El lenguaje de las fotografías
Yolanda Feria-Cuevas*
Los inicios de la fotografía se remontan a las observaciones y conclusiones de los antiguos griegos quienes afirmaban que los rayos luminosos se emitían del ojo al objeto visualizado. Posteriormente, Aristóteles construyó una cámara oscura que consistía en un cuarto cerrado con un pequeño orificio en una de las paredes y en la pared opuesta se formaría la imagen de lo que se encontrara enfrente. En 1521 Cesare Cesariano, alumno de Leonardo Da Vinci, construyó una cámara oscura más pequeña incluyendo un espejo, pero no fue hasta 1816 cuando Nicéphore Niepce, científico francés, obtuvo las primeras fotografías que con el paso del tiempo se desvanecían. La fotografía más antigua que se conserva se obtuvo en 1826 con una cámara oscura utilizando una emulsión química de sales de plata que permitió fijar la imagen. En 1839 Louis Daguerre desarrolló y perfeccionó los daguerrotipos, que eran fotografías sobre una superficie de plata pulida con un tiempo de exposición de 10 minutos a una luz brillante, eran piezas únicas, sin posibilidad de copia.
Con el paso del tiempo y el desarrollo de la tecnología, hoy prácticamente todo el mundo puede tomar fotografías en el instante que lo desee, las puede duplicar e incluso modificar ¿por qué las fotografías generan tanta fascinación? Será porque reflejan una realidad, porque congelan un momento en particular y nos proveen de recuerdos o porque nos muestran lugares y situaciones que no hemos visitado o presenciado.
Asimismo, y como parte de las artes visuales, las fotografías son una fuente vasta de información con las implicaciones subjetivas, sociales, culturales, políticas e identitarias que conllevan, sin embargo, en el sistema de educación actual las fotos juegan un papel ilustrativo, es decir, las imágenes se subordinan al texto. Para que la educación le otorgue a los medios audiovisuales un papel central, se requiere que se le dé al lenguaje visual y sensual, entendido como reacción emocional, un nivel superior en cuanto al desarrollo del intelecto.
Para trabajar pedagógicamente con imágenes se tiene que tener en cuenta que no todos vemos lo mismo cuando miramos, aun cuando sea a un mismo sitio, es así que se tiene que enseñar y aprender junto con los estudiantes a mirar, escudriñando las fotografías desde diferentes ángulos, desmenuzándolas y rearmándolas, imaginando a partir de ellas, teniendo siempre en cuenta que, al igual que las palabras, las imágenes son colectivas y se comparten.
*Profesora-investigadora del Cucba de la UdeG. [email protected]