El día y la hora de la verdad

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Es una semana en la cual la noticia política es el cierre de las campañas para la presidencia de la república y algunas gubernaturas como Veracruz, Puebla, Jalisco y Guanajuato. Se disputan también senadurías, diputaciones, presidencias municipales.
Son masas numerosas de mexicanas y mexicanos que se congregan en las capitales de los estados, en las cabeceras municipales y delegaciones en los cierres de campaña. Tal es el caso del cierre de la morenista Claudia Sheinbaum ayer en Guadalajara y hoy en El Zócalo de la CDMX.
Auténtica fiesta que augura una copiosa participación cívica son los cierres de campaña de los presidenciables.
Aunque hay tendencias en las encuestas y hay ruido mediático en las voces de la prensa, radio, televisión y redes sociales no hay nada definido hasta el conteo rápido previsto minutos antes de que finalice el próximo domingo.
Comenzó la cuenta regresiva antes de despertar el próximo domingo, el INE garantiza unas elecciones pacíficas a pesar de aislados focos rojos de violencia. Hay mucho trabajo organizativo y logístico previo.
En la democracia mexicana de hoy es fuerza restrictiva la participación de grupos delincuenciales interesados en desestabilizar la gobernabilidad.
El 2 de junio es el día y la hora de la verdad en esta transición política de poderes.
Todos los mexicanos y mexicanas dentro y fuera del país, tenemos la obligación cívica de acudir a las urnas, por tanto habrá que salir a votar y elegir conscientes e informados a quienes tomarán las decisiones para el país y para las entidades federativas, municipios y delegaciones donde hay cambio de gobierno.
Desde aquel sufragio efectivo, consigna maderista del Plan de San Luis en 1910, hasta 2024 hay una historia nacional y local que no hay que olvidar.
La construcción de la democracia es uno de los grandes desafíos que tiene la sociedad mexicana de hoy, heredera de las grandes luchas y momentos que hacía este valor han vivido los hombres y mujeres en casi un siglo y un cuarto de siglo.
El edificio democrático descansa en piedras y bloques que se cimbran en cada coyuntura. Cada momento histórico lo pone a prueba, el proceso electoral 2024 no es la excepción.
Hoy, de nueva cuenta los votantes tenemos la responsabilidad de estar a la altura de nuestro compromiso con el destino nacional.
Los jóvenes por ser un gran número de votantes son población destino de candidatos y propuestas. Ir por el voto joven es natural en cada proceso electoral, su número define elecciones.
Las encuestas en contextos universitarios marcan tendencia del lado de quien están y hacia qué alternativa se inclinan preferencialmente.
Sumado al voto joven y por su dimensión cuantitativa, otra población objeto de deseo electoral es el voto de la mujer.
Jóvenes y mujeres definirán la elección del 2 de junio, día de hacer práctica política elemental.
Es muy difícil proponer una síntesis en la historia reciente del país en materia política, pero algunas páginas importantes serían el surgimiento del Partido Comunista Mexicano, 1919; Partido Nacional Revolucionario, 1929; el Partido Acción Nacional, 1938; el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana,1954; el Partido Verde Ecologista de México, 1986; el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, 1987; el Partido del Trabajo, 1990; el Partido de la Revolución Democrática, 1989; Movimiento Ciudadano, 1999; Partido Nueva Alianza, 2005; Movimiento de Regeneración Nacional, 2011.
Notas rápidas tendrían los partidos extintos como el Partido Comunista Mexicano, el PARM, el PFCRN, Nueva Alianza, PPS, PSUM u otros proyectos locales.
Todos los partidos políticos han contribuido a esa particular democracia mexicana que generacionalmente hemos construido, padecido o disfrutado.
Todos los sectores, el campesino, el obrero, los militares, el clero, las asociaciones civiles profesionales, entre otras, han aportado a ese proceso de institucionalización a la estructura de las relaciones sociales entre mexicanos.
Los sindicatos como marcos organizativos que aglutinan a los trabajadores y le dan representatividad y fuerza a sus agremiados también han aportado su granito de arena o su negrito en el arroz a los procesos democráticos.
La historia de la democracia no ha sido tersa, ha sido una construcción que nos hemos dado los mexicanos a través de la historia reciente en relación estrecha con el contexto internacional y con los liderazgos en un modo de producción dominante que impone agendas y direcciona voluntad popular.
En poco más de un siglo de historia democrática comprendemos parcialmente la estructura y el sistema circulatorio del ámbito político de la patria.
Hay profesionales que dignifican el oficio de la política y hay oportunistas e improvisados con derecho a voz y mentira.
La fuerza de los electores en procesos como el 2 de junio es coyuntural, determinante.
El voto de la mujer desde 1958, las madres y abuelas y las mujeres que han llegado en esta generación a la mayoría de edad tienen el imperativo de reconocer y ejercer su derecho.
El voto de los hombres libres, su condición de clase trabajadora, conciencia de ciudadano informado, las mayorías convocadas con insistencia tienen que reflexionar y cruzar al margen del canto de las sirenas en medios masivos de comunicación y manipulación, al margen de lo que escuchan en los templos y parroquias.
El sentido de su decisión en la boleta electoral es personal.
La democracia es una trinchera, es un juego de lenguaje en donde se ocultan intereses de clase y partidistas.
La democracia es un proceso evaluable desde la mirada y experiencia del gobernado.
Los partidos políticos son instituciones que han de rendir cuentas a la sociedad de la que se sirven y responsabilizarse de los ejercicios de gobierno de sus fórmulas.
De ninguna manera se justifica el fuero como manto protector de pillos y corruptos, triste partido político aquel que se convierte en franquicia de intereses particulares o en juguete de la oligarquía.
La democracia en su variante electoral es la institucionalización y socialización de la toma de decisiones, es hasta hace poco tiempo el garlito perfecto de las clases dominantes para legitimar y ocultarse.
El ejercicio democrático del 2 de junio ha de manifestar un salto cualitativo de una ciudadanía más madura e informada.
Los resultados visten de poder y posicionan liderazgos que eventualmente pueden estar a la altura de las necesidades de la población, pero también pueden convertirse en pesadilla y decepción.
Por eso, cuidado con el que hay que cruzar la boleta electoral. Razonemos y respaldemos nuestra mejor opción de partido y candidatos el próximo domingo.
Somos constructores de la siguiente página de la historia nacional, de la historia de Jalisco, de la historia en cada uno de los municipios y distritos.
La hora de la verdad en el reloj político de nuestra democracia está próxima a llegar.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

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