¿Dónde quedó el SNTE y qué sigue en la nueva normalidad?

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

En todos estos meses que llevamos de la pandemia, el papel del SNTE ha sido un tanto fantasmal, de lo poco que hemos escuchado es han terminado por sumarse a las propuestas de la SEP y aceptan sin debate alguno las recomendaciones que la Secretaría de Salud sugiere para las diferentes nuevas normalidades.
Sabemos que es su naturaleza no confrontarse con la autoridad educativa, independientemente si ello favorece o no a los trabajadores de la educación, que, por desgracia, siempre son más perjudiciales que benéficas para quienes el SNTE representa.
Quisiéramos, quienes laboramos en las escuelas públicas, que el SNTE (ya que por ahora no hay de otra, porque legalmente son quienes representan a los trabajadores de la educación ante el Estado), tenga una actitud más combativa y que presionara para que la SEP y las diferentes secretarías en los estados cumplieran con los mínimos que requieren las escuelas, los maestros y los estudiantes para hacer posible la educación de excelencia que tanto presumen en los discursos.
Ahora más que nunca se van a requerir una serie de protocolos de seguridad y salud para cuando los alumnos y maestros regresen a las aulas, sabemos que ya no será igual (siempre y cuando la SEP, la SEJ, en el caso de Jalisco, y demás dependencias de gobierno sean congruentes con todo lo que han dicho y recomendado en sus comunicados acerca del Covid-19), de ser así se requerirán condiciones materiales, financieras, culturales y de atenciones educativas totalmente diferentes a las que conocemos, sobre todo por la tan llevada y traida “Sana distancia”, Sanitización y las demás cosas relacionadas con la pandemia.
Qué le corresponde hacer al SNTE (aparte de recibir quincena a quincena y sin dar cuenta las cuotas del 1% de los ingresos de cada trabajador de la educación) para hacer posible la nueva normalidad de las escuelas, entre otras, comparto un listado de ideas recogidas de diferentes protagonistas de la educación:

• En principio de cuentas, no seguir actuando igual, como que si no hubiera pasado nada y que la nueva normalidad sea hacer lo mismo que la vieja normalidad por la razón obvia: no hay recursos para enfrentar lo que se pueda venir.

De otra manera, esto es lo que habrán de exigir los trabajadores de la educación para hacer su trabajo con más seguridad:

• Rehabilitación y/o construcción de sanitarios y acceso al agua en las escuelas, además de dotarlas permanentemente con gel, jabón, cloro, papel sanitario y la garantía de tener suficiente personal de intendencia y apoyo.
• Dotar a las escuelas con filtros sanitarios, cubrebocas, gel y termómetro digital a la entrada.
• Pintar la señaléctica y las rutas de entrada y salida de los alumnos a las escuelas.
• Eliminar para siempre las dinámicas de la población mínima o máxima que establece el modelo RAM (Relación maestros por alumno).
• Dotar de plazas suficientes para habilitar áreas de apoyo en todas las escuelas con personal de ATP, psicólogo, médico y trabajadora social.
• Generar programas de capacitación y actualización permanentes en las escuelas para dotar a todo el personal de información sobre los protocolos de seguridad sanitaria.
• Continuar con las modalidades de educación a distancia como parte de las prácticas educativas cotidianas y garantizar que los canales para ello sean los óptimos (plataformas, aplicaciones y aparatos).
• Continuar con las medidas sanitarias en cuanto al personal, que ante cualquier síntoma se queden en casa sin tantos burocratismos, sobre todo para los trabajadores de edad avanzada y aquellos con cuadros de salud riesgosa (obesos, hipertensos, etcétera).
• Cubrir de manera emergente todos los adeudos con los trabajadores de la educación y no dejar grupos sin maestros cuando se generen jubilaciones, separaciones momentáneas del cargo, despidos o licencias con goce o no de sueldo.
• Involucrar a otras instituciones públicas y privadas, padres de familia y demás agentes para apoyar las dinámicas de la nueva normalidad, sabedores que el gobierno no puede hacer posible uno de los elementos constitucionales: la gratuidad.

En fin, ideas no faltan, lo cierto es que con la presión del SNTE, sin SNTE o a pesar del SNTE, la nueva normalidad de la escuela ya no cabe en la vieja estructura que sostenía a la escuela hasta antes de que los niños, niñas y jóvenes se llevaran la educación escolarizada a sus casas, por lo tanto, es muy necesario construir otra estructura para la nueva normalidad, entre otras cosas, por ejemplo y sólo para ver la gravedad del problema, los grupos no pueden ser mayores a una población de 15 alumnos si es que niños y jóvenes van a asistir a las escuelas todos los días y de entrada requerimos, por lo menos, el doble de aulas y de maestros.
Lo que no queremos, es lo que está pasando ahora que se empezaron a abrir los negocios y demás áreas que permanecían cerradas, que todo volvió a ser igual: regresó el caos vial, las aglomeraciones y la sana distancia desapareció así nomás por nomás.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

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