De suspensiones y aplazamientos
Jaime Navarro Saras*
Dice un dicho famoso que según el sapo es la pedrada, ese dicho popular aplica perfectamente sobre lo que viene pasando con la política educativa en México. Previo a las elecciones del 5 de julio pasado Emilio Chuayffet (entonces secretario de educación) anunció la suspensión indefinida del examen para la incorporación al servicio docente, ni tardos ni perezosos muchos personajes y grupos afines a las políticas neoliberales salieron a denunciar esta medida que atentaba contra la reforma educativa, incluso (una vez pasada la elección) el emblemático grupo Mexicanos Primero demandó al gobierno federal y en un acto histriónico el propio secretario reanuda de manera tajante lo que supuestamente había suspendido (la reforma va porque va, esa fue siempre la expresión de Chuayffet primero y Peña Nieto después), esta aspirina para apaciguar la ofensiva de maestros que amenazaban boicotear la elección sirvió para muy poco, finalmente ya no está Chuayffet y en Oaxaca se impuso la fuerza, se diría entonces que esa suspensión era políticamente correcta y habría que denunciar, demandar y poner los medios de comunicación a la disposición de la derecha mexicana para denostar a los maestros y todos los sujetos que estaban y están en contra de la reforma educativa.
Contrario a ese maremágnum de apoyo a la reforma, ya van dos veces que se aplaza la Evaluación del Desempeño para docentes y directivos y no pasa nada (la fecha original según el cronograma estaba prevista para el 15 de agosto, después se cambió para el 18 se septiembre y finalmente para el 31 de octubre), en los medios de comunicación no aparecen críticas contra la SEP ni para la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente ¿por qué?, seguramente porque es políticamente incorrecto ya que al ser la SEP y el gobierno federal los responsables de ello, sus defensores y la prensa que defienden la reforma son incapaces de criticar lo que es evidente: LA DESORGANIZACIÓN DE LA SEP.
En este proceso de la evaluación se pide un expediente de evidencias con un máximo de 12 cuartillas a docentes y directivos (en algunas escuelas también se evaluarán docentes que no están frente a grupo), los maestros cumplidos entregaron desde el principio, otra parte en septiembre y la gran mayoría aun no las sube a la plataforma, esta práctica (de entrada) no es equitativa ya que los que todavía no entregan tienen más tiempo para completar lo requerido. Este problema surge (por eso es el aplazamiento) debido a que “seguramente” no hay suficiente personal que recupere, interprete y valore las evidencias, como tampoco hay tutores que hagan el acompañamiento prometido a los docentes de nuevo ingreso.
Por supuesto que grupos como Mexicanos Primero no tienen opinión al respecto, se sabe de las carencias cualitativas y cuantitativas que acompañan a la reforma y no pasa nada, hasta ahora la reforma solo ha sido de discurso, la supuesta calidad es un espejismo con la cual vendieron la idea a través de los medios ya que, entre otras cosas, los recortes presupuestales a la educación están a la luz. En Jalisco se estanca el programa de Escuelas de Tiempo Completo, además los programas de Escuela Digna, Escuelas por la Excelencia y Escuelas de Calidad desaparecen (a decir de la SEJ se fusionan).
Suspender o no suspender proyectos, programas, reformas, presupuestos e iniciativas siempre va a depender de la autoridad, ello no significa que están en lo correcto, sino que las prácticas de gobierno están llenas de ocurrencias y caprichos, ya que no se les da la cultura de la planeación, en educación es lo mismo y lo peor es que las culpas de los políticos y autoridades educativas siempre son derivadas a los alumnos, maestros y padres de familia.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]