De Día de Muertos, tradiciones y recuentos educativos
Jaime Navarro Saras*
A José Luis de la Isla Quezada,
por su forma de vivir la vida,
hasta siempre amigo
En esta semana es difícil evadirse de los festejos del Día de Muertos, afortunadamente en todo el país se han desarrollado actividades sistemáticas e intencionadas desde hace unos años de una lucha ya ganada al vecino del Norte con su Halloween, aunque de pronto y sin el menor reparo algunos comercios, antros y escuelas particulares siguen insistiendo en comercializar las calabazas, los personajes de películas de terror y uno que otro souvenir relacionado con ello.
Sin embargo, y para no olvidarlo, desgraciada o afortunadamente tuvieron que venir a México los productores de la zaga de James Bond a filmar escenas sobre el tema en 2015 con la película de 007: Spectre y, proyectarla justamente el 2 de noviembre de ese mismo año para ponerle un sello definitivo a lo que vienen siendo los festejos del Día de Muertos recientes, con desfiles espectaculares, calaveras, catrinas y catrines, esqueletos, carrozas fúnebres, carros alegóricos, danzas, música, imágenes de políticos, etcétera. Todo colorido y al más clásico estilo de Hollywood, que dista de lo que conocíamos y hacíamos (y seguiremos haciendo) los mexicanos para celebrar a nuestros queridos difuntos en los panteones y con altares en casas de la cultura, plazas públicas, escuelas y en el hogar, pero en fin, seguimos siendo un país de fácil e inocente influencia pero con mucha historia.
Es obvio que con tanto bombardeo publicitario se propician gustos y prácticas de cualquier tipo, nuestros niños y jóvenes están invadidos por todos lados de múltiples imágenes que tienen como objetivo vender productos, es una lucha casi perdida de las escuelas, maestros y padres de familia contra ese fenómeno, no por algo TELEVISA es considerada la otra SEP, es quien ha educado al país desde hace muchos años y lo sigue haciendo con una programación de pésima calidad y en cuyas temáticas abundan valores y contenidos contrarios a lo que marca el Artículo Tercero Constitucional principalmente en el punto II e inciso C: El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios… Contribuirá a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad. Los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos.
Por eso, cuando hablamos rescatar y cultivar el interés sobre las tradiciones mexicanas, tenemos que ser muy cuidadosos con los niños y jóvenes, trabajar los contenidos con un apego fiel histórica, estética, artística y sociológicamente hablando, además con un dinamismo y atractivo en las presentaciones y las formas de cómo generar procesos de aprendizaje.
Hoy en día, por desgracia, los niños y jóvenes se resisten a preservar las tradiciones de sus abuelos por esta irresponsabilidad de quienes generan los contenidos de los medios y de quienes los autorizan, gracias a ello quieren parecerse más a los vecinos del Norte que a los indígenas del Occidente, Centro y Sur de México, incluso muchos que viven en esas regiones no se sienten parte de la comunidad y lo niegan desde su manera de comportarse y la poca empatía hacia ello, por lo cual está en riesgo de perderse lenguas, tradiciones orales, elaboración de artesanías, terapias de medicina tradicional, entre tantas y tantas aportaciones a la vida cotidiana de la población.
La labor de las escuelas y los maestros tiene que ser titánica y, de ninguna manera, pueden dejar pasar fechas como el 2 de noviembre sin que hagan énfasis en los valores que ello implica.
Por lo cual va una felicitación para aquellos maestros, alumnos, padres de familia y la sociedad en general que entienden la importancia de preservar los valores, las tradiciones y las historias que nos hacen diferentes a los demás ciudadanos del mundo, incluyendo los que festejan el Halloween y el espectáculo de Hollywood.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]