Esperando que 2016 sea el año

 en Alma Dzib Goodin

Alma Dzib Goodin*

Es el momento del año en que se hace el recuento de los desperfectos y de los aciertos que se obtuvieron, tanto a nivel personal, como en otros ámbitos casi como una tortura mental.
Los diseñadores de proyectos dicen que determinar los aciertos y los errores permite recobrar la línea recta, si acaso ésta fue planteada en un principio, pero como a nivel educativo no se sabe exactamente como fue planteada esa línea, no es claro si existe la posibilidad de que el barco pueda levantar las velas y llevarnos a buen puerto, ante esto, solo nos queda enviar la carta, esperando que no sea robada en el buzón.
En primero lugar, creo que ante el fallo de modelos tomados del extranjero y sin investigación social sería que analicen su viabilidad, ojalá pronto sea posible descansar las metas en el aprendizaje, y no en la educación. Seguro para quienes no conocen mi trabajo esto suene extraño, pero es que entiendo el aprendizaje como un proceso puesto al servicio de las especies con fines de pervivencia, con el cual se responde ante el ambiente.
Por otro lado, la educación se refiere a planes, programas y políticas, diseñadas por unos cuantos con la creencia de que todos aprenden de la misma forma, bajo los mismos principios.
Ante esto, espero que 2016 sea el año en que se comprenda que el aprendizaje se lleva a cabo en el cerebro de cada estudiante, que no tiene fecha de caducidad, por lo que si no se aprende algo hoy, si es necesario en el ambiente, puede aprenderse mañana y que se debe aprender no solo para pasar exámenes, sino para la vida.
Ante las altas tasas de desempleo entre graduados y posgraduados, espero que la sociedad tome conciencia de su papel tan relevante en la formación de las personas, para que la educación superior elimine status de elefante blanco y comience a ser parte de las soluciones de los problemas sociales y haga control natal de programas de estudio que tienen una alta tasa de desempleo, y comience a crear nuevas opciones en base a las necesidades de la sociedad.
En este sentido, debe hacerse conciencia de la necesidad de investigación y que se dejen de lado los supuestos infundados, de que las empresas pueden comprender la formación profesional de los egresados.
Esto aplica en torno a la formación científica. No hay duda de que México tiene mucho éxito en la formación de recursos humanos en torno a la ciencia, pero carece de infraestructura para ofrecer un empleo, por lo que el resultado es el gasto en formación de talentos que encuentran apoyo en el extranjero, o bien la producción de desempleados. Aunque a favor de esta visión pesimista, he de decir que se carece de un seguimiento de egresados que apoye a favor o en contra dicha percepción.
Respecto al arte, ojalá se reconozca la dependencia que a nivel evolutivo hemos creado y que lejos de ser solo un momento de relajación opuesta a los aprendizajes académicos, es una relación estrecha entre la comprensión del ambiente y un apoyo invaluable para los aprendizajes escolares.
Ojalá en 2016 las escuelas abran la puerta al arte en general y sea posible ver artistas motivando a los niños y a los adultos por el camino de la expresión artística. Espero que no me critiquen por esta idea, pero existe amplia evidencia, de que los países que invierten lo mismo en ciencia, arte y deporte, crean ciudadanos más exitosos.
Finalmente, espero que 2016 sea un año lleno de encuentros entre educadores, científicos, artistas en todas sus expresiones, deportistas, niños y público en general, porque el aprendizaje no es solo un tema de la niñez, es un proceso de toda la vida y por ende, tal vez, comiencen a crearse programas para las personas de la tercera edad, que ante la declinación cognitiva, requieren apoyos para mantener una buena calidad de vida.
Esperemos entonces que 2016 sea el año en que la educación abra paso al aprendizaje, no solo para aprobar exámenes, sino para que cada uno encuentre su propio talento y su camino en la vida.
No puedo dejar de lado mis deseos para cada uno de ustedes, los lectores, que hacen que este esfuerzo valga la pena. ¡Gracias por el privilegio de compartir espacios y tiempos!

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. [email protected]

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