Comunidades escolares cívicas y éticas
Rubén Zatarain Mendoza*
El aprendizaje de las habilidades sociales es uno de los contenidos transversales en el trayecto de la infancia y la adolescencia en el ciclo de la educación básica.
Aprender a relacionarse con el otro, respetar las reglas elementales de la convivencia, administrar el tiempo a través de la asistencia puntual y permanencia, aprender a trabajar en equipo, colaborar en las actividades de grupo y escuela como cantar el himno nacional en los honores a la bandera, participar en desfiles cívicos en las comunidades, participar en campañas de limpieza, reforestación, vivir y observar valores y actitudes, etcétera, son parte de un proceso longitudinal tanto a nivel curricular como extracurricular.
En la escuela se aprenden aspectos cognitivos de distintos campos pero sobre todo se forman habilidades sociales; pero también, la escuela padece la ausencia de trabajo positivo de las instancias socializadoras primarias del sujeto como es el caso de la familia.
Que el alumno aprenda saber, sobre cómo hacer vida social, es parte de la dinámica formativa escolar, aun en entornos donde el tejido social luce rotoso o deshilado, aun cuando el mundo de la calle es amenazante o cuando la oferta de programas televisivos es francamente adversa a la finalidad educativa de las nuevas generaciones.
La escuela está ante una encrucijada, pues la demanda social de distintos sectores se ha diversificado. Se espera mucho de ella y en algunos casos se aporta a ella tan solo exigencia y crítica.
La escuela es crisol de muchas visiones y crisol de imaginarios y creencias, es punto de encuentro de discurso, de voces intencionadas de educadores y políticos de adscripción coyuntural.
La formación social en ellas sigue siendo una esperanza de mejora, una alternativa de ensoñación sobre mejor futuro.
Por supuesto que la habilidad social es educable pero sus resultados a veces no son tan visibles en el corto plazo, por supuesto que tal propósito requiere de esfuerzos compartidos y de proyectos no solamente discursivos.
El profesor requiere repensar pedagógicamente en cómo formar el conjunto de las habilidades sociales, requiere analizar las formas socializadoras en las que participa al lado de su grupo escolar, requiere transformar algunas de sus prácticas e intencionar con claridad el sentido de su relación e interacción.
De ahí la importancia de construir los ambientes escolares adecuados para la práctica de las mismas, para formar en un clima social de congruencia y de respeto a la dignidad humana de cada uno de los educandos, para conciliar las múltiples contradicciones que provienen del contexto y la institución familiar en transición.
La escuela como institución socializadora requiere replantearse el sentido de la formación para la vida en comunidad, para la vida social, para la coexistencia con la naturaleza.
Como parte de una propuesta que ponga el énfasis en la formación de las habilidades necesarias se propone el proyecto de las Comunidades Cívicas y Éticas con un programa de trabajo de 21 aspectos articulados, como parte de un microsistema donde el conjunto de las comunidades de aprendizaje de profesores-alumnos-padres de familia hacen sinergia en la perspectiva de las habilidades sociales, en la perspectiva de mejorar la convivencia en el entorno de la escuela.
Enunciemos de manera puntual:
1. Clima social con énfasis en ambiente inclusivo, horizontal y democrático.
2. Calendario de valores y virtudes con una didáctica específica para formarlos, según cada estadio del desarrollo moral del educando.
3. Escuela de padres con tiempo específico y buen trato para formar la paternidad responsable, proactiva y consciente de su corresponsabilidad.
4. Reglamento escolar participativo centrado en la construcción de una disciplina con dignidad y capacidad de autorregular y autogobernarse emocionalmente.
5. Promoción del trámite de Clave Única de Registro de Población y de emisión gratuita de actas de nacimiento para todos los educandos.
6. Cultura de protección de datos personales. Uso de información extensiva para fines de intervención pedagógica, entre ellas las fichas descriptivas del desempeño escolar y del perfil sociofamiliar.
7. Integración del comité de disciplina para encontrar estrategias que rebasen el paradigma del castigo como medio correctivo, del miedo como recurso de control.
8. Integración de los comités de alumnos, participación en prácticas de elección organizados por el Instituto Nacional Electoral.
9. Honores a la bandera menos ritualizados y formativos de la Historia y el Civismo; análisis del texto literario y musical del himno nacional.
10. Banda de guerra para crear espacio de expresión y disciplina de un grupo de alumnos y desfiles cívicos para fortalecer el puente de comunicación entre escuela, comunidad y autoridad municipal.
11. Constitución de las Asociaciones de Padres de Familia y los Comités Escolares de Participación Social cuya finalidad sea algo más que captar y administrar recursos económicos y se sumen para integrar estas figuras colegiadas a la participación activa y a la corresponsabilidad educadora.
12. Concursos de himno nacional para fortalecer el respeto a los símbolos patrios y entrenamiento formal de escoltas para premiar los buenos desempeños e integrarlas a ceremonias cívicas, y se constituyan así en ejemplo y orgullo de las escuelas.
13. Comité de protección civil y seguridad escolar para seguir atentos a simulacros y capacidad de reacción ante eventuales emergencias y fenómenos naturales.
14. Confección del periódico mural estudiantil como medio de expresión de su cultura y de acercamiento a las semblanzas más representativas de la historia nacional; potenciar su comunicabilidad y calidad.
15. Comunidades Escolares integradas y copartícipes en campañas comunitarias e institucionales.
16. Relación humana positiva de personal administrativo docente y directivos con padres y madres de familia.
17. Encuentro Anual académico, cultural y deportivo como medio de convivencia social y de valoración de los conocimientos, habilidades y competencias destacados.
18. Coordinación con Delegaciones Regionales para universalizar el seguro escolar, la entrega oportuna de uniformes, mochilas y zapatos.
19. Alerta temprana sobre conductas sociales atípicas o disruptivas, integración de servicios como USAER y prestadores de servicio social; canalización a instituciones para apoyo y atención.
20. Recuperación de los tiempos de convivencia familiar y supervisión de las tareas y hábitos de estudio en casa.
21. Integración de coros escolares, selecciones deportivas y artísticas de alumnos, generación del club de ajedrez inter y extraescolar, entre otras.
La formación cívica del futuro buen ciudadano no puede delegarse exclusivamente al espacio del aula y a la camisa de fuerza de una asignatura.
Las comunidades escolares deben hacer un trabajo más sistemático e intencionado sobre este tema.
La escuela puede ser un espacio privilegiado para la formación de habilidades sociales, para la construcción de las piezas importantes en la perspectiva de educación del moderno ciudadano futuro.
De igual manera, la formación de comunidades escolares éticas implica no sólo la mediación oral o escrita, la consejería del adulto al joven para que se porte bien, los dilemas morales como estrategia didáctica.
La formación ética del mexicano que hoy se requiere, exige un esfuerzo colectivo de hogar y escuela; entraña también un esfuerzo de comprensión de parte del docente para poder emprender estrategias y propuesta para formar la ética, la moralidad de quienes asisten a la escuela.
En la perspectiva de constituir las escuelas como comunidades cívicas y éticas con sentido de formación, el horizonte puede ser tan prometedor como los colectivos lo dispongan.
*Doctor en educación. Supervisor de Educación Secundaria del sistema federalizado. [email protected]
La esencia del ser humano es aprender a vivir en comunidad , la formación de humanidad con el otro.
Es a través de las experiencias vividas en la familia, el contexto y en la escuela en donde se aprende a “ser con el otro” .
Enriquecer el imaginario colectivo con la construcción conjunta de significados a través de la integración social , uno de los propósitos fundamentales de la educación: aprender a vivir en sociedad.
Atrevo a señalar algunos puntos que integro a los ya señalados en la construcción de la civilidad:
1. Mirar juntos la realidad diversa
2 Metodología dialógica en el logro del aprendizaje colectivo
3. La construcción de un lenguaje común al grupo, significados compartidos
4. Los actos de voluntad, el compromiso que se crea a través de la interacción
5. Trabajar la pro actividad creativa desde él aula
6. Impulsar el proyecto: “Escuelas para la vida”
7. En el marco de la cultura digital en la que viven gran parte del tiempo nuestros escolares, impulsar el sentido crítico y la formación de comunidades de aprendizaje con base en el impulso de la equidad y aminorar las brechas aún existentes
8. Pensar en digital y cómo lograr comunidades virtuales
Agradezco la lectura del artículo que toca un punto neurálgico en la formación de la ciudadanía
Cívica y ética.
Por último mencionar lo que los sabios mayas referían: “In lakech”
“yo soy tú”, “Hala Ken” “Tú eres yo” , proyectemos horizontes posibles.