Concurso para directivos de la educación superior en la SEJ

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Han pasado poco más de cuatro años en que se asignaron (mediante convocatoria) los puestos directivos para las 11 escuelas Normales en Jalisco, en esa ocasión no fueron tomados en cuenta los tres posgrados, ni los tres CAM (Centro de Actualización del Magisterio), como tampoco las 5 Unidades de UPN (Universidad Pedagógica Nacional).
Estos concursos (en Jalisco) se vienen realizando desde 2013, la iniciativa surgió durante la gestión del secretario de educación Francisco de Jesús Ayón López, este proceso estuvo plagado de cuestionamientos, críticas y resistencias de los trabajadores en, por lo menos, la mitad de las instituciones, las razones de los demandantes e inconformes tuvieron que ver con los perfiles y actitudes de los directivos asignados, ya que las propias autoridades de la SEJ no respetaron lo que ellas mismas pusieron sobre la mesa en cuanto al perfil solicitado.
En el proceso de 2013, la mayoría de solicitantes cumplía con los requerimientos exigidos, entre otros ser trabajador del nivel superior, con grado de maestría, presentar proyecto de trabajo, etcétera; sin embargo, tanto la entrevista como el examen sociométrico y el de conocimientos brillaron por su ausencia cuando algunos favoritos no cumplieron los mínimos de dichos exámenes o, estaban muy lejos de los primero lugares, en la síntesis de este proceso (para elegir directivos) permeó la negociación y la repartición de espacios entre grupos, grupitos, tribus, compas, compitas, novias, ex, compadres, deudas y pago de favores. En los alegatos y críticas al proceso, el secretario Ayón se excusó diciendo que la designación de directivos le competía a él con o sin convocatoria, pero que en dicha ocasión había decidido hacerlo así para tener mejores perfiles en los puestos, en el proceso se asignaron direcciones para las 11 escuelas Normales y los tres posgrados, todos terminaron su gestión de cuatro años salvo tres, uno por fallecimiento, otra por ascender a otro puesto y la otra fue separada del cargo por conflictos con los trabajadores de la institución, la SEJ, la Sección y con ella misma.
En el segundo proceso de 2017, las cosas no cambiaron mucho ya que la mayoría de directivos de las 11 escuelas Normales fueron ratificados en sus puestos, salvo tres por jubilación y uno al no considerársele para continuar en el cargo tanto por la SEJ como por la Sección 47, en los posgrados no hubo convocatoria y solo se nombraron interinos y comisionados sin acceder a las plazas del puesto; cabe señalar que quien evaluó a los aspirantes de este proceso fue el Tecnológico de Monterrey (favorito de esa gestión para el contrato de servicios) y la dinámica de asignación corrió a cargo de un grupo de “notables” de la SEJ y el SNTE, pero quien decidió la terna (como lo será esta ocasión) fue el secretario de educación en turno.
Para este proceso, que cierra solicitudes el jueves 28 de octubre, el mecanismo será el mismo, un grupo de siete personas (cinco de la Secretaría y dos del SNTE) determinarán la terna que será presentada al secretario de educación, quien, después de entrevistar a los tres aspirantes de cada una de las 17 instituciones en disputa, elegirá a quienes tomarán el cargo a partir del día 3, pero con efectos del 1º de enero de 2022.
Es importante tomar en cuenta que, para dirigir una institución de educación superior como las están en disputa, se requiere oficio, piel de cocodrilo, corazones e hígados sanos, conocimiento de la realidad y apoyo de la SEJ, las Secciones sindicales y de los propios trabajadores de las instituciones, ¿por qué digo esto?, por la simple y sencilla razón de que este tipo de instituciones están demasiado lejos de poder abrirse al mundo, principalmente por las trabas, laberintos y complejos institucionales internos y externos, son espacios endógenos que solo pueden ser dirigidos por alguien que respira los mismos aires, que ha vivido y sufrido las prácticas institucionales y que, mal que bien, entiende que las grandes revoluciones educativas no caben por las puertas y ventanas tan estrechas que tienen estas instituciones desde su fundación.
Lo más seguro es que el Comité evaluador se vaya por la vía fácil y pragmática por dos razones simples, una, porque no será fácil evaluar a más de 50 aspirantes de manera minuciosa y, dos, porque solo 4 de los 7 evaluadores tienen conocimiento (mucho o poco) de los aspirantes y las instituciones, y el camino para elegir la terna favorecida será por propuesta tanto de las Secciones como del personaje de la Subsecretaría de Formación y Atención al Magisterio además, quizá, de la responsable de Mejora Continua en Jalisco, los demás solo levantarán la mano para dar su aprobación ya que, si se remiten a la convocatoria y son transparentes en el proceso, lo mismo puede llegar o ratificarse en el puesto Juan que Juana y, este escenario de seguro no le conviene al statu quo que estas instituciones han construido a lo largo del tiempo.
Por otra parte, y no menos importante, es poner atención en las fases y elementos a evaluar en el concurso, tanto la Valoración de la trayectoria académica y profesional (20% del puntaje total), el Plan de Desarrollo Institucional (25%), el Examen de conocimientos (25%) y la Entrevista (30%), estos aspectos deberán, a decir de la convocatoria, ser los que determinen los perfiles; lo interesante, entonces, sería saber la garantía que tendrán todos los participantes de que ello se haga público y además que se publique por cualquier medio para valorar si dicho concurso fue transparente y, si realmente, los tres seleccionados de cada institución son los mejores perfiles, principalmente porque en los dos procesos de elección anteriores quedaron al margen personajes con perfiles más sólidos, en donde era evidente su producción y aportaciones a la educación, su preparación académica, impecables Planes y diagnósticos institucionales, así como claridad de ideas en la entrevista y, sin embargo, no pudieron llegar debido a que no tenían la bendición de la parte oficial y/o sindical.
Veamos pues, como actúa el Comité Evaluador en este proceso y qué tan buen tino tiene el secretario para elegir al mejor (por no decir, el menos peor) de los perfiles que le presenten para tomar las riendas de las instituciones de educación superior por los siguientes cuatro años y, qué tantas mañas y habilidades tienen éstos para sobrevivir a los últimos tres años del gobierno actual y uno del grupo que entrará en funciones cuando este gobierno termine su gestión.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

Comentarios
  • Sergio el bailador

    Circo Romano… así le llamo yo…

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