La corrupción no educa solo des-educa
Andrea Ramírez Barajas*
Están saliendo los trapos sucios de los gobiernos priistas, los Duarte en Veracruz y Chihuahua, Monge en Quintana Roo, y todo ello no porque los gobiernos panistas o perredistas no sean corruptos, todos lo son, es cuestión de tonalidades o como decía aquel presidente campirano: “yo si robé, pero poquito”.
La corrupción es el peor cáncer social que corroe y madrea los proyectos de desarrollo, la corrupción está en todas las esferas, en todas dependencias, en todos los círculos sociales y cuando la corrupción llega a educación entonces el problema se complica y se hace aun mayor por los significados que esto conlleva.
La naturaleza del concepto educativo es muy edificante, edukare o educere de acuerdo a sus etimologías, “dar a luz, dejar salir”, “intervenir, guiar, conducir, ser modelo para los que observan, imitan y actúan”, etcétera. La educación juega el papel de construcción de ciudadanos y de sociedades, libres y civilizadas.
La corrupción en cambio es una fuerza letal, devastadora que madrea todo lo que se ha construido, todo lo que se pone en el camino, destruye proyectos, principios. La corrupción se personifica en funcionarios del sector público y privado en personas que están en el gobierno y en el poder, los cuales hacen uso del patrimonio público, del patrimonio de todos, cuyo único interés es formarse, educarse, para aprender caminar socialmente y dichos recursos los desvían a sus propias arcas, a sus cuentas de banco en cualquier lugar del mundo.
La corrupción es un ejercicio complejo que va más allá del robo del patrimonio público, del abuso de confianza en el tráfico de influencias a partir de aprovecharse del puesto que la misma sociedad les ha dado. Los corruptos y corruptas, son personas que no han sido educadas, que su paso por la escuela sirvió de nada o de muy poco, malversar o mal utilizar los recursos públicos con fines particulares y más cuando dichos recursos (es decir) dicha riqueza está pensada en diseminarse para llegar a todos o a los más, es lo más ruin que puede hacer una persona. La cárcel es poca cosa como castigo.
Comienzan a salir noticias del manejo de los recursos públicos, en el gobierno estatal, en los funcionarios de la UdeG, no se diga en la SEJ, en el SIAPA, en Pensiones del estado… sabemos muy bien quienes se benefician con ello pero ¿quién vigila y castiga a los que roban, a los que hacen mal uso de las recursos públicos de la sociedad?
Hubo un tiempo que se creó una consigna “la corrupción somos todos”. Eso no es verdad, habemos aun gente honorable que conocemos los límites humanos y el patrimonio que es de los demás, y hemos aprendido a través de los actos educativos significativos a saber respetar lo que no es nuestro y que es de los demás.
Los funcionarios del gobierno no lo entienden, como decía la maestra de preescolar, se requiere explicarles con bolitas y palitos a los funcionarios de alto nivel, que con la corrupción se genera más daño que el supuesto beneficio que obtienen al robar.
Lo que se publica es sólo la punta del iceberg de lo que se han robado, cómo estará abajo en donde ningún ojo puede acercarse a mirar lo que la sociedad pierde cuando unos vivales de cuello blanco roban. Ya basta de corrupción en educación, la tarea educativa y los recursos públicos deben blindarse para salir adelante y garantizar una buena educación para todos y todas.
*Doctora en educación y consultora independiente. [email protected]
La corrupción la vivimos, la aceptamos y la toleramos desde la mayoría de los espacios del trabajo escolar. Es un secreto a voces, “todo el mundo lo sabe”; ES PARTE DE LA SIMULACION QUE A DIARIO VIVIMOS, DESDE LOS ESPACIOS DE LOS APIE HASTA LOS DE PRIMER NIVEL.
Palabras de Neri Vela, diciembre 2015, al recibir un reconocimiento de diputados y senadores.
“La corrupción de políticos y empresarios ha aumentado descarada y escandalosamente. No hay valores, no hay amor a la patria, no hay generosidad hacia los millones de pobres y analfabetas que abundan en el territorio nacional. Hay mucha simulación. La impunidad está a la orden del día. Por ello, los mexicanos cada vez creemos menos en quienes nos gobiernan.
“Si estos no respetan las leyes que emanan de este sagrado recinto, ¿cómo esperar que los ciudadanos, que sufren de hambre y discriminación también las respeten? El ejemplo siempre debe venir desde arriba”, subrayó.
Palabras del escritor Fernando del Paso, al recibir el “Premio Cervantes – 2015” (es entregado en abril de 2016);
Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza, pero más vergüenza sería guardar silencio, dijo emocionado en un discurso inusual para estas ceremonias;
“Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo”.