Democracia: ganadores y perdedores
Rubén Zatarain Mendoza*
Atrás queda el mes de octubre de 2024, mañana concluye con la celebración nocturna de Halloween, que en el marco de la interculturalidad, al igual que algunas prácticas religiosas, ha atravesado en sentido inverso a las corrientes migratorias del Río Bravo hacia el Sur.
Las culturas juveniles, la sociedad mexicana toda, en un paréntesis de gris emocional (cultura dark) en estos días previos al Día de Muertos.
Pero también es cultura juvenil y formación escolar el altar de muertos de papel picado colorido y de galanas flores de cempasúchil salidas de sus manos.
El arte, la cultura y la tradición, la filosofía de niños, niñas y adolescentes sobre la vida y la muerte.
El mes de octubre de 2024 se va. Sus días marcaron en sus anales la historia estatal en dos quincenas. La primera de larga espera, las inseguridades y los desplantes discursivos, la incertidumbre de los poderes fácticos, de la oligarquía local, de la rara simbiosis entre los empresarios y el clero militante, que han encontrado en Jalisco una trinchera desde hace ya por lo menos un siglo.
La democracia en Jalisco, su historia conservadora, cristera y sinarquista de un siglo donde los partidos políticos como instituciones no han hecho evolucionar el pensamiento crítico y la participación ciudadana.
El dictamen del día 16 de octubre que se festeja como un triunfo deportivo de las Chivas o del Atlas, la banalidad de la política, los mass media y los púlpitos que perpetúan la primera infancia, y no importa a muchos sectores el impacto de las decisiones políticas…
Los costos de la democracia que imponen, a fortiori, los oscuros intereses que medran en los tribunales electorales donde hay gavetas de dinero o de miedo real o sentido.
Los tribunales, golpeadores de esperanza de cambio social por la vía pacífica, legitiman sin convencer a los enmascarados de la democracia moderna y dan la espalda al sentir de muchos.
Jalisco, democracia y justicia, justicia y democracia, como plastilina gris y negra, los lentes locales, los lentes federales contaminados.
El 16 de octubre la sala del Tribunal Federal Electoral falló por unanimidad a favor de Jesús Pablo Lemus Navarro como gobernador constitucional de Jalisco.
Tal decisión tendrá consecuencias.
Hay preguntas.
Por el bien de la democracia se ocupan más luces y argumentos; la elección del 2 de junio de 2024, el antes, durante y después, no pueden quedar en el anecdotario de boletas electorales en bolsas negras, de homilías de intervención política impune, de violencia de género y misoginia, de polarización social o de cultivo permanente del odio hacia los que representa políticamente un partido político de tendencia de izquierda y de justicia social.
El odio como estrategia, las imprevisibles consecuencias.
Por el bien de todos es conveniente convencer y parar la ola de odio y polarización postelectoral.
Para el ganador y su partido, y por la propia composición del Congreso local, por la composición de una ciudadanía dividida, no se espera un sexenio terso; es previsible una estrategia de gobernanza excluyente, lejana a la causa social obrera y campesina, autoritaria como ha sido el signo de los últimos años.
Ante este escenario, los aportes necesarios de todos los actores políticos para garantizar la paz de la entidad federativa y emprender juntos la agenda de solución de la problemática.
Para los perdedores morenistas de impugnación frustrada no es la debacle, pero tendrán que aquilatar la experiencia y reorganizarse. Hacer autocrítica y evaluar la efectividad de sus liderazgos, la integración de su militancia y la madurez necesaria.
No se pueden quedar en las aguas turbias de la frustración inmediatista, tendrán que hacer programa de trabajo desde la oposición en Jalisco y hacer vivir el obradorismo que en el contexto nacional es una fuerza impulsora.
La dialéctica entre ganadores y perdedores, el odio recreado en las catacumbas del más rancio conservadurismo, que tendrá trinchera y formará eje de resistencia al movimiento obradorista con impacto imprevisible, cuyo ejemplo más inmediato es la movilización progresiva contra la reforma judicial.
La reforma judicial que va, el sentir de la ciudadanía, para darle una oportunidad a otras formas y a otros personajes en las formas y tiempos de impartición de la justicia.
Dos semanas después de que el tribunal federal electoral fallara a favor del emecista Pablo Lemus Navarro, el festín de los nombramientos en las oficinas públicas privatizadas. Las carreras y la operación de limpieza en las actas de entrega recepción, los que esperan compensación por su participación, los que desean una tajada del poder legitimado en tribunales, los enriquecidos tras el manto de un triunfo…
La franquicia de Movimiento Ciudadano y la marca de su candidato vendieron “Haiga sido como haiga sido” (Felipe Calderón Hinojoza dixit). Los dictámenes de los tribunales local y federal “incorruptibles” así lo avalan.
No transitaron las pruebas de la impugnación, en bolsas negras descansan los sueños imposibles de las voluntades expresadas en las boletas electorales no contabilizadas, que como aquel “fraude electoral” acontecido en 1989 serán destruidas e incineradas.
Hay felicidad en los personajes del cuento. Salidos de las aguas frescas de Zapopan y Guadalajara, a la sombra del bosque de los Colomos, los nuevos ricos empoderados egresados de universidad privada afilan cubiertos y reparten; sonríen mientras peinados hacia arriba y estrenando tacuche voltean a diestra y siniestra a las cámaras, opinan y subrayan optimismo de futuro ante los y las entrevistadores de micrófono y cámaras.
La sociedad jalisciense no se atrevió al cambio o si se atrevió, las instituciones local y nacional IEPC y TRIFE, respectivamente, dictaminaron que no, el juego terminó.
La toma de posesión a inicio de diciembre en perspectiva.
El grupo de viejos y nuevos liderazgos perdedor a rediseñar estrategias y reorganizar.
La sociedad jalisciense aislada del movimiento y el matiz de transformación nacional iniciado en 2018 resiste en gran medida por los programas sociales federales que mayoritariamente los benefician en el corto plazo y congruente con su vocación de largo plazo clerical, conservadora y empresarial ortodoxa se ha mercado en las aguas empresariales de lo privado un satisfecho administrador público por otros seis años.
Ojalá que la fórmula y la elección resulten favorables para la urgente necesidad de paz, gobernabilidad, educación, salud, desarrollo económico y empleo.
La celebración y la presión política a manera de nado sincronizado entre el gobernador saliente y el gobernador entrante sucedió mucho antes del veredicto del tribunal, en sus mensajes y en su expresión paraverbal, en la presencia pública incesante, en la autosuficiencia y seguridad.
En la historia de lo inmediato, los resultados de la elección para el gobernador de Jalisco nacen cuestionados y el pronóstico de un buen gobierno en un escenario de cuotas y compromisos luce desdibujado para los trabajadores y asalariados, para los campesinos y obreros, para las mayorías…
Comparativamente al 2018, el movimiento morenista avanzó en Jalisco, pero no fue suficiente.
La sistemática participación de organizaciones religiosas católicas y de la Luz del Mundo, entre otras -dato para nada menor- una vez más minó e influenció las decisiones de algunos electores.
Jalisco y los resultados electorales del 2 de junio de 2024, la página de la historia por escribirse y la necesidad de interpretar en amplitud lo sucedido visible y lo sucedido no visible, la mirada de un Jalisco del partido ganador, la mirada de Jalisco de un partido perdedor, las derechas y las izquierdas, la recomposición que viene.
*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]
Muy bien Rubén, coincido contigo. Aunque habría que ver el trasfondo de las cosas y en ese tú eres bueno. Los pactos, las negociaciones en lo oscurito, el reparto del pastel, todo ha pasado
Pero entre el que se va y el que llega entre todos ellos, junto con los oportunistas y arribistas. Entre todos ellos todo huele a podrido.