Dime en dónde estudias y te diré que aprendes

 en Yolanda Feria Cuevas

Yolanda Feria Cuevas*

Aun cuando se puede enseñar y aprender en entornos con carencia de condiciones para generar el interés y la aprehensión del conocimiento, la infraestructura física de las escuelas es un elemento importante en la conformación de los ambientes de aprendizaje. Debe proporcionar bienestar. Los edificios, salones, puertas, ventanas, mesas, sillas, jardineras, baños, etcétera, en sí mismos son una fuente de información para los estudiantes y docentes.

Diversos estudios han demostrado que existe una correlación directa entre las condiciones de la infraestructura física de los centros educativos y el aprendizaje de los estudiantes, otros más han encontrado que ciertas características de las aulas y los salones de maestros, relacionadas con el bienestar, influyen en el desempeño docente. Específicamente, la existencia y mejores condiciones de espacios académicos como biblioteca, sala de desarrollo de actividades artísticas, laboratorios y sala de cómputo, están más ligados al mayor rendimiento de los estudiantes en las áreas de lenguaje y matemáticas, pilares fundamentales de la educación académica.

Aunque como es sabido, el aprendizaje es multifactorial, un entorno saludable, desde los alrededores del plantel educativo hasta los salones, mesas, sillas y vidrios limpios, favorecen de manera positiva el bienestar de los estudiantes, lo que se refleja en el fortalecimiento de su autoestima y en un refuerzo para el aprendizaje. Pero esas no son las condiciones de la mayoría de las escuelas, sobre todo públicas. Por el contrario, la mayoría de las calles que rodean una escuela están sucias, las paredes con pintas, es evidente el escaso o nulo mantenimiento de la pintura de los edificios y qué decir de los barrotes en puertas y ventanas.

Miremos con cuidado y reflexionemos ¿cómo es el entorno físico de los estudiantes en las escuelas oficiales? Esos planteles más que de educación parecen prisiones, barrotes por todos lados, escasas áreas verdes y poca limpieza ¿con qué ánimo un estudiante aprende y convive en esos espacios? O peor aún ¿qué aprende y cómo convive en su espacio educativo? Aunque no reconocido, éste es un tipo de violencia del cual, como docentes, no debemos ser parte, por el contrario enseñemos a nuestros alumnos a apoderarse de sus escuelas, a quererlas y a cuidarlas; y exijamos, junto con ellos, mejores condiciones para el ejercicio diario del proceso de enseñanza-aprendizaje.

*Profesora-investigadora del Cucba de la UdeG. [email protected]

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