Las enseñanzas de Patricia
Jaime Navarro Saras*
Cuando un gobierno pierde credibilidad es porque simple y sencillamente no habla con la verdad y porque los fundamentos en que sustentan sus aseveraciones se salen de toda lógica, su apuesta está basada en los medios de comunicación que se encargan de bombardear con mensajes mañana, tarde y noche, además sincronizar a todos los actores para que vociferen comunicados en el mismo sentido (lo mismo emiten opiniones el presidente, la actriz de moda o el deportista más laureado, independientemente que sepan o no del tema).
Al paso de los días del evento todo mundo se da cuenta del engaño y mientras se reponen de ello, ya les organizaron el siguiente escenario para la nueva farsa.
El manejo informativo del huracán Patricia es el claro ejemplo de lo que ha sido este gobierno en todos los aspectos, principalmente en materia educativa. Patricia paralizó todas las actividades en Jalisco, Colima y Nayarit a partir de mediodía del viernes (en algunos lugares desde la mañana) escuelas, centros comerciales y oficinas de gobierno dejaron de funcionar, todo mundo se trasladó a sus casas, las calles quedaron vacías, la lluvia cayó intermitente y todos alertas a la espera de lo peor, cosa que nunca llegó.
En Guadalajara había dos eventos importantes el fin de semana, el clásico Atlas-Chivas y la 13ª Cumbre de Negocios “Innovación: Motor del Desarrollo Económico”, el primero se aplazó, el segundo no, primer síntoma de la farsa. Un día antes (el jueves) se anuncia la anulación de la elección para gobernador en Colima, segundo síntoma. En la misma semana los diputados aprueban la Ley de Egresos con 443 votos a favor, 36 en contra y una abstención, tercer elemento del engaño. El fin de semana surge la amenaza del incremento a las gasolinas, cuarto dato para no creer. Días antes falla la detención de El Chapo Guzmán, quinto síntoma. En fin…
Paradójicamente la misma noche del viernes se celebraba el sexto juego de beisbol entre Kansas y Toronto, el partido se suspendió en la octava entrada por lluvia, los instrumentos meteorológicos utilizados fueron muy precisos, los comentaristas dijeron que iba a llover a una hora y que dejaría de hacerlo a otra y así fue, incluso pasaron imágenes satelitales de la trayectoria de la lluvia y no se equivocaron, en cambio con Patricia no fue así, se magnificó algo que nunca sucedió y se dijeron mentiras por verdades (aseguraron que iba a ser el huracán más devastador de la historia con datos que no eran tales, el Dr. Ángel Meulenert básicamente desmintió y evidenció a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, incluido el presidente Peña Nieto, de la falsa información, (ver video https://www.youtube.com/watch?v=tebMgi5BB9A).
Curiosamente, nunca se fue la señal satelital de Sky, que por lo regular basta que llueva con viento para que se interrumpa constantemente o de plano se corte la señal, con Patricia no sucedió eso en la zona metropolitana de Guadalajara.
Ante este hecho que nos dejó Patricia, al Estado le va a pasar lo del cuento de Pedro y el Lobo, que por decir tantas medias verdades, falsas alarmas, exageración de hechos e incluso mentiras (como sucede en el cuento), va a llegar el día en que las verdades no tendrán ninguna credibilidad.
Esta experiencia nos lleva a la reflexión que con la reforma educativa pasa algo parecido al esquema informativo con que se manejó el huracán Patricia. Las enseñanzas reales que nos deja este evento es que en lo sucesivo cualquier cosa que nos digan o nos quieran hacer creer tendrá que pasar por un proceso de incredulidad y, si el gobierno es consciente, deberá darle cabida al consejo de los expertos para la toma de decisiones.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]