Las intenciones vacacionales

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

En cuanto comienzan las vacaciones escolares muchos de los docentes y los estudiantes nos planteamos algunas intenciones. ¿Qué hacer en esos días en los que no tenemos que atravesar la ciudad para ir a clase? ¿De qué manera descansar de las tensiones de tener que preparar clase y en cambio aprender a otro ritmo, de otros temas, en otros contextos? Algunos de nosotros ya quisiéramos tener el tiempo disponible para, al menos, hacer los pares de calcetines, ordenar algunos cajones de ropa, archivar algunos documentos, siquiera limpiar el escritorio u ordenar las lecturas de esos días y de las semanas siguientes.
¿Qué intenciones, planes, proyectos te planteas para estas vacaciones (o lo que queda de ellas)? ¿Qué lista de actividades te propondrías “palomear” a medida que avanzas en la resolución de las tareas domésticas y escolares que se te han acumulado en los tres meses que van del año, pero también las décadas que llevas de experiencia laboral o estudiantil? Aquí te propongo algunas, que podrás detallas, sazonar o quizá sonreír con la satisfacción de que en esas líneas hay tareas que ya cumpliste o que nunca más querrás realizar:

1.-Terminar algunas tareas y lecturas académicas que los traslados a nuestras escuelas y las sesiones de clase normalmente no nos dejan tiempo para realizar;
2.-disminuir o evitar por completo los traslados en vehículo de motor, ahora que no tienes que ir todos los días al trabajo;
3.-descansar de los estudiantes y dar oportunidad para que ellos descansen de nosotros, los docentes;
4.-iniciar la lectura de un libro que has postergado durante mucho tiempo, o terminar un libro que comenzaste pero que no habías podido culminar por tener que leer textos del trabajo, o los textos que escriben los estudiantes (o los textos que te asignan los profesores);
5.-recorrer a pie el barrio y recordar cuáles habían sido las razones por las cuales habías decidido vivir en él; si las razones ya no son vigentes, entonces plantearte la posibilidad de vivir más cerca de la escuela/trabajo para reducir la cantidad de horas que pasas en el vehículo en el que te trasladas;
6.-ordenar los calcetines por pares, colores y vigencia. Los que ya no uses puedes convertirlos en marionetas de manos con algunos decorados ingeniosos;
7.-ver las películas que te quedaron pendientes de la temporada pasada, o de las vacaciones pasadas;
8.-visitar a los amigos, compadres y parientes que no has visto desde hace varios ciclos lectivos por falta de tiempo y energía;
9.-ordenar los documentos que te pedirán en tu próximo informe de alguna de las instancias que se dedican a evaluar a los docentes y académicos y hacerles la vida más compleja a partir de que se la pasan solicitando documentos;
10.-ordenar los documentos para la declaración de impuestos que se avecina en el mes de abril.

A menos, claro, que no tengas un sueldo de profesor y puedas ir de vacaciones a donde te dé la gana aunque no sea en el periodo vacacional que tú propongas.

*Profesor del departamento de sociología del CUCSH de la UdeG. [email protected]

Comentarios
  • Ma del Carmen Gutierrez marti

    Interesante!

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