Intereses creados

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

La realidad política y el apoyo de la población al gobierno de Jalisco no es la misma que cuando empezó el tema del Covid-19 en México, muy poca gente (incluidos los escépticos de siempre) dudaban de lo que los gobernantes anunciaban, lo mismo desde la recomendación para respetar los protocolos de salud y la inminente suspensión de todas las actividades a finales de marzo.
Conforme se fueron ampliando los tiempos de recogimiento de la población, las inconformidades no tardaron en aparecer, principalmente porque las autoridades se tornaron como entes autoritarios y parecían ese tipo de padres que con chancla y cinto en mano envían las órdenes y mandatos a sus hijos.
La realidad actual ya superó desde hace tiempo a gobernantes y gobernados, sobre todo porque los criterios para autorizar unas actividades y otras no, están llenas de contradicciones, el tema de los protocolos ya no son los mismos y tampoco se aplican tan como dice la norma, la sana distancia ya es historia y sólo es funcional como discurso.
Las calles están atiborradas de gente, de autos y transporte público, pareciera ser que ya volvió la normalidad a pesar de que Jalisco sigue con el semáforo naranja (si puedes quédate en casa), sin embargo (y es quizá la parte más compleja para la población), las escuelas permanecen cerradas y no hay fecha definida para su apertura, pero si, muchas prisas del gobierno de Jalisco por volver a la normalidad escolar.
Sabemos que los principales interesados para volver las clases presenciales son los colegios y las demás instituciones que ofertan educación privada, las razones son eminentemente económicas porque la mayoría, al no recibir el total de las colegiaturas y demás insumos que cobran, ya no pueden sostener los gastos de salarios de su personal, totalmente entendible.
La Secretaría de Educación Jalisco ya redactó los protocolos para el retorno a clases, una vez que se filtró la información que ya había fecha para abrir las escuelas, las redes sociales se inundaron con protestas y críticas a la posición del gobierno de Jalisco, caso seguido aplicaron una encuesta con padres de familia para justificar el retorno, cosa que no sucedió porque la mayoría de los encuestados reflejaron temor e inconformidad y si la SEJ abre las escuelas ellos no enviarán a sus hijos.
Por su parte, las Secciones 16 y 47 del SNTE, que en todo momento han estado de parte de la SEJ y el gobierno de Jalisco en lo que va de la pandemia, al ver la respuesta de inconformidad del magisterio para regresar a clases, no les quedó de otra que oponerse a la iniciativa (no sin ante aplicar su propia encuesta y cuyos resultados ya eran de todos sabidos), obviamente que ambas Secciones no iban a hacer cosas diferentes a lo que la dirigencia nacional del SNTE se ha pronunciado a favor de las políticas federales en voz del doctor Hugo López-Gatell.
Lo cierto es que el gobierno de Jalisco y la propia SEJ no encuentran la estrategia convincente para regresar a clases presenciales, sobre todo porque (como siempre) los maestros son los últimos que se toman en cuenta para generar iniciativas o reformas educativas; una vez más se vuelve a comprobar que sin los maestros no es posible tomar decisiones por más innovadoras y revolucionarias que éstas sean. Ojalá y que esta lección sirva de algo para que se rompan todos los tabúes que tienen los gobiernos acerca de los maestros y, de una vez por todas, las autoridades entiendan que la experiencia acumulada de los trabajadores de la educación es necesaria para entender las raíces profundas de la escuela pública.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

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