De generosidad y Chromebooks
Rubén Zatarain Mendoza*
Ayer, un episodio de la trascendental reforma judicial en el Senado. La necesidad de reconstruir los cimientos y el piso de la justicia y el Estado de derecho con rostro social y humanista. Las voces del status quo, opacas y nepotistas, la mafia de la toga y el birrete contra los representantes del pueblo y su oportunidad histórica en días de festejos patrios.
La toma del Senado y los mantos subterráneos de aguas negras: la oposición de ahora.
La necesaria vigilancia ciudadana y participación aquí y ahora.
La semana pasada, intensa en la agenda política del gobernador y del gobernador “electo” en un proceso electoral del 2 de junio impugnado; marcada para la estructura educativa por la febril presencia en las regiones, dada la entrega de Chromebooks en espacios donde se concentraron —para su recepción— los maestros y maestras de secundaria y preescolar.
Uno de los ejemplos fue la convocatoria el 6 de septiembre a los docentes en la región Costa Sierra Occidental en el Centro de Convenciones de Puerto Vallarta, con el consiguiente colapso de las vialidades en la periferia del lugar.
Muchos de los maestros y maestras, previa autorización oficial para suspender las clases en el turno matutino, asistieron a la convocatoria y, previa firma de compromiso de resguardo, salieron sudorosos con sendas cajas con la prometida “computadora”, zigzagueando bajo el sol y sorteando entre vehículos oficiales y nuevos autobuses.
Los convocados, los convocantes, los invitados, los no invitados.
Hubo reflexiones de pasillo sobre el contexto y la coyuntura o la buena voluntad del regalo, reflexiones sobre la dignidad profesional del magisterio y el sentido ético de quien recibe y quien otorga en un acto de “generosidad” gubernamental empañado por la ausencia de útiles escolares para los Niños, Niñas y Adolescentes de educación básica, en un marco donde a trece días de iniciado el ciclo escolar aún no se entregan los Libros de Texto Gratuitos.
En los corrillos de pasillo también hay quienes se preguntan sobre el pingüe negocio de las licitaciones para la compra venta y distribución de los miles de equipos, también hay quienes dijeron “A caballo dado no se le ve colmillo” y posaron para la foto sonrientes y buscaron un resquicio para la toma de imagen –materia de Facebook– ante las autoridades educativas, líderes sindicales o representantes del gobierno estatal.
Hay mucha área de mejora en el dominio de las habilidades digitales entre el magisterio y mucha más área de mejora en el manejo pleno de los recursos existentes para facilitar las tareas de enseñanza y las tareas de aprendizaje.
Aun con las limitaciones de la conectividad, se espera que la disposición de la máquina incremente la zona de desarrollo proximal en materia de dominio y uso pedagógico, en materia de actividades del portafolio de recursos en asuntos torales como la planeación didáctica y evaluación formativa.
No todas las habilidades ni la construcción de saberes pueden ser mediadas por medios digitales, mucha de la cultura pedagógica del magisterio tiene que sedimentarse gradualmente siguiendo los procesos y la acción reflexiva al lado de quienes aprenden.
La cultura de lo digital es inmanente ya a la práctica educativa, pero es de subrayar que quienes poseen niveles de dominio sobresaliente tampoco son garantes de buenas prácticas, como tampoco el manejo de una segunda lengua garantiza mejores prácticas de comunicación y manejo del lenguaje.
En honor a los defensores a ultranza de los medios digitales como componente del docente innovador y moderno, habrá que decir que el uso de herramientas, oportuna y adecuadamente, viste bien en foros de artificio histriónico.
Las tareas cotidianas de enseñar con calidad y de aprender significativamente no siempre están relacionadas con la disposición de medios didácticos como la ahora expuesta inteligencia artificial.
La dimensión instrumental enriquece la comunicación y un texto o una imagen en contexto pueden ser vehículos de reflexión que superen las verbalizaciones.
Sin embargo, como hemos afirmado en otra colaboración, el medio no es el mensaje pedagógico en el microclima social del aula.
No hay evidencia empírica acerca de que la incorporación de tecnología educativa desde los setentas del siglo XX o la incorporación masiva de programas de computadora se refleje en la calidad de la actualización de los maestros y maestras y por los resultados de las pruebas de aprendizaje; tampoco hay evidencia empírica suficiente para asumir que la incorporación de mediaciones como programas de computadora abone al aprendizaje de asignaturas clásicas como matemáticas, lenguaje y ciencias.
Dar de último momento es intención política. Saldar promesas con un sector del magisterio jalisciense de la educación pública es de caballeros. La coyuntura ya no es de elecciones; la prioridad desde hace tres meses es el cultivo de legitimidad.
Los maestros y maestras prestaron oídos, sus formaciones ideológicas y participación política son heterogéneas, los discursos como lid de oratoria y retórica fluyeron, el ánimo de las concentraciones regionales en lo general –salvo el ruido de algún abucheo que se coló entre el concierto de voces– fue positivo; dadores y receptores cruzaron el puente y sellaron el logro del propósito de la convocatoria.
Otorgar herramientas de apoyo es parte de las obligaciones del Estado con los educadores de las escuelas públicas.
En la construcción de la participación social y la arquitectura de comunidades de aprendizaje en y para la vida, los educadores y educadoras comprometidos e institucionales hicieron la tarea con sus propios recursos.
Bueno es que ahora, además de un proyecto vertical en el ámbito estatal tejido de sueños, de redes sociales e imaginarios de comunicación de meet y zoom, se ponga —aún no para todos— un recurso mínimo y tecnológicamente insuficiente en sus manos.
Ahora el reto es potenciar su uso pedagógico y evitar el abuso de las máquinas como medios de pseudo enseñanza; ahora el reto es la conectividad y la producción de material educativo local y territorializado; ahora el reto es superar el estadio reproductivo y el discurso colonizador de los technoboys firmantes de licitaciones opacas.
Formar a los niños, niñas y adolescentes con calidad y equidad puede ser posible si asumimos una actitud y práctica educativa de vigilancia permanente, aun tratándose de la aparentemente inocua incorporación de la tecnología con las “poderosas” Chromebooks en espera de su estreno, antes de que se conviertan en chatarra tecnológica o anecdotario.
*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]