La opacidad en educación Jalisco, cosa de todos los días

Andrea Ramírez Barajas*

El clima educativo en el estado de Jalisco se ha enrarecido, incluso a partir de los primeros días en que el actual gobierno tomó posesión. La presente administración ha desviado y distorsionado el compromiso social como un compromiso de la gente en la función pública ¿por qué? Los recursos públicos que son para la sociedad se han confundido como recursos privados. Pero déjenme ser más concreta e ir al grano.
No es ningún secreto decir que la actual estructura directiva que hoy está al frente de la SEJ se ha beneficiado con el manejo turbio de los recursos públicos, no se pagan ascensos ni interinatos a los docentes, se les demora el pago en demasía. Al frente de la Coordinación de Administración, se encuentra una persona, la cual se caracteriza por la total ineficiencia en el manejo de las gestiones de recursos pero muy leal a su jefe.
Tenemos el caso de adeudos en las promociones como parte de ascensos de docentes que hoy ocupan cargos directivos, adeudos con algunas escuelas Normales, con la rectagorizacion por cerca de 10 años en la UPN, con las personas que han ascendido como supervisores u otros cargos superiores, etcétera. y así la lista se hace interminable. Por el otro lado, al interior de la SEJ se ha inventado un esquema de supuesta auditoria que no es otra cosa que una sistemática persecución administrativa en contra de supuestos trabajadores incompatibles. A los verdaderos aviadores que son familiares del Señor secretario y sus allegados no se les toca, prefieren despedir a personas incomodas que han hecho la denuncia, que tocar fondo.
Así las cosas, los dos grandes pilares del servicio educativo los cuales son: a) elevar la calidad educativa y b) garantizar un clima que garantice el desarrollo educativo sostenido y que se note en el servicio final son letra muerta.
Si en tiempos de los panistas decíamos que muchas de las cosas no tenían solución por su obsesión admistrativista, con la llegada de los priistas las cosas se han vuelto mucho peores, no se sabe si es un asunto que esté asociado con el estilo personal de gestionar, o se trata por sistema de hacer un mal uso de los recursos públicos.
Hay personas al interior de las oficinas admistrativas de la SEJ encargadas de crear empresas fantasmas, simular licitaciones, facturar hasta por millones de pesos, comprar productos y construir obra pública a sobreprecio (un ejemplo de ello es la Linea Tres del Tren Ligero, un dueño de un taller de herrería aseguró que el kilo de soldadura se lo pagaban a $5.00 pesos, cuando el precio pagado a la empresa española es de $40.00 pesos, hay $35.00 que alguien lo reparte o se queda con ellos) todo con el compromiso de mocharse para beneficiar a todas las personas que estén involucradas en el proceso (siguiendo el modelo de desfalco en estados como Veracruz, ver El Financiero, 16 de junio, http://www.elfinanciero.com.mx/economia/con-duarte-veracruz-fue-paraiso-de-la-evasion.html).
¿Quién se encarga de vigilar todo esto? ¿Hacia dónde se puede dirigir una denuncia ciudadana, para que auditen en serio y finquen cargos y consecuencias a los responsables? ¿De esto está enterado el gobernador del estado o él forma parte de las redes de corrupción y por lo tanto recibe la respectiva salpicada –como se dice– del saqueo de recursos públicos? ¿Qué resultados ha dado hasta ahora la supuesta auditoría que mandó realizar el gobernador al Instituto de Pensiones de Jalisco por denuncias de mal manejo de los recursos de los trabajadores del estado?
El asunto es grave porque en el fondo está en juego la supuesta legitimidad de un proyecto que hasta ahora no existe. Muy pronto en el seno de la SEJ se anunciarán cambios pero como en la obra de Gatopardo de Lampedusa: “Se trata de que todo cambie para que todo siga igual”.

*Doctora en educación y consultora independiente. [email protected]