La juventud y la mar
Rubén Zatarain Mendoza*
Aún mueve sus frágiles faldas la monumental catrina en el malecón de Puerto Vallarta.
Sus ojos sin vida otean el horizonte; parece que fija su inerte mirada hacia la Bahía de Banderas.
Los transeúntes locales y visitantes voltean hacia arriba de día, de noche. En ese lugar lleno de vida, de encuentro de naturaleza y seres humanos con biografías a cuestas, la muerte parece que no tiene permiso, parece fuera de lugar.
En estos días posteriores al 2 de noviembre, los extasiados turistas se bañan de luz solar y de verde jade, de azul marino; contemplan, detenidos o caminantes, al “camarada” mar, como diría algún poeta; el mar, la mar que alimenta a la comunidad de pescadores, a la comunidad turística.
Al fondo el singular cuadro de variados paisajes de aguamarina; de vez en cuando un velero cruza, el sonido de una lancha rompe el silencio; en lontananza el color que se difumina y la línea del horizonte, el límite mismo del observador u observadora.
Entre el flujo de paseantes, los angloparlantes e interesados, que conversan y expresan puntos de vista sobre las elecciones de Estados Unidos.
En este Puerto abrazado por el mar, orografía vestida de naturaleza y de ilusiones humanas, también se siembra el futuro. También se educa a la infancia y adolescencia que concurre a la escuela secundaria, también se abordan contenidos y procesos de desarrollo y aprendizaje relacionados con la educación ambiental, con la formación biológica; también emerge el talento.
El contexto, el territorio, el encuentro humano intercultural, está pletórico de objetos de observación y alimenta los temas de arte y literatura. Es ineludible liberar la sensibilidad, sentipensar, hacer filosofía y ensayar las respuestas a las preguntas fundamentales, y al movimiento de una hoja de palmera hacer textualidad y tomar la pluma para el registro de percepciones y pensamientos para hacer expresión literaria.
En ese proyecto educativo apasionante y demandante que es el aula y el taller de la escuela secundaria tiene lugar el aprendizaje de la escritura.
Formar lectores y educandos capaces de tomar el lápiz, la pluma o la tecla y atreverse a relatar, es parte del ideal y el dispositivo pedagógico que se intenciona en la educación secundaria.
Escribir un cuento es parte del proyecto integrador de trabajo en el calendario de lecto- escritura implementado en la zona escolar de secundarias generales federalizadas de Puerto Vallarta, desde hace ya algunos ciclos escolares.
Luchamos contra la abulia, la dislexia, la disgrafía y el autismo social que trajo como efecto secundario la pandemia.
Lectura y escritura fueron parte del paquete sanador y de sobrevivencia, hacia allá la estrategia para aminorar rezagos.
En la zona escolar de referencia, este ciclo escolar destaca un excepcional logro.
En la convocatoria de la edición XXIV del concurso de expresión literaria la Juventud y la Mar de 2024, en el marco del Día de la Armada Nacional de México de 1825 a celebrarse el 23 de noviembre, emitida por la Secretaría de Marina, la alumna de Tercer Grado de una de las escuelas secundarias obtuvo uno de los primeros lugares nacionales, representando decorosamente al municipio de Puerto Vallarta y al estado de Jalisco, representando dignamente su escuela y la zona escolar.
Al igual que otros compañeros y compañeras, ha escrito un relato y, con el apoyo de su maestra de Español, María Magdalena Mora García y la directora de la escuela Elvira Salcido Alarcón, se envió a concurso.
Su relato se titula: ”Una tierra mejor” y como escritora novel de tercer grado de secundaria doy espacio a su participación en sus propias palabras:
“Soy Julieta de la Torre Fernández, nací el 27 de noviembre de 2010 en Puerto Vallarta y tengo 13 años. Mis padres son Vero Fernández Linares y Jorge Reyes de la Torre, y mi hermano menor es Dante de la Torre Fernández. Mi amor por la literatura nació desde muy pequeña, ya que mi mamá me contaba cuentos para dormir. Cuando era infante estuve en un programa de radio donde contaba cuentos en una pequeña sección del programa. La literatura y la poesía me apasionan por la gran extensión de mundos que se pueden hacer; libros extensos con historias fascinantes siempre me han encantado”.
Tres pistas pedagógicas destacan de este párrafo.
La primera, la importancia de la lectura oral por parte de la madre. La mediación de la voz del ser amado, que tranquiliza y da seguridad, que además educa la atención y la escucha atenta desde temprana edad.
La segunda, la práctica de contar cuentos ante el micrófono radiofónico, entraña una destacada competencia y amor por la lectura.
La tercera tiene que ver con la expansión de mundos que hace posible la lectura de historias o de poesía.
Por eso, biografías vivas como la de Julieta de la Torre inspiran para fortalecer la competencia lectora y la habilidad de la escritura en el entorno de la educación secundaria.
Su relato “Una tierra mejor” es la historia de un robot que sobrevive al “impacto” que colapsa la vida en la tierra y al abandono de la misma por los últimos sobrevivientes humanos.
El hallazgo del personaje principal, que encuentra por accidente un pequeño pingüino y que luego se relaciona con una bióloga marina, casualmente también sobreviviente, concluye con una difícil recuperación de la calidad del agua y una esperanzadora reposición de la vida en la tierra con la colaboración de manos de varios robots.
La historia es un buen ejemplo de la conciencia ecológica que progresivamente aprenden las nuevas generaciones.
Conciencia ecológica de difícil práctica social en entornos como el municipio de Puerto Vallarta, pero que formativamente para docentes, niños, niñas y adolescentes es un tema irrenunciable.
Qué gratificante es encontrar ejemplos de adolescentes que se emancipan de la dictadura de las redes sociales que cosifican tiempos y pensamientos. Qué gratificante es transportarse a través de su escritura a esa construcción de mundo, a esa pequeña muestra de imaginación y creatividad.
Quede esta colaboración desde el espacio de la revista EDUC@RNOS como una amplia felicitación y reconocimiento a la triunfadora JULIETA DE LA TORRE FERNÁNDEZ por iniciar el camino promisorio de la escritura con un honroso primer lugar en el concurso LA JUVENTUD Y LA MAR 2024, organizado por la Secretaría de Marina que, de esta manera, enaltece la expresión cultural y estimula el trabajo literario creativo de los jóvenes.
Para cerrar esta colaboración, un fragmento de la parte inicial del relato ganador:
“La vida aquí es muy aburrida. Voy a la escuela, vuelvo a casa y pongo a cargar mis circuitos. A veces viene mi papá y cuenta historias sobre los humanos, criaturas que, si bien me crearon, he llegado a detestar. No sólo por su vasta ignorancia, si no por su terrible trato a la tierra. Verán; hace muchos años, los humanos nos crearon con el propósito de ser ayudantes personales. Sin embargo, empezamos a desarrollar gustos propios, y una especie de conciencia. Nosotros empezamos a tener algo de miedo. Los recursos se empezaron a acabar, pero a ellos no parecía importarles. Un día, que nosotros denominamos como “el impacto”, el agua, el cielo y todo el aire tomaron un color rojizo. Temíamos que los humanos fuesen a hacer algo loco, y así fue…”
*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]