Lo que aprenden las educadoras en formación inicial

 en Mario Ramos Carmona

Mario Ramos Carmona*

Las educadores en formación inicial tienen una visión sobre el hecho educativo que construyen desde la perspectiva de los diarios de clase y las entrevistas cualitativas realizadas en sus visitas de práctica. Así, ellas van construyendo significados sobre el contexto, las relaciones y los procesos del aprendizaje en las aulas, donde paulatinamente se van sumergiendo y aprendiendo a ser educadoras. Como en tiempos antiguos con los constructores de catedrales en la Europa medieval, los recién llegados a las obras son los aprendices, luego serán ayudantes y algún día serán los maestros de obra, los directores de las construcciones.
Con las herramientas de la investigación cualitativa, los futuros docentes van significando la práctica educativa que se despliega compleja, enfrente de ellos y aprenden a encontrar, identificar sus rutinas, rituales, secuencias, procesos, interrupciones, relaciones y circunstancias específicas que rodean cada una de esas prácticas.
Y luego en algún momento nos regalan con sendas y embrionarias visiones, de los constitutivos de la práctica, donde describen y analizan las interacciones de la educadora con los niños o las interacciones entre los infantes en una actividad, el apoyo e intervención de la educadora en los procesos de aprendizaje. O la descripción de la vida cotidiana desde la perspectiva de Agnes Heller, donde se da cuenta de las actividades, las temáticas, los espacios donde se desarrollan, la secuencia de las actividades, la evaluación, el trato y la relación educadora-alumnos, los problemas y conflictos de los planteles educativos.
Las alumnas en formación van discerniendo, identificando y analizando la diversidad de la vida en el aula, también la complejidad del proceso de enseñanza, la variedad de acciones que tiene que desarrollar el docente desde explicar, mostrar, modelar, sintetizar, describir, mostrar empatía y confianza, motivar, interesar, relacionar, mostrar analogías y muchas más cuestiones cognitivas y emocionales que se despliegan en la práctica de la enseñanza.
Ellas se dan cuenta de que no es transmitir conocimiento, como lo hace una televisión o una computadora, sino que es un proceso complejo donde se interactúa con los alumnos, desplegando una infinidad de acciones cognitivas que llevan a los niños a construir significados e ideas sobre diversos contenidos educativos, mediados por una multiplicidad de actividades lógicamente ordenadas y secuenciadas que coadyuvarán al desarrollo de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y visiones.
Aprenden que la profesión de enseñar es compleja y multifactorial, que como una planta cuando se observa con el microscopio y se muestra muchos componentes, elementos, constitutivos; y que todos deben de estar presentes, todos se despliegan en la acción del docente a la hora de enseñar.
Aprenden la didáctica y la pedagogía que fortalece, nutre, vitaliza, orienta, las acciones en el aula. Aprenden que no es cuestión de conocer y comprender ciertos contenidos de una “profesión liberal”, y que ser educador es contar con una formación muy específica y compleja.

*Profesor-investigador de la Escuela Normal para Educadoras de Guadalajara (ENEG). [email protected]

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