El problema de los Ninis en México
Gildardo Meda Amaral*
Derivado de mis más recientes editoriales con respecto a la fallida incursión laboral de los recién egresados de las Escuelas Normales y de las Instituciones de Educación Superior, que sustentan el Examen Nacional de Asignación de Plazas y que en su mayoría califican como “no aptos” y de las restricciones impuestas por la Secretaría de Educación Jalisco para el ingreso de los jóvenes a las normales (presentar un promedio mínimo de 8 en el bachillerato y el haber hecho el mismo en una escuela de la entidad), nos remite forzosamente a revisar el problema de los Nini en México.
El Nini es un término más no un concepto, que define a los jóvenes entre 14 y 29 años que no se encuentran desempeñando un trabajo, ya sea en la economía formal o informal, y que tampoco se están preparando en alguna institución educativa para integrarse al mercado laboral. En ese sentido, la vida de un joven tiene sentido en la medida en que se encuentra inmerso dentro del mercado laboral o se está preparando para ello.
De acuerdo con El Panorama de la Educación 2013, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el tercer país entre los miembros del organismo, con mayor cantidad de Ninis. La cifra que se establece es de 7 a 7.5 millones de personas, lo que representa el 24.7% de los jóvenes que se encuentran en este rango de edad. Sin embargo, la mayoría de estos jóvenes no saben lo que hacen o mejor dicho lo que no hacen, ya que no actúan con su circunstancia o son víctimas de ella. Tampoco implica que quieran un empleo o que lo estén buscando. En México, el promedio de tiempo en que un joven encuentra empleo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, es de 3.5 años. Una cifra sumamente alta, si consideramos que el promedio en los países de la OCDE es de 2 años. En contraste, en Holanda es menor el tiempo que pierde un nini en esa situación, ya que el promedio de esa inactividad es de 1.1 años, situación similar ocurre en Noruega, donde los ninis sólo perderán 1.3 años de su vida inactivos, al igual que los ninis de Suiza e Islandia, donde el promedio de jóvenes que no estudian ni trabajan dura en esa inactividad 1.4 años de sus vidas, mientras que en Alemania el periodo perdido es de 1.5 años (Panorama de la Educación 2014, de la OCDE).
Ser Nini no implica que el joven que se encuentra en esta circunstancia sea consciente de ella y que, por lo tanto, esté realizando acciones encaminadas a revertir esta situación. Si bien el Estado tiene una alto grado de corresponsabilidad, además del sector económico, un 58% de los mexicanos de acuerdo a encuesta aplicada por Parametría, creen que los Ninis lo son porque quieren y que su problemática es de carácter individual o de los padres y no porque les hagan falta oportunidades de empleo o de estudio.
Con respecto a la delincuencia organizada y a los altos índices de inseguridad que se presentan en el país, en esa misma encuesta, un 58% de los entrevistados afirman que la delincuencia organizada es mucho más atractiva para un “nini”, que estudiar o trabajar, mientras que 33% cree que estas actividades son opciones interesantes para una persona sin estudio o trabajo.
Atender el problema de los Ninis desde el sector educativo, no implica masificar el sistema educativo en detrimento de la necesaria calidad educativa, pero si requiere diversificar la oferta profesional de las Instituciones de Educación Media Superior y Superior y terminar con restricciones atentatorias a los más elementales derechos de los jóvenes, como el exigirles tener un mínimo de calificación de 8 en el bachillerato o el haberlo estudiado en una determinada entidad. De no hacerlo así, el llamado bono demográfico de nuestro país se revertirá contra la población infantil y de la tercera edad, al tener un alto porcentaje de la población en edad productiva desocupada y sin prepararse para el empleo.
*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Tlaquepaque. [email protected]