Lenguajes de ensueño
Carlos Arturo Espadas Interián*
Frases “célebres” de moda que resultan impactantes, pero vacías y, la mayoría de las veces, sin sentido más que el que le confiere la estructura de soporte psicológico, que no es lógico ni lingüístico. Una colección de algunas de ellas, que no representan ni una milésima parte del argot político, de la nueva demagogia, incluso del lenguaje cotidiano, podría estar ilustrada por: “brillen”, “transferencia tecnológica”, “vamos a…”, “se moderniza…”, “excelencia educativa”, “humanismo”, “evolución”, “lo analizaremos”, “sigue el procedimiento…”, “de mal gusto”, “qué lamentable”, entre otras.
Las frases vienen acompañadas de sus complementos y en sí mismas implican la imposibilidad de negarlas porque hacerlo sería ir, aparentemente, en contra de planteamientos deseables o de aquellos que descalifican desde lo subjetivo y desde esa dimensión de la existencia humana. Todo es posible, sin embargo, será necesario un análisis en varios frentes.
Lo subjetivo no tendría valor alguno en otras culturas y tiempos; sin embargo, para la cultura actual, lo subjetivo, relativista e individual, se ha convertido en la verdad, verdad subjetiva, por supuesto, pero que se enmarca en figuras de autoridad y marcos institucionales que las validan y convierten en posiciones oficiales, sin serlo y sin cumplir los requisitos mínimos para ello.
Así es fácil emitir argumentos desde lo absurdo, no desde la opinión o doxa en el sentido griego, sino por debajo de ella, que se manejan a conveniencia y, sobre todo, si generan situaciones “incómodas” –por usar otra de esas frases–, se puede decir que era una opinión y con ello se resuelve. Con ello, una vez más, se elimina cualquier responsabilidad —qué cobardía—.
La imposibilidad de negación de las formulaciones “célebres” radica en su construcción desde lo aspiracional y deseable. ¿Quién, por ejemplo, estaría en contra de modernizar, lograr la excelencia académica y demás? Sin embargo, estas frases se aprovechan de los anhelos de las personas para cuajar en lo inexistente y quedarse ahí, hospedadas indefinidamente, es decir, sin realizarse.
Así se usan sueños y aspiraciones de los grupos humanos y personas para construir realidades “alternativas” ilusorias que, cobran fuerza a partir de activar energías de ideales necesarios. Esto es común en algunos mass media, políticos y demás, pero usarlos, como actualmente ocurre, en marcos institucionales educativos, simplemente es PERVERSO.
Consiste en estrategias de construcción de realidades institucionales inexistentes donde se engaña al personal del centro educativo –sea del nivel escolar que sea–, estudiantes, padres de familia y sociedad en general. Dentro de la sociedad en general, se encuentran los empleadores que, esperando encontrar perfiles altamente especializados, descubren que las cosas no son así.
Cuando escuchamos a las empresas transnacionales decir: “Fórmenlos en habilidades blandas que nosotros nos encargamos de capacitarlos en el saber hacer técnico” –palabras más, palabras menos–, deberíamos preocuparnos porque eso quiere decir que lo requerido a nivel especializado, el día de hoy, se puede lograr con capacitaciones para el trabajo y eso nos debería decir también qué tipo de trabajos e industrias son las que están llegando a México. Pero eso es tema de otro escrito.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 113 de León, Gto. [email protected]