De tin marín, de do pingüé… o la decisión del nuevo secretario de la educación en Jalisco

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Estamos a poco más de dos semanas que inicie un nuevo gobierno en Jalisco (con Pablo Lemus al frente) y seguimos sin saber quién será el nuevo secretario de educación para los próximos seis años. Sabemos que desde que fue ratificado el gobernador de MC por el INE, este personaje se ha dado a la tarea de hacer múltiples presentaciones de diversos funcionarios que lo acompañarán; se podría decir que casi está completo el gabinete; sin embargo, aún no da a conocer el nombre de quién será el personaje que dirija la educación en el estado. No se sabe (aunque se murmura entre pasillos que continuará Juan Carlos Flores Miramontes) si habrá continuidad o si se dará vuelta a la tuerca y dejarán al frente a un personaje que no esté ligado a la iniciativa privada, la cual ha tenido mucha intromisión en lo que se refiere a temas de actualización, asesorías y venta de productos para que el magisterio los utilice con los estudiantes de escuelas públicas.
Pablo Lemus hizo muchas promesas en campaña. La más importante es que no entregaría la educación de Jalisco a la Cuarta Transformación ni a nadie y, además, que esta sería llevada a altas esferas, un poco a como lo ha dicho y presumido Enrique Alfaro: que el modelo educativo del estado es el mejor de todo México.
Vayamos por partes, ¿acaso la educación en Jalisco es la mejor de México?, cuando existen, desde antes de este sexenio, entre otras cosas: problemas de pago al personal docente y no docente; serias dificultades para que las escuelas tengan plantillas completas de personal; la falta de cobertura y la saturación de grupos en zonas como Tlajomulco y el norte de Zapopan (solo por citar dos puntos geográficos del estado); el casi abandono de la educación superior (escuelas Normales, UPN, CAM y los posgrados) la población estudiantil es cada vez menos, principalmente en el posgrado; los graves problemas de actualización del personal; la burocratización del trabajo docente; el tema de los protocolos y las inconformidades de maestros y directivos debido a las intenciones perversas por lesionar sus derechos laborales y humanos ante cualquier tipo de denuncia de padres de familia; qué decir de sus programas estelares de entrega de tablets y computadoras de pésima calidad y a sobreprecio al magisterio; como también, la Red Jalisco que es infuncional por la pésima cobertura y la velocidad que deja mucho qué desear, ya que en la mayoría de espacios e instituciones públicas sirve de muy poco, por lo cual, la mayoría de escuelas y espacios educativos de la SEJ terminan pagando a compañías privadas el servicio de internet para lograr tener una cobertura más o menos decente que les permita dar abasto a su población.
Pablo Lemus no la tiene fácil, a diferencia de Alfaro es menos confrontativo con la federación, sabe negociar aunque no es leal (el ejemplo más reciente es la conformación de las comisiones en el Congreso local, prefirió una alianza con Morena y aliados que con el PAN o el PRI), tampoco le gusta la autocrítica y suele apostarle a la publicidad y al pago de medios para que se pinte una cara amigable y bonita a su gobierno (el diario local El Informador es el mejor ejemplo); otro punto en contra es que su visión de empresario no le permite plantear políticas sociales que favorezcan al grueso de la población y, de cada peso del presupuesto, más de la mitad termina en manos de la iniciativa privada y lo público no está entre sus prioridades.
Estamos esperando que esta semana o a más tardar la siguiente, surja el nombre del nuevo secretario de Educación Jalisco y, una vez conocido, poder saber si seguiremos en la misma tónica o si existe otra educación más allá de Recrea o como le quieran llamar… Lo cierto es que el modelo educativo de Jalisco está muy lejos de ser un referente a nivel nacional, ya que cuando les repetí a un grupo de maestros la frase que dijo Alfaro en el Palenque de las Fiestas de Octubre, de que el Modelo educativo jalisciense era el mejor de México, al unísono soltaron una carcajada como si se tratara de un buen chiste…, pero, en fin, veamos que pasará en los siguientes días.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

Comentarios
  • Alfonso López

    El nombramiento del nuevo Secretario o Secretaria de Educación podrá resolverse con la tómbola o de tin Marin de do pingüe.
    Si repite el actual, tiene amplia experiencia en demorar pagos, archivar las promociones de educación superior y otras linduras.
    Si el nombramiento recae en una persona “nueva”, con mandos altos y medios “nuevos” ojalá que aprendan pronto y sean eficientes y eficaces.

  • Gloria Ramírez García

    La educación de Jalisco ya se merece un cambio con un secretario que sea del magisterio y tenga experiencia y eficiente manejo en los programas y todos aspectos, así como rapidez en la solución de problemas de cualquier tipo.Dios ilumine al gober Lemus para que ponga de secretario a la persona ideal y preparada.

  • Miguel Ángel Pérez Reynoso

    JAIME. Me parece que te quedas corto, la designación del que será Secretario de Educación para el sexenio 24 – 30, no se decide con el “de tin, marín, de do, pingüe […]” ¿porque? Porque dicho juego infantil, su resultado es al azar y aquí, existen intereses e intenciones perversas de las distintas agencias interesadas en mantener
    el control de la secretaría de educación del gobierno de Jalisco. Identifico cuatro instancias especialmente interesadas en incidir al respecto:
    a) El gobernador saliente Enrique Alfaro, él está especialmente empecinado en que continúe Juan Carlos Flores “por sus buenos resultados”.
    b) las secciones del SNTE, el sindicato de maestras y maestros tienen especial interés de que quede un secretario a modo.
    c) El grupo de emmoresarios y de noe conservadores que se aferran a que los contenidos religiosos incidi9an en las escuelas y hacer de la educación un gran negocio.
    d) El grupo de la UdeG, también está interesado en controlar no solo la educación superior y media superior sino también la educación básica. Lemus quiere decidir, pero no lo dejan. Concluyo es conveniente que Pablo Lemus ponga a un secretario de toda su confianza para poder sacar adelante el proyecto educativo que mejor convenga para Jalisco.

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