El huerto escolar: como eje organizador del aprendizaje
S. Lizette Ramos de Robles*
Pocas actividades de aprendizaje han demostrado tener tanta riqueza como el huerto escolar. Su efectividad se extiende más allá de la enseñanza de contenidos relacionados con las ciencias naturales, dado que permite el establecimiento de vínculos y relaciones con otras disciplinas como la historia, la geografía, las matemáticas, la agronomía, las ciencias de los alimentos, entre otras. Su estudio permite además el desarrollo de actitudes y valores como la responsabilidad y el cuidado ambiental, el compromiso individual, el sentido de pertenencia a una comunidad y el cuidado de la salud a partir de la alimentación. Adicionalmente los alumnos desarrollan habilidades propias de la actividad científica y habilidades sociales dado que se pueden invitar a las actividades del huerto a padres de familia, expertos disciplinares y gente de la comunidad en general. En síntesis se abordan contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales.
Para el caso de las escuelas de las zonas urbanas el huerto escolar adquiere un significado adicional, dado que para estos alumnos cada vez es más complicado encontrar espacios de contacto con la naturaleza y para el cultivo de alimentos, por lo tanto el huerto escolar resulta un elemento de aprendizaje indispensable.
El abordaje en el estudio del huerto inicia desde la preparación y el estudio del suelo hasta la producción y consumo de alimentos, por lo tanto basta poner en marcha la creatividad del profesor y de los estudiantes para abordar todo un listado de temas que se pueden abordar en función del huerto: cambios (físicos, químicos, cíclicos, progresivos), tipos de energía, clima, seres vivos, interacciones entre elementos bióticos y abióticos, funciones vitales, figuras geométricas y medición, origen y tipos de alimentos, ciclos de producción, mercado y precios, valores nutricionales, salud, entre muchos más.
Finalmente y dadas las condiciones actuales de crisis ambiental, reconocemos que el huerto escolar es uno de los recursos didácticos que permiten desarrollar la conciencia ecológica y ambiental, dado que parte de actividades cotidianas, concretas y locales. El estudio del huerto permitirá en palabras de Gadotti “ver a la Tierra como un organismo vivo y en evolución”, ver las relaciones sistémicas que se establecen entre los elementos que lo integran, sentir el vínculo entre la parte cultural, física y natural, establecer un espacio donde se puedan poner en práctica los principios teóricos y metodológicos de la Agraecología y transitar hacia un modelo de producción de alimentos de autoconsumo y en cosecuencia de desarrollo sustentable.
*Profesora-investigadora del CUCBA de la UdeG. [email protected]
Mtra. Lizette, muy pocas personas conciben de esa manera el Huerto Escolar, y me parece de los más sobrio y pertinente su artículo, mi reconocimiento a su percepción, me gustaría aprovechar esta ocasión para invitarle a conocer muy de cerca las actividades de esta nuestra A.C. “Buena educación para todos”. quedo a sus ordenes
Gracias Alvaro, sería un placer conocer lo que uds. hacen!!!