Los espejismos del aumento salarial al magisterio

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

El anuncio del incremento salarial al magisterio resultó por demás desilusionante para la gran mayoría de trabajadores de la educación, sobre todo porque se dijeron muchas cosas sobre la mejora de las percepciones salariales desde el gobierno federal y más porque se utilizaron los términos decoroso, histórico y significativo, lo cual se entendió como un incremento que rondaría los dos dígitos, 10% como mínimo.
Pero no fue así y, para decirlo con claridad, la explicación de Delfina Gómez hizo más complejo el entendimiento de la propuesta, principalmente porque este incremento sería escalonado, tal como se hizo en un año durante la gestión de Luis Echeverría y otro con Miguel de la Madrid, eran los tiempos de Carlos Jonguitud Barrios encabezando el SNTE con su movimiento de Vanguardia Revolucionaria.
Sabemos que para este año se aplicará un incremento diversificado de acuerdo a los ingresos de cada docente, se habla de tres grupos pero, en realidad son 4, del total de trabajadores de la educación que suman 1 millón 181 mil 351, según las cifras que la SEP presentó en La Mañanera del 16 de mayo, éstos se dividen de la siguiente manera: quienes ganan menos de 10 mil (123,259 trabajadores); los que tienen ingresos de 10,001 a 15 mil (504,618); los de 15,001 a 20 mil (329,158) y; los que ganan de 20,001 hacia arriba (224,318); visto así, 123,259 maestros podrán recibir hasta el 7.5% y 224,316 solo 4.5%, la media da 6%, todo esto derivado del incremento de 3.5 general, el 1, 2 o 3% de acuerdo al grupo que pertenezcan por sus ingresos y el 1% general.
A lo largo de los años (por lo menos las últimas 4 décadas) el salario magisterial ha sufrido agravios, ya que, salvo el incremento en mayo de 1991 del 25% (dos años después de la llegada de Elba Esther Gordillo al SNTE), cuya dirección y control del Sindicato fue gracias a la complacencia y voluntad del gobierno encabezado por Carlos Salinas y que dicho aumento fue para apaciguar al magisterio en rebeldía con protestas en las plazas y las calles para exigir mejores salarios con la aparición de la CNTE como protagonista y que, además, exigía un 100% de incremento salarial y éste se quedó lejos de ello, toda vez que veníamos del sexenio crítico de Miguel de la Madrid y cuyo salario magisterial tuvo su máxima depreciación de la historia (la plaza inicial de primaria ganaba el equivalente a 1.5 salarios mínimos en 1989), de allí en más los incrementos nunca pasaron los dos dígitos, a diferencia del salario mínimo que si lo logró, justo después de la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno federal en 2018 (ver tabla más abajo).
Durante la gestión de Elba Esther y gracias a la creación del Programa de Carrera Magisterial (PCM) los docentes tuvieron incrementos mayores, llegando a rebasar incluso hasta 10 o más veces el ingreso entre lo que gana un docente y un supervisor. En 2010 una plaza inicial de primaria percibía $7,603.33 y esa misma plaza en la letra E del PCM obtenía $29,966.86, casi 4 veces más (3.94), hoy en día difícilmente se logra un 20% más, sobre todo quienes ingresaron al servicio docente con la reforma educativa de Enrique Peña Nieto y quienes ingresaron este sexenio.
Es claro que el tema salarial del magisterio siempre será controversial y más porque quienes gobiernan al país y dicen interesarse por la educación como prioridad, por más que ensalcen al docente y pongan por delante la educación para el desarrollo del país, con este tipo de incrementos salariales demuestran su interés por lo que dicen importarles, lo cierto es que actualmente la plaza inicial de educación primaria gana menos de dos salarios mínimos y eso es mucho decir para una persona que se le exige como mínimo una licenciatura para desarrollar la función.
Lo que sigue para los siguientes años no serán diferentes a lo que ha sucedido la última década, ni aun con el programa de estímulos vigente será posible dignificar el salario, principalmente por la cantidad de docentes que logran obtener los puntajes más altos y por el presupuesto limitado que se destina a ello, con esto se demuestra una vez más que la profesionalización del magisterio aun queda muy lejos de la voluntad presupuestal y porque la mejora sustantiva de los ingresos de los maestros no son tema toral tanto para el SNTE como la SEP.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

Comentarios
  • Cuauhtémoc

    Buenas noches, esperemos que sea un buen aumento salarial. Como guerrero ganamos una miseria.

  • Félix Paredes

    Exelente nota

  • Roberto

    Y dónde y quiénes son esos maestros que ganan menos de 10mil al mes, me gustaría conocer los datos de esos 123 259 docentes, qué plaza ostentan, de que entidad federativa son, porqué es tal su resalgo económico, cómo justifica este rezago económico el gobierno

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  • […] entonces, acompañadas unas más que otras, de esquemas de estímulos económicos por un lado (LOS ESPEJISMOS DEL AUMENTO SALARIAL AL MAGISTERIO), con sus respectivos efectos en la segmentación salarial, evaluaciones que premian los méritos […]

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