La cobijita de Bartola
Luis Rodolfo Morán Quiroz*
Muchos recordamos aquella tonadilla de la canción de Chava Flores (1920-1987), “Mira, Bartola, ahí te dejo esos dos pesos: pagas la renta, el teléfono y la luz (es decir, la energía eléctrica) (…) El dinero que yo gano/ Toditito te lo doy/ Te doy peso sobre peso/ Siempre hasta llegar a dos/ Tú no aprecias mis centavos/ Y los gastas que da horror/ Yo por eso no soy rico/ Por ser despilfarrador”. Encuentro que ya hace diez años, Juan Carlos Villarruel señaló, aludiendo a esa canción, que “después de tanto año, el trabajo y el esfuerzo de las personas modestas no es suficiente para que superen su condición de necesidad perenne. No hay capacidad de ahorro, porque el ingreso es menor al gasto” (https://juancarlosvillarruel.wordpress.com/2014/03/30/la-bartola/).
El primero de octubre de 2024, parecería que el pejidente saliente le dejó una herencia presupuestal a la presidenta (con a) entrante: “ahí te dejo ese presupuesto, que incluye una enorme deuda. Pagas los trenes, la refinería, el aeropuerto y las pensiones. Con lo que sobre, repartes para la educación”. Así: “La deuda neta del Gobierno Federal se ubicó en 14 billones 626 mil millones de pesos en septiembre de 2024. El 83.1% se mantuvo en el mercado interno, del cual, 75.9% se contrató a tasa fija y con vencimientos a largo plazo”, según la Secretaría de Hacienda (https://www.secciones.hacienda.gob.mx/work/models/estadisticas_oportunas/comunicados/ultimo_boletin.pdf). El rubro de educación aumentó 6.3% entre enero y septiembre de 2024. En contraste con 9.2% de aumento en combustible y energía; y de 55% para transporte. Cabe mencionar que: “las participaciones a entidades federativas y municipios crecieron 5.0% real al cierre de septiembre, en línea con el aumento de 4.2% real de la recaudación federal participable”. Los datos de estas cuentas vienen a cuento por lo que nos enteramos en días recientes: esas participaciones no son suficientes. Según calculan algunos que saben de economía, en realidad los aumentos para educación equivalen apenas a una décima de un punto porcentual (0.1%) (https://aristeguinoticias.com/2011/mexico/en-presupuesto-para-educacion-hubo-aumento-del-0-1-con-relacion-a-2024-mexicanos-primero/). Además de las muy neoliberales becas para estudiantes, que implícitamente entregan el gasto para que la gente se rasque con sus propias uñas y hasta donde le alcance, se destinarán recursos a recuperar las escuelas de jornada completa, que se habían cerrado en el sexenio anterior. Lo que hace afirmar a algunos algo que equivaldría a que primero se compraron los alipuces y luego se procedió a lo prioritario, pues por recortes en el presupuesto para 2025 reflejan las irresponsabilidades fiscales del sexenio anterior (https://aristeguinoticias.com/1811/mexico/recortes-en-presupuesto-2025-son-costo-de-irresponsabilidades-fiscales-en-gobierno-previo-especialistas/).
El gobernador (saliente, pero todavía no se ha ido) de Jalisco protestó por los recortes en las participaciones para los estados y señaló que mejor ya la entidad federativa se saldrá del pacto fiscal. Todavía está por verse si eso será posible, pero la queja es que con la reducción de casi ocho mil millones de pesos en los ejercicios fiscales de 2023 y 2024 se desprotegieron áreas vitales de la economía jalisciense. El futuro exgobernador, que terminará su gestión el 5 de diciembre, señaló que a “Jalisco no lo va a desmantelar el gobierno federal en materia de salud y en materia de educación” (https://www.eleconomista.com.mx/estados/jalisco-inicia-ruta-juridica-abandonar-pacto-fiscal-20241119-734886.html). En cierto modo, Alfaro alza la voz y le grita a la federación “¡no jalen que descobijan!” Cabe resaltar que María Teresa Gutiérrez, directora de Monitoreo de Indicadores en Mexicanos Primero, en la nota referida arriba señala que más de 50 mil escuelas no cuentan con agua potable y más de 26 mil escuelas no cuentan con electricidad. Los gastos de teléfono, de equipamiento y de sueldos a los trabajadores docentes y de servicio se reducirán por una política explícita de austeridad. Sospechamos que, como el manto de San Martín, luego obispo de Tours (317-397), la mitad ya no alcanza a cubrir lo mismo que cubría antes de regalar la mitad a un mendicante (https://www.vaticannews.va/es/santos/11/11/s–martin–obispo-de-tours-.html). Si ya Andrés dejó a Claudia media cobija comprometida, los pleitos por la mitad restante seguirán a lo largo del sexenio que la actual presidenta ha llamado “el segundo piso de la 4T”. El pago de la deuda se acerca, según la fuente aquí citada, a casi 15% del gasto total (https://imco.org.mx/paquete-economico-2025/). Es decir, no es posible ni estirar ni jalar, ni extender mucho la cobijita que nos queda. Por lo que varios rubros quedan descobijados y no tendrán más remedio que agarrar calor con la proverbial “cobija de los pobres” que se cantaba en la lotería popular: es decir, que para algunas tareas será necesario aprovechar hasta la última esquinita del papel necesario para realizarlas.
Si las instituciones educativas mexicanas planearon aumentar su equipamiento, ampliar sus infraestructuras o prometían contratar personal o aumentar los sueldos de su personal, es probable que habrán de acudir al apoyo de medidas (otra vez, neoliberales) como cobrar cursos, aumentar cuotas voluntarias -a- fuerzas, realizar rifas, bailes y otras formas de recaudación. Según datos de 2020 (es decir, antes del actual presupuesto de gastos para 2025), la inversión educativa total en México alcanzó el 4.5% del PIB (con participaciones públicas y privadas), en contraste con el 4.9% para los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (https://ciep.mx/gasto-educativo-desigual-e-inequitativo/#:~:text=La%20inversión%20educativa%20total%20alcanzó,financiamiento%20público%20(OCDE%202021)). Cabe mencionar que el porcentaje del PIB que representa el gasto en educación en Estados Unidos es del 5.44% y de 5.61% en Suiza; del 7.74% del PIB en Bolivia, 9.39% en Cuba y del 6.6% en Sudáfrica, 6.4% en Chile y 7% en Costa Rica. Andrés Fernández Arauz, desde Costa Rica, argumentaba que el porcentaje del Producto Interno Bruto dedicado a la educación es un indicador adecuado, aunque no suficiente para darse idea del impacto del gasto educativo. Así, el gasto por estudiante y la relación entre la inversión y los resultados redondean la idea del impacto que tienen por recursos dedicados. Así, México dedica un 13.78% del PIB per cápita por alumno, mientras que Estados Unidos alcanza cerca de un 20%, al igual que Honduras, Costa Rica, Brasil, Polonia, Suecia y Noruega (https://www.indexmundi.com/es/datos/indicadores/SE.XPD.PRIM.PC.ZS).
El informe de 2023 de la UNAM detalla el contexto en que se desarrolla la educación superior en México y especifica las condiciones de funcionamiento de la primera universidad del país (https://www.planeacion.unam.mx/informes/PDF/InformeRector2023.pdf): “México invierte 3,239 dólares anualmente por estudiante de tiempo completo (ajustado por poder adquisitivo), en comparación con el promedio de la OCDE que es de 12,647 dólares”. En ese mismo informe se señala: “la tasa de absorción total de los alumnos egresados de bachillerato se ha incrementado de 75.9% en el ciclo escolar 2020-2021 a 88.8% en el ciclo 2022-2023; además, el abandono escolar pasó de 8.8% a 6.0% en el mismo periodo”. Ya en meses recientes fuimos testigos del enfrentamiento por los recursos entre el gobernador de Jalisco y las autoridades de la Universidad de Guadalajara. Uno de los argumentos giró en torno al gasto por estudiante. Villanueva señaló: “En 2015 la Universidad recibía 28 mil 972 pesos por estudiante, monto que en 2023 (bajó a) 20 mil 849 pesos” (https://www.ntrguadalajara.com/post.php?id_nota=189839).
La investigadora del CINVESTAV, Alma Maldonado Maldonado (2024), señala en un capítulo del libro El futuro de la política de educación superior en México. Los rezagos y las oportunidades (https://iippg.cucea.udg.mx/sites/default/files/adjuntos/El%20futuro%20de%20la%20pol%C3%ADtica%20de%20educación%20superior_con%20semblanza.pdf) que, en realidad, hay negligencia en el sector de la educación superior en donde no se cumple lo prometido, se “explican” las deficiencias con pretextos para no haber cumplido las metas y los propósitos e, incluso hay escasa eficiencia terminal. Como lo muestra para el gran proyecto de crear las Universidad Benito Juárez para el Bienestar. En pocas palabras, que los recursos dedicados a las instituciones de educación no necesariamente sirven a los fines explícitos de las instituciones.
Los reclamos, las quejas, las exigencias y los argumentos a favor y en contra del actual presupuesto de gasto dirigido a la educación en todos sus niveles en México seguirán suscitándose durante los próximos meses y, quizá, por años: ya sabemos que no hay dinero que baste. Y mucho menos, si la cobija es de menor alcance del requerido. En todo caso, los docentes tendrán que despedirse de su esperanza de que la 4T recuperaría el poder adquisitivo de los salarios, en compensación por el deterioro económico de los regímenes que en años recientes se han dado en llamar “neoliberales”. Pobre Bartola, “Guárdate algo pa’ mañana/ Que hay que ser conservador/ Ya verás cómo te ahorras/ Pa’ un abrigo de visón”.
Los datos sobre gasto en educación de la Unesco (febrero de 2024): (https://ces.uis.unesco.org/wp-content/uploads/sites/23/2024/01/EDS-6-Expenditure_SP_Final-WEB.pdf).
*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. [email protected]