No, pero sí, la realidad de los libros de texto en Jalisco
Jaime Navarro Saras*
El día de ayer inició el ciclo escolar 2023-2024 en Jalisco y en todo México, fue un día como todos, el único inconveniente es que los niños, niñas y adolescentes de la educación básica jalisciense no recibieron los libros de texto gratuitos en físico porque (a decir del gobernador y el secretario de educación) existía un proceso legal en contra de su distribución, y en tanto no lo harían hasta que éste fuera resuelto. Sin embargo, en la realidad sucedió otra cosa, la autoridad educativa permitió que directivos y docentes entregaran los libros de la SEP de manera digital justificando dichas acciones en la AUTONOMÍA DE LAS ESCUELAS y LOS MAESTROS (¡Ave María ante tanta democracia!), y porque algunos pensantes de la SEJ (los responsables de la capacitación a directivos) tomaron la iniciativa de dejar en manos de los propios directivos y docentes hacerlo si así lo consideraban conveniente.
Al cierre de este artículo sólo quedaban 2 estados dispuestos a no distribuir los libros y de los cuales, en la semana lo tendrán que hacer por presión de estudiantes, docentes y padres de familia, principalmente en aquellas comunidades donde las computadoras, las tablet, los celulares y las redes de internet no llegan o si llegan no da el servicio requerido para que toda la escuela esté conectada sin problema alguno.
Sabemos de sobra que los libros de texto fueron y son la excusa para que los estados donde no gobierna el partido en el poder enfrenten con razones y prejuicios al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en donde la base para su resistencia fueran los amparos presentados por la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y cuya agrupación es poco significativa en las escuelas públicas, ya que su espacio de poder se centra en las escuelas particulares, la mayoría con orientación católica y cuya membresía es de 2 mil 516 instituciones, (sólo el 1.07%) de un total de 234 mil 646 existentes en el país según el Inegi (https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=8c29ddc6-eeca-4dcc-8def-6c3254029f19), lo curioso (y preocupante) es que la Asociación de Padres de familia de Jalisco, instancia a donde están adheridas la mayoría escuelas públicas, sobre todo las federalizadas, cerró filas con la postura del gobernador de Jalisco sin haberle preguntado o consultado a las asociaciones de padres de cada escuela pública.
Por otra parte, no podemos dejar de lado la rechifla que recibió el gobernador Alfaro la semana pasada durante la entrega de computadoras al profesorado (tema que trataremos en otro momento debido al costo comercial de cada equipo y el precio de factura entregado a docentes), dicho evento sirvió para que las autoridades se dieran cuenta de la molestia del magisterio con la no distribución de los libros de texto en físico, lo cual dio como resultado que el día de ayer el propio gobernador anunciara que estuvieron en pláticas con el gobierno federal y atendiendo la recomendación del SIMEJORA estatal para tomar una decisión, lo cual sucedió el día de hoy, aunque antes, la Universidad de Guadalajara diera su anuencia para la distribución y el SNTE de manera previa le hizo llegar una recomendación a los gobernadores que se opusieron, con lo cual se cierra este capítulo y en la semana cada niño, niña o adolescente de educación básica tendrá sus libros en físico y no los materiales que ya habían anunciado derivados del proyecto RECREA.
No menos importantes han sido los foros, las mesas de análisis y las posturas editoriales acerca del tema, la mayoría están a favor de que los libros de texto lleguen a las escuelas y que se corrija lo que hay que corregir, porque, en síntesis, hace más daño no tenerlos que tenerlos y, a fin de cuentas, el libro es de consulta y un referente para llevar a la práctica el modelo educativo impulsado desde la Nueva Escuela Mexicana.
En una democracia vale lo mismo una opinión a favor que una en contra acerca de una visión política y eso ayuda para hacer mejor las cosas, lo que no es justificable es que un proceso de entrega de libros se atore por un grupo como la UNPF que sólo representa al 1.07% de escuelas en el país y que, además, suelen no utilizar los libros que les entrega el Estado con los estudiantes que atienden, ese tipo de acciones, lamentablemente sólo enseñan el cobre de una realidad de la vida, que según yo, ya habíamos dejado atrás hace mucho tiempo, pero, al parecer hay algunas personas y agrupaciones (con el eco de algunas autoridades) que se siguen oponiendo a que así sea, por desgracia.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]