Mi muro de los lamentos
José Moisés Aguayo Álvarez*
“No sentimos de las calamidades públicas
sino aquello que atañe a nuestros asuntos privados.”
Tito Livio.
Luego de que Roma avasalló al pueblo hebreo en el año 70 y destruyó grandes construcciones; entre ellas, el Templo de Jerusalén, el general Tito ordenó dejar en pie uno de sus muros, como recordatorio al pueblo de Judea, de su derrota ante Roma. De ahí que en la actualidad se le denomine a ese vestigio arquitectónico Muro de los lamentos o Muro de las lamentaciones. Se trata de una reliquia histórica que congrega a cientos de miles de judíos que, año con año llegan hasta allí para orar y, literalmente, lamentarse por la destrucción de la ciudad y por la dispersión del pueblo hebreo. Así como en éste, en otros casos, el espíritu beligerante de Roma supo tocar las fibras más sensibles de los pueblos sometidos y las tocó con una refinada crueldad: redujo a sus oponentes a expresiones proto humanas, mutiló su identidad, sus símbolos sagrados y su dignidad más elemental.
El ejemplo viene a colación, por los azares de la polisemia en que nos coloca la era digital, y por aquella ocurrencia del magnate de la comunicación Mark Zuckerberg o de alguno de sus colaboradores, que bautizó como “muro” a ese segmento en el que se comparten publicaciones desde una cuenta de CaraLibro (Facebook); lo que, a su vez inspiró a la avanzada tecnológica o tecnologicista de la Secretaría de Educación Jalisco a fundar una herramienta de comunicación con la estructura educativa, en el marco de la plataforma Recrea Digital a la que denominaron “Mi Muro”.
La herramienta “Mi Muro” fue lanzada en agosto de 2021 con un gran despliegue de comunicación a través de webinars y reuniones en las que se hablaba de todas sus bondades, entre las que destacan: la simplificación de trámites, la accesibilidad, la posibilidad de seguimiento y la comunicación directa con los titulares de las diferentes áreas de la administración central. En esos días, las autoridades ofrecían el gran dato de que “Mi muro [estaba] abierto a los 76 mil 416 empleados de la Secretaría de Educación del Gobierno de Jalisco, y que [ya podían] realizarse 90 trámites” (https://portalsej.jalisco.gob.mx/boletines_de_prensa/presenta-se-mi-muro-herramienta-para-la-simplificacion-administrativa/) y todo esto, a través de un continuum de contenido digital que funciona a la manera de una red social intuitiva, de fácil uso, que se puede gestionar desde distintos dispositivos y que en esencia, contribuiría a simplificar los trámites recurrentes, para poder asumir los retos de fondo de la educación y “centrarnos en lo que realmente transforma a nuestro sistema educativo” (https://www.youtube.com/watch?v=Ao5AIMD3MYw) que es la atención a los alumnos, señalaba el secretario de Educación, con entusiasmo.
Tristemente, los altos vuelos que se auguraban para esta herramienta se han trocado en una experiencia más de desazón para muchos trabajadores que, no obstante el abandono y la falta de consistencia de la administración de este espacio, persisten buscando respuestas y generando consultas de continuo.
Es lamentable atestiguar cómo tanto los webinars como Mi Muro, se van caracterizando como expresiones de un soliloquio cada vez más férreo y cómo la autocrítica se limita a frases escuetas que no aterrizan en medidas concretas y sistemáticas como foros de atención, mesas de trabajo o en la calendarización de encuentros vis a vis que le den salida a la casuística que agobia a muchos trabajadores: De entrada, a la SEJ le hace falta reconocer que, si bien se ha insistido en las rutas para canalizar inconformidades, dudas e inconsistencias de procesos administrativos; también es cierto que quienes manifiestan sus inconformidades, quienes exponen la narrativa de su viacrucis personal para destrabar algún trámite, o quienes machacan con una oración o una frase copiada y pegada incontables veces, no lo hacen por deporte o por mera ocurrencia, sino por necesidad. Son trabajadores que desean visibilizar su situación y que claman por respuesta y solución a sus demandas; entre las cuales penosamente, sigue destacándose la falta de pago.
La herramienta Mi Muro, en realidad no es una mala idea y no es nada desdeñable lo que ya está armado en la plataforma y que le da soporte a su funcionamiento; sin embargo, lo que se vino anunciando como un espacio para el contacto y la comunicación asertiva, se ha convertido en la práctica, en un reflejo de la insensibilidad estructural para las situaciones humanas, y, en esos términos, bien puede inscribirse como una expresión de violencia simbólica: con la ventaja de que el trabajador puede ser violentado desde la comodidad de su hogar, sin verse en la necesidad de desplazarse a las oficinas centrales para ser ignorado; tal como ocurrió con la experiencia de USICAMM y la plataforma Venus en los procesos de promoción horizontal y vertical. Esto lo puede certificar todo trabajador con una cuenta institucional, que acceda al sitio de Recrea en la sección de Mi Muro (https://mi.sej.jalisco.gob.mx/mimuro/app/blog).
Para reivindicarse, las autoridades a cargo tendrían necesariamente que establecer tiempos perentorios muy acotados para dar cauce a las necesidades de atención e información de los trabajadores, generar folios de atención instantáneos, habilitar debidamente el chat de ayuda, disponer de una mayor cantidad de personal que dé seguimiento a los casos que reclaman atención… en fin, tendrían que refrescar la plataforma con un mínimo de sentido humano y empatía.
Por lo pronto, el ejercicio más básico que pueden ejecutar es hacer el inventario de las interacciones (por llamarlas así) en la plataforma y caracterizar todo aquello que ha convertido a la herramienta Mi Muro, en Mi Muro de los lamentos de los trabajadores de la educación de Jalisco, no sólo para repensar las formas de viabilidad efectiva de la herramienta, sino para cuando menos, no hacer tan patente que el interés de las iniciativas de la SEJ, es meramente contingente, coyuntural, de relumbrón mediático, o, en uno de sus extremos, una manifestación que acuse algún parentesco con el lado oscuro del espíritu romano (del lado luminoso, se sabe de cierto que Roma es la cuna de la civilidad y del derecho).
*Doctor en Educación. Supervisor de Educación Primaria. [email protected]
Muy bien Dr. Moisés, me pareció genial la analogía del mundo antiguo en donde se gesta el “muro de los lamentos”, con un muro virtual de la SEJ lamentoso. ¿En qué se parecen ambas cosas?
Al final habrá que valorar cómo Mi Muro -el de la SEJ-, puede alejarse de reeditar el muro de los lamentos.
Gracias por tus reflexiones.