Las mejores escuelas, ¿dónde queda la excelencia?
Jaime Navarro Saras*
Llegó a mis manos un ejemplar de la revista Chilango edición especial, cuyo tema central es Las 100 mejores escuelas primarias de la ciudad (en referencia a la Ciudad de México) con fecha Enero de 2020, a decir de la revista, se presentan las 100 mejores escuelas primarias particulares (aunque solo evaluaron a 110, la participación se hizo por invitación y de acuerdo a evaluaciones anteriores, en síntesis, participaron las mejores de lo mejor), se señala en el ejemplar que el ejercicio evaluativo duró 6 meses donde tomaron como variables el modelo educativo, la ubicación geográfica, las instalaciones, los costos, horarios, actividades extraescolares, becas y seguridad, para ello se valieron del equipo de editores, reporteros, programadores, estadistas y fotógrafos, cuya información y datos fueron proporcionados por directivos y padres de familia a través de encuestas.
La misma revista afirma que evaluar la educación y los modelos educativos es algo complejo y de difícil valoración, la publicación se hizo (según la revista) con la finalidad de orientar a los padres de familia para la toma de decisiones y así poder elegir la mejor escuela donde puedan estudiar sus hijos, en dicha evaluación éstos son los elementos que tomaron en cuenta y el porcentaje de cada uno:
• Profesorado y método educativo (30%).
• Idioma secundario (20%).
• Instalaciones (10%).
• Seguridad (10%).
• Actividades extraescolares (10%).
• Evaluación de los padres (15%).
• Evaluación de los reporteros (5%).
Posteriormente hacen un listado de mayor a menor evaluación, a la mayoría de las 100 escuelas las caracterizan condiciones comunes, además de que son particulares, el horario de atención rebasa lo que la SEP obliga a la escuela pública (salvo las escuelas de tiempo completo), en el horario extendido se desarrollan actividades deportivas de manera preferente, en otras incluyen actividades artísticas y científicas; la enseñanza de un segundo o tercer idioma es obligatorio; hay transporte colectivo; el costo de inscripción va de $2400 a $42,960, la mensualidad de $1600 a $21,480; los métodos de enseñanza son variados, la mayoría son constructivistas con apellidos como escultista, humanista, multicultural, socioconstructivista, unos más Montessori, Freinet, activo participativo, basado en competencias, trabajo colaborativo, centrado en el alumno, ecléctico, neurociencia, neuropsicología, americano, Amazing learning, TSLM Story & Media Maker.
Claramente son escuelas que atienden a alumnos de clase media alta hacia arriba, la mayoría son estudiantes cuyas familias no carecen de recursos económicos para pagar la educación (tampoco los que reciben una beca como beneficio) y que, a la larga, les dará ventajas que garantizan una mayor esperanza de vida escolar y, en el futuro pertenecerán a la clase patronal. Al ser escuelas donde se pagan entre $21 mil y $300 mil pesos al año (sin contar útiles, uniformes, clases particulares, etcétera) en definitiva no son escuelas para todos. Las escuelas presentadas en la revista Chilango representan la educación que se da a menos del 0.024% de la población; a nivel nacional la educación privada es del 13.3% (43,801 escuelas), el otro 86.6% (183,120 planteles) va a la escuela pública o se queda fuera de cualquier servicio educativo por el problema de cobertura.
Cuando se ven estas publicaciones donde presentan un mundo de la educación ajeno a la mayoría de la población en México, sin duda que surgen múltiples cuestionamientos sobre la realidad de la educación pública y el futuro contrastante de los alumnos que asisten a las 100 mejores escuelas y los que lo hacen en el resto de ellas, principalmente las públicas, de entrada, la infraestructura de unas y otras es determinante, así como el cuidado de los procesos, la atención, la seguridad y la educación extraescolar, entre otras cosas.
También es cierto, y así lo vimos con los resultados de las pruebas PISA, Enlace y Planea, que no hay diferencias significativas entre los estudiantes de las escuelas públicas y privadas porque los procesos de enseñanza y aprendizaje no son fáciles de modificar para que éstos puedan generar mejores resultados del rendimiento escolar a corto plazo.
Lo que es claro, y está presente en la revista Chilango, es que, si es posible la existencia de espacios escolares con infraestructura suficiente, recursos humanos para atender todas las necesidades educativas de los estudiantes, atención extra a los alumnos, seguridad, y transporte, entre otras cosas, la limitante con toda seguridad será siempre el presupuesto y el cuidado de que los recursos.
Un ejercicio para la curiosidad y solo a manera de experimento, sería interesante utilizar los mismos elementos que se evaluaron en las 100 escuelas y aplicarlos con las que se consideradas las mejores escuelas públicas de la propia Ciudad de México para ver y comparar los resultados, de igual manera, también sería valioso que la misma revista incluyera otro tipo de variables como analizar las prácticas educativas de los profesores y demás personal de las 100 escuelas y presenten un listado más completo para que los padres tengan otras referencias y no sólo las utilizadas en dicho ejercicio, pero bueno, eso suena más a sueño guajiro que otra cosa, porque en un país tan clasista como el nuestro, los de mayores recursos solo se juntarán con los de su rango y seguirán utilizando revistas como Chilango para decir un poco o un mucho de lo que son y educan a sus hijos.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]
http://impulsoinformativo.net/2020/02/27/las-mejores-escuelas-donde-queda-la-excelencia/?fbclid=IwAR12QBYy9cFcYZyEbMYxpkS7oNzKr7K3L8AKIay87pdUVQ_mNBV05KCqgd4
Que lamentable la educación en México… mis hijos están en primaria, y ya los hemos cambiado varias veces porque nada más no nos convencen las escuelas. La última es una de los últimos lugares de dicha lista y otra vez estamos decepcionados. La pandemia me ha dado la oportunidad de conocer más a mis hijos como estudiantes, a los maestros y sus métodos de enseñanza. No quisiera pero al parecer tendremos que cambiarlos nuevamente…
Es complicado elegir una escuela privada, porque al final, uno busca lo mejor dentro de lo q se ajusta al presupuesto y al final, resulta q no hay mayor diferencia respecto a una escuela pública, entonces, cuál es el sentido de llevarlos a escuelas privadas? A menos q sea una propuesta realmente diferenciada, como un modelo Waldorf, casi nada merece la pena, más allá de las infraestructuras espectaculares y las certificaciones de idiomas, porque al final, los maestros, todos, se forman bajo los mismos modelos educativos y en su mayoría, incluso, en las mismas instituciones.