Medir con la misma vara
Jaime Navarro Saras*
La mayor expresión de injusticia tiene que ver con la aplicación selectiva de leyes, normas, reglamentos o cualquier otro tipo de situaciones que regulan a las personas que conviven o laboran en un mismo espacio.
Señalo esto, no como si se estuviera descubriendo el hilo negro, sino porque en nuestro país la justicia es selectiva y su aplicación tiene que ver con el origen socioeconómico de las personas, amén de cuestiones ideológicas, de raza y demás.
Casos de perversión de la justicia hay miles, algunos de ellos ni nos enteramos de los procesos seguidos porque quienes libran las leyes y normas son tan finos que hasta la comunicación se enmudece.
En días pasados recibí por diferentes vías de comunicación un video en donde se acusaba de abuso sexual a diversas personas en una escuela primaria pública del estado; en este video señalaban directamente a quien funge como secretario de educación en Jalisco y a otros funcionarios. Si se tratara de un hecho real o ficticio, las autoridades de gobierno deberían indagar el tema, lo mismo si es que el video da cuenta de lo que el demandante acusa y si él y su hijo pertenecen o pertenecieron a la escuela señalada. Posteriormente, y en base a las pruebas presentadas, se declaran culpables o inocentes a los demandados y acusadores, bueno, así más a menos es la aplicación de las normas en nuestras tierras.
Sin embargo, y en lo que se refiere a la Secretaría de Educación Jalisco, una vez que se hace una demanda, acusación o señalamiento en contra de cualquier trabajador de la educación en donde estén involucrados niños, niñas o adolescentes de educación básica, lo primero que hacen las autoridades es separar a los trabajadores de sus funciones en las escuelas, lo mismo directivos, intendentes, administrativos o docentes, algunos de ellos ya no vuelven a las escuelas porque las pruebas presentadas o los procesos seguidos así lo determinaron, algunos no solo son despedidos, sino que terminan en prisión; sin embargo, la gran mayoría regresan a las escuelas porque las pruebas presentadas o son falsas o no tienen la consistencia suficiente para determinar su culpabilidad, en ese caso ni las autoridades judiciales, ni tampoco las educativas y mucho menos los demandantes tienen la valentía de pedir una disculpa y los trabajadores de la educación se quedan con esas marcas.
Desde que se empezaron a aplicar los Protocolos de Actuación y, de hecho, desde que los padres de familia empezaron a actuar como policías y cuestionadores de la labor educativa, en donde, por cierto, los trabajadores de la educación se ataron de las manos y se taparon la boca para no verse inmiscuidos en algún tipo de demanda o señalamiento que los pusiera en riesgo, por desgracia las cosas ya no fueron igual para la convivencia escolar; lamentablemente, tanto docentes como estudiantes, construyeron una barrera emocional y normativa desde entonces.
En base a ello, la mayoría de las personas que supieron del hecho presentado en el video no se quedaron calladas y sus comentarios en redes señalaban de manera general si es que los personajes señalados iban a ser separados de sus labores mientras se investigaba, tal como se hacía con los demás trabajadores de la educación. Por supuesto que desde la SEJ no ha habido humo blanco, lo único que ha habido es mutis y es entonces que cobra fuerza el título del artículo: MEDIR CON LA MISMA VARA, o, lo que es lo mismo, todos coludos o todos rabones.
El tema central, pues, no es saber si el secretario de Educación en el estado es culpable o no (que ojalá y sea una falsa acusación), aquí el tema es que, como decía nuestro compañero Luis Christian Velázquez Magallanes, el pasado jueves, con su artículo Dos casos… Diferentes perspectivas, que el tratamiento con la maestra Tere fue muy diferente a como se está tratando el del video presentado, veamos pues como terminan las cosas. Lo cierto, y estoy seguro de no equivocarme, es que el tema de los Protocolos de Actuación de la SEJ sufrirá cambios radicales en sus prácticas gracias a las protestas en defensa de la maestra Tere y, por supuesto, lo que está aconteciendo con el secretario de Educación Jalisco, al tiempo.
*Editor de la Revista Educarnos. [email protected]
Las leyes se hicieron para proteger al rico y para castigar al pobre. ¿O cómo iba?
Ante la vulnerabilidad de la infamia padecida por Maestras y Maestros surge la pregunta: ¿A qué intereses sirve esta situación?, ¿Cuál será el resultado?, es inminente modificar los procedimientos de los protocolos de actuación, se ha solicitado en diferentes foros la necesidad de crear un organismo que medie cada caso, que sea neutral y capaz de determinar con justicia lo procedente, confiemos en la mejora de los procesos.