Las cortinas adornan y distraen

 en Verónica

Verónica Vázquez Escalante*

En todas las casas, departamentos y cualquier edificio que se quiera ver con un toque elegante, distinguido o peculiar, es porque tiene esa gala indispensable llamada cortina.
Las cortinas tienen un rol mucho más importante e interesante en la vida social, del valor que en realidad le damos. Con una cortina podemos simular una puerta, cubrir una ventana y en ocasiones, nos permite ver desde el interior de un espacio hacia el exterior sin que se vea justo desde la posición opuesta. Indiscutiblemente que hay de distintos modelos, estampados interminables, telas gruesas, delgadas, tipo gasa y de distintos estilos. Son sumamente detonantes en la decoración de cualquier espacio ya que éstas, determinan el estilo del espacio.
Las cortinas pueden proteger del exceso de luz o viceversa, cubrir espacios muy iluminados para oscurecerlos e incluso hacer un simulacro de cine. Creo que ejemplos hay muchos, ideas más y las experiencias interminables. Lo cierto es que aún en una sencilla fotografía donde se vean las cortinas, nos permite emitir un juicio casi tan acertado a la realidad porque determinan un estatus.
Hay cortinas de tela, metal, madera, plástico o vinil que aunque llamamos persianas, en realidad tienen la misma función; lo interesante es cuando surge en el lenguaje figurado la expresión, cortinillas de tv, cortinas de viento, cortinas forestales, cortinas de concreto y cada una también tiene su función pero, ¿qué hay de las cortinas de humo? En realidad es una expresión castellana y fácilmente entendible por la mayoría de la gente.
Se usa generalmente cuando queremos saber una realidad o una verdad contundente pero por el exceso de información irrelevante, se pierde la esencia de lo que sí es importante para unos pero no conviene que todos se enteren de la situación. Sin embargo, el hecho de saber leer, comprender, generarse un sentido crítico, permitirá ver y asimilar las situaciones que nos permitirán observar y tener un concepto propio para comprender la realidad que nos rodea. Es un trabajo difícil el hecho de pensar, discernir y aunque las cortinas se ven, se sabe que están ahí, llaman la atención, también distraen. Siempre nos dirán algo y hay que saber qué dicen, claro que a la vez, esta lectura dependerá del color del cristal con que se mira.

*Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 145 Zapopan. [email protected]

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