Nada es casual, todo es causal
Verónica Vázquez Escalante*
Los acontecimientos que han golpeado y provocado decesos a una gran parte de la humanidad en las últimas semanas, así como también han abierto cicatrices en nuestro país, me llevan a cambiar, en cierto modo, lo que venía recapacitando para los artículos a publicar.
Huracanes, terremotos e incluso asesinatos voluntarios como aventar camionetas a cientos de personas inocentes (entre otros) me obliga a ver que el ser humano es sumamente frágil y, a la vez fuerte y resistente; unos para bien y otros para mal.
Reflexionar es muy importante pero no sencillo. Voltear al pasado para recordar por qué soy Maestro (a), cómo llegué al punto docente. Creo firmemente que al hacer la remembranza y la recopilación de situaciones que nos brindó la vida para estar en donde estamos actualmente, definitivamente no es casualidad, todo es causalidad.
Es estremecedor saber que mueren estudiantes y docentes, trabajadores que pasaron por alguna escuela, personas que pensaron en superarse para tener un mejor nivel económico y tuvieron, en algún momento de su vida, un buen maestro que les orientó y apoyó para visualizar su futuro pero… los sorprendió la muerte. No hay forma de decir –me duele lo que sucede–, porque la pena de quien lo vive en carne propia, no se equipara con nada ni nadie.
El hecho de ahora, ver la malaventura que alcanzó a varios connacionales, me lleva a querer abrazar a todas aquellas personas, a brindar un hombro para que lloren, para que descansen, para que griten o incluso, dormir ininterrumpidamente por varias horas. Como docente aplaudo ver que la parte humana aflora y agradecer a la vida que la colaboración de ayuda se dé sin esperar nada a cambio entre los ciudadanos comunes y corrientes.
Los maestros trabajamos como amigos, entrenadores, psicólogos, enfermeras, políticos y un poco o mucho, defensores de la fe y amor a la vida así como varias profesiones más, todas casi al mismo tiempo porque para nosotros, cada alumno es único.
Hay eventos naturales y eventos provocados por lo que obviamente no podemos impedir que sucedan los primeros pero si los segundos. Lo relevante es que unos a otros nos ayudamos aunque no se vislumbra la urgente necesidad de direccionar los valores universales como tales. Es enorme el egoísmo de muchas personas que desgraciadamente están estratégicamente situados en lugares de poder, de mando, de toma de decisiones, pero que no arrojan resultados para cuidar lo más importante que tiene una persona que es la vida, el cerebro, la libertad y el deseo de vivir. ¿Qué sucede con la sensibilidad humana? ¿Todas las causas de desgracias pueden llevar a un maestro y por consecuencia a un país al desafiante camino de corregir sin eximirnos? Cuidado, somos peligrosos, educamos.
*Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 145 Zapopan. [email protected]
Interesante artículo para la reflexión entre lo casual u causal. Libertad y sumisión.
Gracias Doctor. Reciba un fuerte abrazo
El tener como maestro la guía en la mente de un niño, es un honor, responsabilidad y privilegio. Se improntan: ideas, pensamientos, conceptos, en fin gran poder tiene el maestro.
Recuerdas a tus maestros de la primaria? Unos solo dejaron datos en la mente, en el recuerdo, pero muy pocos dejaron ideales, ejemplo y deseo de ser mejor persona.
Gracias a usted Doctora, estamos donde estamos, por sembrar ideales y enseñarme a alcanzarlos. Un abrazo y mi reconocimiento por siempre