El libro negro de la reforma educativa en México

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

Así como han existido los libros blancos de las reformas educativas, el caso más representativo con Álvaro Marchesi a la cabeza, fue el primer intento de reforma educativa del gobierno español y, que además, fue capaz de hacer confluir a infinidad de pensadores y pedagogos del país ibérico. Destacan personajes como Cesar Coll S., Juan Delval, José Gimeno Sacristán, Ángel I. Pérez Gómez. Juan Ignacio Pozo y Jaume Carbonell, entre muchos otros. El gran mérito que tuvo la reforma educativa española desde sus inicio fue haber construido consensos a partir de las ideas y el pensamiento pedagógico de la época; aun en profundas diferencias y el de poder amalgamar las propuestas en un proyecto único, coherente y con visión a futuro.
¿Cuáles son los personajes que destacan en la reforma educativa mexicana?, ¿qué nivel de consenso tenemos construido nacionalmente?, los personajes son varios y con buenas ideas, destaco a Manuel Gil Antón, Alberto Arnaut, Ángel Díaz Barriga, Carlos Órnelas, Pedro Flores Creso, Tatiana Col, Hugo Abortes, además de los que escribimos en Educ@rnos (Miguel Ángel Pérez, Jaime Navarro…), entre muchos otros, la gran diferencia es que no existe un método para construir consensos tanto en las ideas como en las posiciones pedagógicas.
El libro negro de la reforma educativa mexicana, se ha tejido a la inversa, “primero pusieron el pavimento y luego pretenden poner el drenaje” dice acertadamente Manuel Gil Antón.
El libro negro ha establecido términos políticos y laborales de la reforma, a partir de buscar una estrategia que dañe al magisterio y a sus conquistas históricas, el libro negro de la reforma ha sustituido al libro blanco.
El libro blanco de toda reforma educativa abre líneas generales, criterios para el diseño y la elaboración, incluye conceptualizaciones y un marco global de referencia, contextualiza y justifica su diseño, establece metas, criterios de operación y enmarca su propuesta en los cambios mundiales y locales. Sus términos priorizan la clave pedagógica y, junto a lo anterior, enfatiza la perspectiva que servirá de base para tejer lo que sigue, ya sea que se inscriba en el aporte actual de los constructivismos, que reivindique el enfoque por competencias, que enfatice la formación de los hombres y mujeres para el siglo XXI, que hable de las nuevas asignaturas para un diseño curricular: convivencia, violencia, migraciones, diversidades sociales, educación multicultural etcétera; sin embargo, nada de esto se discute. El libro negro de la reforma se ha puesto por encima del libro blanco.
¿Cómo revertir este estado de cosas?, me parece que el próximo congreso del COMIE a realizarse en el mes de noviembre en el puerto de Acapulco, debe abrir un amplio espacio de discusión en torno a avanzar en el diseño del tan esperado libro blanco de la reforma educativa mexicana.

*Doctora en educación y consultora independiente. [email protected]

Comentarios
  • Eunice Castañon Peralta

    Considero que si existe el libro blanco, la propuesta curricular, el perfil de egreso, los principios pedagógicos y más, esta reforma en lo pedagógico es buena. Lamentablemente pocos maestros especialmente, se dieron a la tarea de acercarse a ellos.
    Exponer que es una reforma punitiva, dañina al magisterio solo mostró la falta de actualización y miedo al cambio.
    Estoy triste porque se da marcha atrás a una propuesta que en mi perspectiva era buena.

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