Descuidos y prisas de la consulta educativa
Jaime Navarro Saras*
A un día de haber culminado los Foros de Consulta Educativa (convocados por el equipo de Andrés Manuel López Obrador para la conformación de su propuesta de educación) y ya con 63 mil 476 ponencias recibidas al día de hoy (martes 30 de octubre), muchas son las reflexiones y observaciones a realizar (aunque aclaro “para los malos pensados”, siempre será mejor consultar que dejar en manos de unos cuantos las decisiones importantes del país, sobre todo lo referente a la educación).
En esta ocasión sólo me refiero al formato y a la lógica de cómo se organizaron los mismos, pareciera ser, por lo ocurrido en cada una de las sedes, que éstos dejaron más participantes inconformes que agrupaciones satisfechas (entre ellas, el SNTE y otras representaciones empresariales que no cesaron en pedir el Bono educativo en cada uno de los Foros y, finalmente, fueron los principales protagonistas).
No dudo que al inicio de las convocatorias despertaron grandes expectativas, muchos colegas elaboraron sus propuestas, las subieron a la plataforma y esperaron pacientemente a que les tocara la bola blanca y poder participar con una lectura de tres minutos en las diferentes sedes, cosa que no sucedió, el espacio (por lo menos en Jalisco) ya estaba acotado por el SNTE, la UdeG y los empresarios. Se contaron con los dedos de la mano izquierda o derecha (dependiendo de la ideología de cada uno) a los ponentes independientes que no pertenecían a alguna de las agrupaciones que hegemonizaron los espacios y, por tanto, monopolizaron la palabra.
La siguiente tarea, si es que van a tomar todas las propuestas recibidas como base para la conformación de las ideas, será un trabajo titánico, lo que se va a sistematizar son textos y no opciones de encuestas, a menos que lo único a sistematizar y rescatar sean las propuestas que se leyeron en cada una de las sedes.
La realidad plasmada en los Foros dista de las necesidades reales que aquejan a la educación, la mayoría de ideas presentadas en Jalisco se centraron en cambios cosméticos como activar las salas de lectura, continuar con las habilidades socioemocionales, invertir en el trasporte escolar, mejorar los productos de las cooperativas y cosas por el estilo, poco se habló de los cambios profundos del sistema educativo, del burocratismo de la SEP y el papel del SNTE, entre otras cosas.
A propósito del sindicato de maestros, Juan Díaz de la Torre se jactó de haber presentado a nombre del SNTE (hasta la semana pasada) 49 mil ponencias, básicamente más del 90% (el día que lo dijo, y de buena calidad, según él), lo cual, en lugar de ser una buena noticia, ello resulta alarmante debido a que muchas de las propuestas emanadas del sindicato (y eso lo sé porque algunos conocidos fueron comisionados para maquilar a destajo y cuya base metodológica fue vía copy-page de la plataforma de google o del blog “buenas tareas”).
En diferentes artículos escritos en Educ@rnos y en otros medios se ha dado cuenta de lo sucedido en cada uno de los Foros y, el esquema fue el mismo, lo más seguro es que quienes los organizaron (y para no verse mal por la habitual escasa participación), no les quedó de otra que aceptar la oferta de las instituciones protagónicas (las universidades, el SNTE y las agrupaciones empresariales) quienes, a su vez exigieron espacios preferenciales y, en muchos casos se vieron burdos por las ideas expuestas.
Lo ideal, para la siguiente consulta, es que la participación sea más plural, menos controlada y se dialoguen, discutan y analicen los problemas que aquejan a la escuela pública, que salgan a la luz las necesidades de los maestros para que se construyan propuestas que mejoren la realidad educativa, que se erradiquen de una vez por todas las visiones maniqueas que tanto daño le hacen a la educación mexicana y que permitan, de una vez por todas, generar iniciativas donde los niños y jóvenes puedan desarrollar todas sus potencialidades como seres humanos y futuros ciudadanos.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]