El retorno a clases presenciales, si pero no
Jaime Navarro Saras*
Pues sí, finalmente llegó el día en que se aplicarían las vacunas a los trabajadores de la educación de escuelas públicas y privadas, pegado a ello se insiste y propone el regreso a las clases presenciales, aunque la mayoría de estados de la república mexicana afirman que el regreso será hasta agosto, en el caso de Jalisco también se ha dicho lo mismo, aunque el 17 de mayo (15 días después de que el personal reciba las vacunas) se abrirán las escuelas con guardias escalonadas para realizar actividades administrativas y recibir trabajos de los alumnos.
La excusas para no regresar a la presencialidad lo era el color del semáforo y la falta de vacunas para el magisterio, eso ya no lo será porque en las próximas semanas todo el magisterio estará vacunado y el color del semáforo será verde en casi todo el país, sin embargo, lo que no se ha puesto en la mesa de las discusiones es, si se regresa antes de que termine el ciclo escolar o hasta agosto, cómo será el trabajo docente para aquellos estudiantes que se queden en casa mientras sus compañeros están en clases presenciales.
Es cierto que hay un hartazgo por el trabajo a distancia, pero también hay cansancio, estrés y situaciones depresivas en buena parte del magisterio, visto así, el regreso a las aulas será un escape emocional para docentes, estudiantes y padres de familia, por lo cual, el ciclo escolar 2021-2022 deberá centrarse en recuperar mucho de lo perdido por todos los que conforman la comunidad educativa, en el centro de ello deberán estar las emociones, las relaciones humanas y la salud mental de las personas.
Lo que no podemos aceptar de las autoridades educativas son las actitudes autoritarias, las prácticas amenazantes y las acciones represivas para que se regrese a la presencialidad de manera obligada o, que se condicione la vacunación a los derechos laborales. Habrá que estar atento con aquellos directores, supervisores y jefes de sector, quienes suelen tener su propio librito y reglamento para aplicar las normas a su antojo sin que medie autoridad alguna o alguna representación sindical.
El regreso a las aulas, después de estar lejos de éstas por más de un año, no será fácil, en este sentido, lo que se requiere son acciones basadas en la flexibilidad, la persuasión y la sensibilidad, será difícil para todos; es un poco como regresar de la guerra y acostumbrarse a la paz, en este escenario serán más necesarios que nunca los equipos psicopedagógicos y de trabajo social en las escuelas y que, para vergüenza de las autoridades educativas del pasado reciente, estos equipos ya no existen en muchas escuelas gracias a las prácticas neoliberales que adelgazaron la nómina magisterial en el sexenio reformista de Peña Nieto.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]
Se habla del regreso este 17 de mayo de 2021, ya vacunados los docentes, sin embargo todavía tenemos necesidades de espacios para cubrir, en otras palabras en mi escuela de preescolar a partir del 10 de abril de 2021, se genero una licencia de maternidad y hasta el día de hoy no ha llegado la educadora para cubrir ese grupo. Seguiremos esperando pero ya con la vacuna esto nos tendrá tranquilos realizando nuestro trabajo.
El regreso a la presencialidad debe ser un decisión corresponsable, entre autoridades y trabajadores de la educación; está como causa principal la formación de los estudiantes, para hacer efectivo su derecho Constitucional a recibir educación de “excelencia”, pero no se debe exponer la integridad de ningún protagonista. Las condiciones en el contexto nacional son muy diversas, lo cual implica que habrá varias modalidades para sistematizar el retorno.
Lo verdaderamente grave es la afectación de los indicadores educativos que tienen impacto directo en los estudiantes de todos los niveles.