El acceso a internet en México

 en Carlos Arturo

Carlos Arturo Espadas Interián*

La accesibilidad a internet se ha convertido en uno de los indicadores que posibilitan determinar el nivel de desarrollo y participación de los países en el mundo moderno, desde la lógica de la sociedad de la información y economía del conocimiento; por ello es necesario determinar la conectividad de cada uno de los Estados, misma que se mide no sólo por medio del número de computadoras, personas que pueden conectarse o no, sino por la capacidad instalada para brindar el servicio, costos en relación con los ingresos de la población, entre otros.
Sin entrar en análisis minuciosos, se pueden presentar tres datos esenciales que dibujan el panorama nacional. Según datos del INEGI (2015), en nuestro país, en el año 2014:

• El 44.4% de la población de seis años y más es usuaria de internet.
• El 74.2% es menor de 35 años.
• El 34.4% de los hogares tiene una conexión a internet.

En el trazo conclusivo de lo que significa vivir en México con respecto al acceso a las TIC’s, es necesario aportar datos duros con respecto a algunos indicadores determinados por el Módulo sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (MODUTIH), en donde se consideran usuarios por edades, nivel de escolaridad, frecuencia de usos y preferencias.
En nuestro país, el rango de edades que tiene más acceso a internet fluctúa entre 12 y 17 años; quienes más la usan son personas con nivel superior o posgrado; se usa principalmente para obtener información y el uso es semanal. Se habla entonces de una posibilidad de reconfiguración en los usuarios, toda vez que los considerados actualmente entre los 12 y los 17 años permanezcan siéndolo a lo largo de sus vidas, sin embargo esto no lo podemos asegurar.
Si el 44.4% de la población es usuaria, se tiene entonces que un 55.6% de la población no lo es, información que se cruza con los hogares que poseen conexión a internet 34.4%, por tanto un 65.6% de hogares se encuentran sin ella. Independientemente de las razones, lo cierto es que nuestro país aún se encuentra en lo que podríamos afirmar la brecha tecnológica. Lejos de los esfuerzos gubernamentales por incluir a la población, tales como habilitación de espacios públicos, abrir las redes para que mayor población tenga acceso, regalar dispositivos móviles tales como tabletas, lo cierto es que aún falta mucho por hacer y quizá la solución no se encuentre en este tipo de medidas, sino en cuestiones estructurales.
Ante este recorrido muy general, se puede tener una idea de las características de los usuarios de la red, en México y con ello trazar la posibilidad de implementación de una educación virtual o apoyada por otros medios. Una pregunta entonces será en consideración a la realidad, ¿hasta dónde se puede implementar la educación virtual o con apoyos de plataformas de enseñanza?, esa es una pregunta, pero la pregunta esencial estaría referida a la posibilidad que como país se tiene para entrar en la lógica de la sociedad de la información.

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]

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