Espacios universitarios formativos

 In Carlos Arturo

Carlos Arturo Espadas Interián*

El aprovechamiento del tiempo libre en los espacios universitarios es sin duda un tema que poco a poco ha quedado relegado en algunas instituciones y sin embargo es una de las áreas de oportunidad en donde se puede contribuir a la formación académica, deportiva y artística del estudiantado. Para entender el tiempo libre, es necesario recordar que existe variabilidad de condiciones entre las distintas universidades: geográficas, económicas, ideológicas, académicas e históricas.
Los estudiantes se encuentran inmersos en ambientes universitarios completamente diferenciados a la par de condicionados, que matizan tiempos y modos de estar en la universidad. Así, hay entornos propicios para aprovechar situaciones como: horarios discontinuos comprendidos a lo largo de todo el día; alojamiento de estudiantes dentro o cercanos a los espacios institucionales; ambientes pobres, cercanos a la universidad, que no ofrecen opciones recreativas, culturales o de otra índole; los anteriores sólo por mencionar algunos.
Los espacios en la universidad deben ser diseñados en consideración de dos vertientes. Por un lado, Los requeridos por los diseños curriculares: aulas, laboratorios, que son espacios indispensables para el desarrollo de las habilidades y conocimientos relacionados con los campos disciplinares, habilidades técnicas y demás. Por el otro, los ligados directamente con la formación integral: espacios deportivos, culturales y recreativos, este último implica la cuestión estética. La distribución de espacios educan, las lógicas de los recorridos, así como también el paisaje, posibilitan aprendizajes distintos tal vez a los que el estudiante pudiera estar acostumbrado.
Pensar el recurso para operar una institución de nivel superior significa entonces más allá de la lógica circunscrita de forma constreñida a los programas educativos, tomar en cuenta la formación integral del estudiantado para aportar personas con visiones distintas de mundo, un mundo en donde el deporte, el arte y la recreación tienen lugar y, con ello se trasciende la visión pragmática-utilitaria que signa una educación desde la geografía, distribución y lógicas producto de las formas de aplicar el recurso.
Concebir entornos agradables a la comunidad universitaria, es considerar mundos distintos que ofrecen la posibilidad, a aquellos que no la tienen, de entrar en contacto con formas distintas que resultan gratas al espíritu humano. A la par de la espacialidad se debe desarrollar una plataforma de aprovechamiento de espacios, no significa que primero sea una y luego la otra, ambas se embeben mutuamente. Un espacio sin actividades específicas, al igual que acciones sin los espacios adecuados significan limitantes con distintos grados de impacto en la formación.
La idea de ciudad universitaria sigue vigente, desde esta perspectiva que genera entornos –no sólo físicos– para el desarrollo de toda la comunidad universitaria en las dimensiones que van desde lo disciplinar hasta lo espiritual-humano. Entonces, al planear se requiere tener una visión ampliada de lo que implica la operación de una universidad y para ello es necesario el aporte creativo, innovador y enriquecedor de todas las corrientes de pensamiento y de todos y cada una(o) de los integrantes de la comunidad universitaria. Desde esta perspectiva, el tiempo libre en este tipo de espacios se convierte en tiempo formativo, porque no hay espacios sin razón, sin diseño, no hay actividad ni elemento del entorno que sean vacíos, entendiéndolos en su dimensión ampliada, que se encuentre sin sentido al interior de las universidades.

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]

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