Finalmente fueron abiertas las escuelas en Jalisco
Jaime Navarro Saras*
Si bien, las escuelas públicas ya las habían abierto en Campeche y en la mayoría de escuelas particulares en otros estados de la república, este lunes 17 aperturaron aquellas en cuyos estados como Jalisco, el personal educativo fue vacunado entre el 28 de abril y el 4 de mayo. La vacunación fue el detonante para hacer posible que estudiantes y docentes regresen a las aulas y acabar con la educación a distancia como única alternativa docente.
Se regresa con el parte material de que, de las 13 mil 603 escuelas en Jalisco, sólo 400 sufrieron vandalismo, aunque prometen renovar antes de que inicie el siguiente ciclo escolar un poco más de 600 que no están en condiciones por requerir reparaciones mayores, así como completar mobiliario y materiales básicos para atender estudiantes.
Esto, de una manera u otra es un mal menor para que se trabaje en las aulas, lo más importante (desde la visión de las autoridades educativas) es que se regrese a la normalidad poco a poco para retornar las clases de lleno en agosto cuando inicie el ciclo escolar 2021-2022.
México ha sido de los pocos países que cerró las escuelas por 14 meses, el retorno ha puesto felices a estudiantes y padres de familia, sobre todo a aquellos niños y niñas que no tenían el referente de la presencialidad, esta medida es un gran alivio para todos, porque sabemos que después de ello la normalidad está más cerca que nunca, lo que sigue (y no se puede dejar de lado) será poder dar cuenta de los verdaderos aprendizajes que este distanciamiento ha dejado en estudiantes, docentes, directivos, padres de familia, dirigentes sindicales, autoridades educativas y demás sujetos e instituciones, para lo cual enlisto una serie de cuestionamientos que deberán responder los correspondientes agentes educativos:
• ¿El retorno a las aulas realmente tiene implicaciones educativas?
• ¿Cómo se recuperarán las experiencias vividas en la distancia y qué seguimiento se les darán a aquellas en donde se identificaron fallas o inconsistencias didácticas?
• ¿Será permanente la decisión de padres de familia si envían o no a sus hijos a las escuelas y de ser negativas sus decisiones habrá repercusiones institucionales?
• ¿Qué tan flexibles serán los planes de estudio con aquellos alumnos y alumnas que evidencien rezago educativo?
• ¿Qué estrategias se tienen previstas para el manejo de las habilidades socioemocionales de los estudiantes?
• ¿Cómo se apoyará al magisterio en su adaptación al trabajo presencial?
• ¿Quién o quiénes serán los responsables de supervisar los protocolos sanitarios propuestos por las propias autoridades para el retorno a las aulas? ¿Habrá sanciones donde no se apliquen y respeten?
• ¿Seguirá vigente la petición de la secretaria de educación Delfina Gómez acerca de la no reprobación a pesar del no cumplimiento con los mínimos en cuanto a trabajos y tiempos de conectividad por parte de los y las estudiantes?
• ¿Una vez que se regrese a la normalidad áulica las prácticas a través de Classroom, Meet, Zoom y demás medios y redes sociales pasarán a la historia o se seguirán utilizando de manera paralela?
• ¿De seguir utilizando la educación a distancia, las escuelas se modernizarán y habrá presupuesto para ello?
En fin, tenemos por delante mes y medio para que nos adaptemos a la nueva normalidad escolar, esperando que (como ha sucedido en otros países) no aparezca un nuevo rebrote y nos obligue a volver a cerrar las escuelas, es un deseo que volvamos a lo que vivíamos hasta antes de marzo de 2020, que podamos salir a la calle y convivir sin poder contagiarnos o contagiar a los otros, con la ventaja de poder aplicar todo lo que aprendimos o debimos aprender mientras estábamos aislados del mundo y los demás, al tiempo.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]