Entre exigencias y apoyo

 en Carlos Arturo

Carlos Arturo Espadas Interián*

La estructura básica en las instituciones de educación básica se encuentra supeditada al presupuesto. Se determina lo que se puede no lo que se debe. A partir de las exigencias hacia las escuelas del nivel, además del profesorado calificado y profesional a cargo de las materias, campos o disciplinas, se tendría un requerimiento de perfiles como:

1. Profesional de la educación: perfiles de Pedagogía, Educación, Ciencias de la Educación… con este perfil se construirían los proyectos educativos con fundamentación teórico-conceptual, con congruencia epistémica, visión de impactos desde lo escolar hasta lo comunitario y, sobre todo, se direccionaría la participación de los distintos actores para darle sentido al acto educativo.
2. Inclusión educativa: para la detección de situaciones específicas que requieran canalizaciones y atenciones desde una didáctica especial que permita darle continuidad a los proyectos de inclusión que construyen una sociedad justa, al menos en el trato y convivencia. Proporcionaría la posibilidad de asesorías y orientaciones continuas al profesorado de un centro educativo.
3. Sociólogo educativo: permitiría direccionar y complementar las acciones concretas de vinculación, matizar proyectos, programas y propuestas para considerar el papel social de la escuela desde la perspectiva de la política educativa del Estado Mexicano y sobre todo, la posibilidad de recuperación de atender necesidades sociales, culturales y políticas de los actores educativos.
4. Educador popular: perfiles como Intervención Educativa, Servicio Social y otros más que permitirían trabajar proyectos de apoyo desde el centro educativo para las familias y el entorno comunitario de la escuela, con ello se tendrían espacios seguros y una escuela integrada a la comunidad.
5. Profesores de artes, idiomas y educación física: perfiles diversos que permitirían la recuperación cultural y la posibilidad de crecimiento espiritual de los actores educativos en el sentido amplio.

Sin estos perfiles, las escuelas no pueden operar desde las exigencias que el propio Estado declara en sus distintos proyectos, programas, modelos y aspiraciones.
Aunado a los perfiles, se tendría que evaluar la infraestructura de las escuelas para tener espacios que permitan la socialización, recreación, sensibilización hacia el ambiente y lugares para el desarrollo de habilidades que no únicamente se supeditarían a lo académico, sino también a lo artístico, cultural, espiritual y demás.
El reto es grande, pero seguirá siéndolo, mientras el estado no reconozca que las exigencias hacia las escuelas no sólo de nivel básico, sino de todos los niveles en este país, no corresponden al apoyo que estas reciben.

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. cespadas1812@gmail.com

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