Entre crematorios clandestinos e incendios
Rubén Zatarain Mendoza*
Por primera ocasión se celebra un Día Internacional de la Mujer en México bajo la presidencia justamente de una mujer, definida por ella misma como madre, abuela, científica, ambientalista y ahora con la responsabilidad de la alta magistratura de la presidencia de la república.
Un día después de la celebración del Día de la Mujer, entre marchas, pancartas, gritos y voces de un abanico amplio de causas y emociones, la concentración masiva (se dice en la prensa que más de 350 mil personas) para manifestar unidad nacional en el tema de los aranceles y los migrantes.
Por enésima vez, el punto de encuentro fue El Zócalo de la Ciudad de México.
Qué bien se vio la clase empresarial al lado de su presidenta, qué bien las mujeres y los hombres que se dieron cita en el zócalo y al unísono apoyaron la estrategia de gobierno en este clima tenso de relaciones con el gobierno estadounidense.
Qué bien el padre “Pistolas” de Michoacán que se manifiesta al lado de la presidenta, al contrario de la silente actitud de muchos clérigos.
Hombres y mujeres del pueblo raso y llano, líderes de distintas organizaciones, gobernadores, presidentes municipales, diputados, senadores: el México unido que ahora tiene causa común ante la amenaza externa.
Las discrepancias políticas, bienvenidas en otros temas de la agenda nacional, pueden por ahora esperar.
La concentración masiva en el marco de una asamblea informativa, los micrófonos y las imágenes que cruzan la geografía nacional, buena lección de la ciudadanía que prioriza el bien nacional sobre la visión sectaria o de intereses partidistas y de grupo.
La voz en cuello descansa mientras la caída de la bolsa de valores se manifiesta ante el efecto Trump.
En Jalisco, el mismo domingo 9 de marzo, la contingencia ambiental por el primer incendio en el Bosque de la Primavera.
Las llamas tempranas que activan la contingencia y la circular que llega a los directivos escolares de algunos municipios de la zona metropolitana de Guadalajara para suspender clases el lunes 10 en el turno matutino.
La inadecuada calidad del aire.
Una amplia área de la zona metropolitana cubierta por una densa capa de humo y un aire irrespirable.
El reinicio de las actividades escolares el martes 11, el aire contaminado y la incidencia de dolores de cabeza en muchos educandos y educadores.
Los cíclicos incendios, la claridad de que el fuego no es el culpable.
Las causas complejas de origen aún por dilucidar, la persistencia del problema pese a la normatividad, programas de desarrollo del tópico y acalorados debates en congreso y ayuntamientos que ponen a prueba la capacidad de nuestras instituciones ambientales para la prevención y capacidad reactiva.
La crisis ambiental y las malas noticias no detienen la catarsis colectiva que representa el fútbol en fin de semana.
Hay tiempo para asistir a los templos a rezar y tiempo para asistir a los estadios o ver en televisión la eterna repetición de lo mismo en las canchas deportivas.
Las cenizas que ahora vuelan por donde hasta el inicio del fin de semana había árboles y vegetación saludable, donde había fauna en condición de sobrevivencia por la adelantada sequía.
La atmósfera deportiva que es parte del entorno social de una ciudad con ceguera paradigmática en temas trascendentales de la convivencia urbana como los temas ambientales y los de la contención social y de gobierno sobre la seguridad.
La atmósfera de la seguridad pública en Jalisco mientras su población se distrae en los partidos jugados por los clubes Guadalajara y Atlas. El incendio y las borracheras de muchos.
Catarsis y evasión contra concientización y corresponsabilidad en la solución de los problemas, cuya gravedad se acentúa por el ausentismo de la sociedad.
De entre las imágenes que circularon en redes sociales y medios de información en razón del crematorio clandestino en el rancho Izaguirre del municipio de Teuchitlán, impactante es ver los objetos personales, mochilas, zapatos y hasta una maleta que alguna vez pertenecieron a alguien: ella o él.
Los tétricos hallazgos del 5 de marzo del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
Qué indignante hallazgo, qué tragedia, qué crisis de gobernanza en materia de seguridad pública, qué rapidez para eximirse de responsabilidad: “Si la Federación está interesada en ser parte de las investigaciones, por supuesto que nosotros los recibimos con los brazos abiertos, independientemente de que estos sucesos NO FUERON DURANTE MI MANDATO, porque este rancho se descubrió en el mes de septiembre (2014), nosotros tenemos que colaborar y hacer la parte que nos toca en las investigaciones” (Pablo Lemus, gobernador de Jalisco, 10 de marzo de 2025).
En la conferencia mañanera (citada en La Jornada, 11/03/25), la presidenta afirmó: “ES TERRIBLE”, refiriéndose a la localización de crematorios en Jalisco y de paso cuestionar el desempeño de la Fiscalía General de Justicia del gobierno estatal, a la que le falta profesionalización.
Estamos en 2025 y han pasado más de 80 años del holocausto perpetrado contra los judíos y otros grupos en Auschwitz, Polonia.
Qué impresionante es ahora hacer visita de sitio en aquel lugar y conocer los hornos crematorios y, en uno de los espacios del ahora museo, observar un incontable número de zapatos, de prótesis, muletas y otros objetos que sobreviven como evidencia del horror.
Qué inenarrable imaginar el sufrimiento de los dueños y dueñas de aquellos objetos en la coyuntura de una Segunda Guerra Mundial.
En supuestos tiempos de paz, es inenarrable pensar e imaginar el caso de los desaparecidos y desaparecidas que terminaron sus días en ese lugar de Jalisco donde nos enorgullece la cultura de Los Guachimontones como muestra de las culturas de Occidente.
Difícil imaginar el dolor de las víctimas y la saña de sus victimarios.
Hace menos de dos años, Jalisco festejaba su constitución como estado libre e independiente y hace menos de un año el 200 aniversario de ser parte del pacto federalista de los Estados Unidos Mexicanos. Hoy Jalisco una vez más se encuentra en la lupa nacional e internacional por el tétrico hallazgo de sus crematorios clandestinos.
Las justificaciones al estilo Jalisco han sido más rápidas que la clarificación de los hechos; el ejercicio de gobierno estatal y la Fiscalía del estado, esquiva y rebasada por el grupo de madres y personas buscadoras.
El movimiento ciudadano, lejos de la franquicia política que ha usurpado tal denominación y su trabajo casi arqueológico: las manos, los ojos, los oídos, los pies, las inteligencias, los buscadores totales y sus hallazgos no aptos para sensibles.
Los seres queridos, cuyo recuerdo les inyecta energías y ánimos para la ardua tarea, el tesoro afectivo que hace latir sus corazones, los días y las noches eternas, los retazos de información para cuadrar la localización, el punto geográfico inocultable al escrutinio de su mirada.
La delincuencia piromana prestidigitadora de evidencias, la delincuencia impune que opera de manera transexenal; Jalisco, cementerio sin táctica y estrategia.
El fuego se llevó cuerpos, rostros e identidades. Hay pocas evidencias para reconstruir los hechos, para hipotetizar identidades.
Ahí está el reto de las ciencias forenses, ahí el desafío de los proyectos de gobierno pasados y presentes para armar las pistas y ofrecer información fidedigna.
Entre crematorios clandestinos e incendios, ojalá no se calcinen las esperanzas de que el nuevo gobierno estatal tenga capacidad de coordinación y voluntad suficiente para pacificar y clarificar los hechos.
*Doctor en Educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]
¿Con qué palabras describir este exterminio?, ¿Cómo nombrar este hecho de crisis humanitaria?, me cuesta trabajo expresar palabras, solo aparecen las de: irracionalidad, impotencia, desesperanza, desdicha, miedo, silenciamiento.
La atmósfera de humo en los tempranos incendios aunado al aire pesado de la contaminación metropolitana, nubla la visión, las imágenes de los cientos de desaparecidos, sus voces que gritan a través de los seres queridos que los encuentran esparcidos, parece una imagen que se graba en la memoria colectiva y las subjetividades sociales de impotencia ante el estado de indefensión. Heroicas Madres buscadoras que siguen incansables, que dejan ver y señalan con valentía la cruda realidad.
La vida humana hoy vendida como mercancía de uso y desuso, incertidumbre de futuro que clama en urgencia social, suma de voluntades por lograr, por generar conciencia ante salvaguardar el derecho a la vida.