Diarios de clase
Mario Ramos Carmona*
Entre las herramientas metodológicas que el profesor puede utilizar para documentar la práctica cotidiana del aula se encuentra el diario de clases como instrumento privilegiado. A través de este texto puede dar cuenta de los sujetos que participan en el aula y de sus acciones en el contexto del proceso de enseñanza y aprendizaje; además de la descripción de los escenarios de esa práctica y de los tiempos y secuencias de aprendizaje insertos en la dimensión temporal.
El diario de clases lo define Miguel Ángel Zabalza (2004) como un instrumento de investigación y desarrollo profesional, sirve para hacer evidentes los dilemas de los profesores. También los describe como herramientas que ayudan a recuperar el acontecer del salón de clases. Por otra parte, Zabalza señala que el diario tiene puntos en común con otras técnicas de documentación como las historias de aula, registro de incidentes o las observaciones de clase. Más específicamente Zabalza define a los diarios de clase como “los documentos en que los profesores recogen sus impresiones sobre lo que va sucediendo en la clase”.
Zabalza afirma que los diarios son elaborados por cada profesor de diferentes formas, según el estilo de cada docente. Algunos se centran en las actividades, otros en las acciones del profesor, otros más en las participaciones de los alumnos y, finalmente, otros en la interacción de los sujetos que conviven en el salón. Sin embargo, Rosana Guber (2012), investigadora de Argentina afirma que el registro de observación (y esto vale para el diario), debe de contener una descripción de las personas, acciones, tiempos y espacios de lo que se observa.
Los diarios pueden tener un fuerte impacto formativo tanto en los docentes en formación, así como en profesionales ya consolidados. Zabalza nos muestra 4 ámbitos de impacto que son:
1.-El mundo personal de los docentes; yo diría del docente en formación.
2.-Explicitar los propios dilemas.
3.-Evaluación y reajuste de procesos didácticos.
4.-Desarrollo profesional docente.
Así estamos de acuerdo en que los diarios de clase coadyuvan para que los docentes en formación inicial y permanente se hagan más conscientes de sus actos; además de que facilita aproximaciones analíticas a las prácticas educativas. Se profundiza en la comprensión del significado de las acciones docentes y se posibilita la intervención de acciones de innovación y mejora.
También es importante señalar que los diarios desarrollan el hábito de pensar reflexivamente y desarrollan competencias para la redacción, específicamente para describir y narrar. Rafael Porlan y José Martín (1997) (por su parte) describen y profundizan en el diario como un recurso de investigación en el aula. Estos autores españoles del texto “El diario del profesor”, lo describen como un instrumento para detectar problemas, hacer explicitas las concepciones y creencias de los maestros; también plantean al diario como instrumento para cambiar concepciones y transformar la práctica educativa.
Así pues, el diario de clases tiene muchas posibilidades tanto dentro del aula, como afuera en el ámbito social o personal.
*Profesor-investigador de la Escuela Normal para Educadoras de Guadalajara (ENEG). [email protected]
El diario de clase a mi punto de vista es un elemento adecuado para reflexionar sobre la enseñanza y para explorar el pensamiento yo como futura docente el modo en el que el pensamiento personal práctico del profesor se configura a través de sucesivos intercambios e interrelaciones con su entorno profesional, esta practica nos a ayudado mucho para así poder observar conductas de un salón de clases estoy en primer semestre y se que cuando vengan mis practicas podre aplicar esta practica más sencillamente con dificultades menores. Gracias Maetro Mario