo fomentar creatividad y resiliencia para sobreponernos a inesperadas pandemias y cambios paradigmáticos? Para afrontar con éxito, los gobiernos están obligados asumir la tarea de mejorar la educación e impulsar tecnologías que aseguren protagonismo mundial y masificar acceso a internet, desde Alaska a Tierra de Fuego, como justica social a mil millones de habitantes.
En el terreno económico, los líderes olvidaron trazar estrategias reales, conducentes al desarrollo sostenible de la región, como la transferencia tecnológica a cambio de biodiversidad. Andrés Oppenheimer, resalta la oportunidad de oro para América Latina debido a la coyuntura mundial que, los gobernantes son incapaces de advertir cegados por egos y celos ideológicos y políticos.
Y para la foto, los migrantes protestaron contra Estados Unidos. Al respecto Joe Biden dijo, ninguna nación debe asumir sola esta responsabilidad. Sin embargo, es lícito preguntarse, ¿por qué no protestan contra gobiernos de sus países? Son responsables de la migración ilegal, dictaduras como Venezuela y Centroamérica, quienes generan millones de desplazados que, a partir de la Declaración de Los Ángeles, cada gobierno impulsará políticas de equidad, inclusión, oportunidad laboral y seguridad social.
Asimismo, esta Cumbre deslizó estrategias sostenibles de biodiversidad y desafíos al cambio climático con energías renovables, apoyados por políticas vinculantes, centrado en la economía verde. Además, resulta clave, desarrollar políticas de anticorrupción, seguridad ciudadana y lucha frontal contra el narcotráfico. Teniendo como aliado a la educación, promovamos leyes globales, capaces de juzgar en Argentina delitos cometidos en Brasil, por citar un ejemplo.
En conclusión, desde Cumbre de las Américas no provoquemos debates ideológicos, sino, propiciemos espacios de propuesta pedagógica y consolidemos la democracia regional, para instituir una sólida América, desarrollada, tecnológica y fraterna, redibujando oportunidades de desarrollo personal sin la necesidad de migrar a la fuerza.
*Máster en educación. Escritor, pedagogo y columnista peruano. [email protected]; https://orcid.org/0000-0002-8478-6738