Creatividad en la educación

 en Mario Ramos Carmona

Mario Ramos Carmona*

La creatividad es un rasgo importante en la formación de las personas, debiera estar intencionada y favorecida en la educación básica y superior. Pareciera que no es así, se habla de competencias para la vida, para el trabajo, se habla de desarrollar el pensamiento crítico, pero de estimular, favorecer y enriquecer el pensamiento creativo no se habla, ni se trabaja.
Pareciera que hay un olvido, un ninguneo en relación con la creatividad a nivel de la sociedad, y de los programas educativos, a decir de Rafael Lamata Cotanda, en la sociedad actual no se favorece ni estimula la creatividad, sino más bien la uniformidad; el pensamiento lógico racional, más que la imaginación, y la imaginación y la actividad hacen falta para innovar, construir otro mundo y otras realidades, sino imaginamos otros escenarios estos jamás se presentarán.
En la educación, la creatividad podría desempeñar un papel importante en la formación de individuos que buscarán alternativas a los problemas actuales y futuros. Ayudaría a imaginar otros escenarios y otras alternativas, ayudaría a educar con alegría y expresión, a educar a personas sensibles al entorno humano y natural y a buscar la armonía con la naturaleza.
Ya Vygotski, desde principios del siglo pasado, hacia hincapié en la importancia del desarrollo de la creatividad a través del arte en la infancia, por medio de la expresión plástica y teatral era posible estimular las capacidades del pensamiento creativo.
Después, muchos pedagogos y educadores desarrollaron estrategias y actividades para estimular la creatividad en los niños y jóvenes. Desde J. P. Guilford hasta Carmen Aymerich con la expresión corporal, teatral y plástica; Hilary Boll en Cardiff, Inglaterra, con Drama in education. Estas estrategias estimulaban la expresión creativa en los niños y la SEP trajo a México (en los años 80) a estos expertos para trabajar con los formadores de docentes de las escuelas Normales del país.
Susana Alexander la prestigiada actriz mexicana, fue una animadora de la formación creativa de los maestros en las Normales. Ella misma capacitó a docenas de instructores egresados de los CEDART para multiplicar talleres de creatividad en la educación en las Normales y la UPN del país. La idea central era usar las artes como mediadores para la enseñanza de contenidos en la educación básica, aprender haciendo, aprender de forma creativa y lúdica, expresiva y humana.
Ahora en 2016 vemos que ese tipo de esfuerzos por renovar la educación hacen falta, la propuesta del enfoque por competencias no llega al corazón y la sensibilidad de los alumnos y alumnas, como si llegaba la metodología de la expresión, el arte, el drama, el juego dramático, el teatro de sombras, etcétera.
Recientemente he estado leyendo dos textos que pueden ser muy útiles para reactivar este interés por la creatividad, que son “La actitud creativa” ejercicios para trabajar en grupo la creatividad, de Rafael Lamata, el texto propone una reflexión y una recuperación de la actitud creativa para transformar la realidad, sugiere una serie de ejercicios lúdicos y creativos para desarrollar el pensamiento creativo. El otro texto es de Patrice Baldwin (2014) “El arte dramático aplicado a la educación, aprendizaje real en mundos imaginarios”, un magnífico libro de Morata que expone una forma creativa para trabajar el drama en la educación, como ya se hace en Inglaterra hoy.
Ojalá este tipo de textos nos permitan enriquecer la práctica educativa con una gran dosis de creatividad, y las autoridades vean la pertinencia de formar la dimensión creativa y humana de los niños y jóvenes y no solo las competencias que necesitarán para desarrollar un trabajo rutinario y modesto en el futuro cercano.

*Profesor-investigador de la Escuela Normal para Educadoras de Guadalajara (ENEG). [email protected]

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