La RAM, una herencia de las políticas neoliberales a la educación pública

Jaime Navarro Saras*

Han pasado más de 10 años de que Enrique Peña Nieto promulgara la Reforma Educativa, sabemos que con ésta llegaron las políticas de ajuste a la nómina, así como el cierre de turnos, grupos y escuelas que no cumplían con el modelo de medición RAM (Relación Alumnos-Maestro), este modelo no era otra cosa que la justificación perfecta para recortar el presupuesto educativo; el RAM se aplicaba y se sigue aplicando a rajatabla, no importa si la escuela está ubicada en la zona metropolitana, en la costa, en la sierra, la ciénega, el desierto o cualquier otro punto de la república mexicana. Si una escuela primaria no cuenta con 160 alumnos (26.6 por cada uno de los seis grupos) se retira (o se reubica) el recurso del director y se nombra a uno de los maestros como encargado y sin cobrar la función del director; de igual manera, si el grupo no tiene 28 estudiantes, se cierra el grupo y se fusiona con otro grado y así sucesivamente.
El tema del RAM, a pesar de que ya no está vigente la reforma educativa de Peña Nieto, con la Nueva Escuela Mexicana no se le movió ningún dedo a esta fórmula matemática, al contrario, se siguen cerrando grupos, turnos y escuelas, como el caso sonado de la semana pasada en Torreón, Coahuila, donde apenas inciaba el ciclo escolar y la Escuela Primaria “Felipe Carrillo Puerto” fue cerrada por dos razones, una porque la matrícula disminuyó considerablemente y de ser una escuela de organización completa por años (6 grupos o más de todos los grados), terminó por ser bidocente (dos maestros atendiendo todos los grados); por otro lado, a dicho plantel fueron trasladados alrededor de 800 alumnos de los turnos matutino y vespertino de las Escuelas Secundarias “Profra. Eva Sámano de López Mateos” y “Profr. José Rodríguez González” debido a que el edificio que ocupaban ambas secundarias, y que se encuentra en la zona del Centro de la ciudad, está deteriorado y se lleva a cabo un dictamen para determinar si el inmueble (que tiene cerca del siglo) está en condiciones de ser ocupado o, caso contrario, poder derrumbarlo o hacer las reparaciones idóneas y cambiar su uso.
A los estudiantes y a los dos maestros de la escuela primaria “Felipe Carrillo Puerto”, al margen que los dejaron tristes, algunos llorando y con los sentimientos encontrados porque ya no compartirán pupitre con sus compañeros, se les reubicará en las escuelas cercanas y la escuela se dará de baja.
Casos como el de la primaria “Felipe Carrillo Puerto” se repiten año con año. Es cierto que la matrícula ha disminuido por múltiples razones, pero también es cierto que el presupuesto que se destinaba a la educación pública antes de la Reforma Educativa de Peña Nieto (en cuanto a la nómina magisterial), disminuyó considerablemente y, hoy en día, es rara la escuela que tiene a todo su personal completo, hay planteles de educación básica que pasan meses y hasta ciclos escolares completos en que no llegan maestros para cubrir los grupos y son los propios padres de familia quienes aportan recursos de su bolsa para pagar maestros que cubran las vacantes y que sus hijos reciban el servicio.
Lo cierto es que la fórmula RAM deberá tener una revisión urgente, porque así como se aplica para abajo, también se debe aplicar hacia arriba; sabemos que hay escuelas con grupos de 10 o 15 alumnos, pero también, como los casos de la zona de Tlajomulco y la parte norte de Zapopan en el estado de Jalisco, donde hay grupos bastantes numerosos debido a la explosión demográfica que se dio en la última década, ante ello, qué tipo de práctica docente se puede desarrollar con grupos de 40 niños en preescolar y primaria o de 50 en el caso de la secundaria, la anécdota y el chiste se cuentan solos.
La atención educativa de quien requiera el servicio no es un tema menor, y menos por el mandato constitucional de que toda la educación básica (desde preescolar hasta secundaria) es obligatoria, por lo tanto, la autoridad está obligada a tener todos los grupos con maestros y con un número de estudiantes reducido en donde se pueda desarrollar una práctica educativa eficiente, didáctica e intencionada para que los estudiantes estén en condiciones de desarrollar todo su potencial cognoscitivo, socioafectivo y físico.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]