Dinámicas administrativas de la educación en Jalisco

Jaime Navarro Saras*

Han pasado 20 meses desde que inició la nueva administración educativa en la SEJ, con ello llegó un estilo diferente de dirección (por momentos ajeno a la educación), que genera alegrías en sus funcionarios y, las más de las veces, enojo por parte de los operarios de la educación (jefes de sector, supervisores, directores y docentes) por sentirse utilizados y señalados como los únicos responsables de los vacíos y males educativos de las escuelas.
Queda claro (por todo lo que se dice y hace) que hay poca nitidez en las lógicas de mando al interior de la SEJ, se sabe de la existencia de un secretario, un cuerpo de coordinadores que se supone organizan un montón de direcciones, áreas y departamentos, éstos a su vez dan indicaciones verbales y de manera virtual (mediante oficios, comunicados, memorándum, etcétera) a sujetos que dirigen alrededor de 10 mil escuelas y otras áreas educativas; finalmente, los docentes y demás sujetos reciben órdenes, son supervisados y bien o mal dirigidos. La autoridad educativa en el ánimo de actuar congruente con la imagen que los medios han vendido a la población sobre el profesorado, al recibe cualquier tipo de denuncia en contra de los docentes, en ese momento emprende acciones donde éstos son espiados, acosados, regañados, castigados, ninguneados, sujetos a un juicio y finalmente despedidos.
Existen muchos asuntos pendientes que dejaron las anteriores administraciones y que no han sido resueltos, sino al contrario, la autoridad vigente ha contribuido a que sean más las situaciones problemáticas irresueltas. Según la percepción de la comunidad educativa existe una parálisis evidente en la SEJ.
Al actual secretario sólo se le ve dando las buenas noticias y promoviendo lo que supuestamente hacen bien en la SEJ. Esta administración centra su actuar en lo mediático. Pruebas de ello sobran, el primer tema atendido fue el de los maestros comisionados en funciones diferentes a la docencia, que en lugar de atender la sugerencia de la SEP, quien sólo solicitaba un censo y una regularización, emprendió una desbandada; otro rubro, fue el ahorro, recorte y ajuste de personal en muchas áreas (tema que será tratado en un siguiente artículo por lo oscuro del asunto); igualmente el tan nombrado examen de oposición para asignar plazas en educación básica y el nombramiento de directores en escuelas normales y centros de posgrado, desechando las inconformidades que ello ha generado en la mayoría de escuelas. De los temas más recientes está la credencialización de estudiantes de educación básica dejando de lado la credencialización de profesores ya que esto no les reditúa capital político.
Ante la necesidad urgente de emprender cambios a la par de las demandas educativas actuales que exige el servicio, se requiere que la autoridad educativa deje esa soberbia y prepotencia (en el trato) y dote de recursos materiales y humanos de calidad a las escuelas, que escuchen el consejo de quienes saben de educación para operar acciones que mejoren el ánimo en las escuelas e intencionen programas y proyectos que faciliten las prácticas de los maestros y, que éstos propicien aprendizajes y competencias en sus estudiantes y con ello formen mejores seres humanos.

*Editor de la revista Educ@rnos. [email protected]