¿Cómo elegimos a nuestros amos? O, ¿por qué se ama y odia al presidente electo por el partido republicano?

 en Carlos García

Carlos M. García González*

1. Despejemos el camino: la ilusión de que Hillary ganaría, provino de la ceguera inconsciente; es decir, no querer ver el tsunami que los trumpistas ocasionaban entre todo el electorado. Para ver con más claridad el epicentro del movimiento que se levantó, tendrían que reconocer su propio lado oscuro. Y para tratar de entender porqué se ama y odia al Sr. Trump tendríamos que hacer lo propio: echarnos un clavado a nuestro lado oscuro.
Algo que debería formar parte de la cultura general de todo bachiller es una barnizada aunque sea, de teoría psicoanalítica. Pero si esto causa tanto temor entre los mismos psicólogos, imaginen ustedes entre otras profesiones, que Sigmund Freud, Carlos Marx y otros radicales han sido condenados al olvido por ignaros diseñadores de evasiones curriculares. Salvo excepciones de uno que otro docente ilustrado, el tema del inconsciente, los actos fallidos, los mecanismos de defensa no forman parte de nuestro repertorio para entender los tiempos que corren.
2. Una vez despejado el ruido que esas ilusiones, delirios y evasiones, entramos en materia. Las perversiones y los perversos se acentúan en estas épocas. Veamos algunos de sus rasgos: primero, son particularmente buenos seductores de los que les rodean y los que no son atrapados en esta esfera de complicidad seducción-seducido, son encapsulados –tal y como hacen los granaderos contra algunos manifestantes incómodos y algun@s jefes perversos en instituciones que se dicen educativas. Segundo, están absolutamente convencidos que ante el derrumbe de las instituciones ellos o ellas, encarnan la única posibilidad de futuro; y condenan a sus detractores como enemigos irreconciliables. Tercero, por esta vía se transforman ante los ojos de sus seguidores en una nueva Ley, una ley más verdadera y mejor que la anterior. Recuerden la frase de Trump en campaña, cuando afirmó que si le disparaba a alguien en las calles de Nueva York, no perdería ni un voto. Así, o más claro. Cuarto, por el lado del seducido se activa también nuestro lado oscuro; además del atractivo que representa identificarse con una imagen que sustituye la de nuestra baja autoestima, no solo la servidumbre voluntaria, sino también el deseo de ser redimido por el líder, el amo, el führer, la actriz, el actor, el deportista, etcétera, opera en el vínculo enfermizo del seductor-seducido. Quinto, el seducido se adhiere al líder porque éste encarna, reconoce y dice mis propias pequeñas frustraciones; que son las heridas a mi narcisismo. Si no es así… ¿por qué seguimos votando por los líderes que nos aseguran la condición de esclavitud… qué sistema de formación familiar, escolar y publicitario nos conduce a la actual situación?

Una voz más autorizada que la mía caracteriza la cara visible de ese lado oscuro.
El culto de la tradición. “Uno sólo tiene que mirar el plan de estudio de cada movimiento fascista para encontrar a los principales pensadores tradicionalistas. La gnosis nazi fue nutrida por elementos tradicionalistas, sincretistas y ocultos”.
El rechazo del modernismo. “La Ilustración, la Edad de la Razón, es vista como el comienzo de la depravación moderna. En este sentido el fascismo puede definirse como irracionalismo”.
El culto de la acción por la acción. “La acción que es hermosa en sí misma, debe ser tomada antes, o sin, cualquier reflexión anterior. Pensar es una forma de emasculación”.
El desacuerdo es traición. “El espíritu crítico hace distinciones, y distinguir es un signo del modernismo. En la cultura moderna la comunidad científica elogia el desacuerdo como una forma de mejorar el conocimiento”.
Miedo a la diferencia. “El primer llamado de un movimiento fascista o prematuramente fascista es un recurso contra los intrusos. Así, el Fascismo es racista por definición”.
Apelación a la frustración social. “Una de las características más típicas del fascismo histórico fue el llamado a una clase media frustrada, una clase que sufre una crisis económica o sentimientos de humillación política y que se asusta por la presión de los grupos sociales más bajos”.
La obsesión con una trama. “Los seguidores deben sentirse sitiados. La manera más fácil de resolver la trama es la apelación a la xenofobia”.
El enemigo es fuerte y débil. “Por un continuo cambio de enfoque retórico, los enemigos son al mismo tiempo demasiado fuertes y débiles”.
El pacifismo es el tráfico con el enemigo. “Para el Fascismo no hay lucha por la vida, sino que la vida se vive para la lucha”.
Desprecio por los débiles. “El elitismo es un aspecto típico de cualquier ideología reaccionaria”.
Todo el mundo es educado para convertirse en un héroe. “En la ideología Fascista, el heroísmo es la norma. Este culto al heroísmo está estrictamente ligado al culto a la muerte”.
Machismo y armamento. “El machismo implica tanto el desdén hacia las mujeres como la intolerancia y la condena de los hábitos sexuales no estándar, de la castidad a la homosexualidad”.
Populismo selectivo. “Existe en nuestro futuro un populismo televisivo o de Internet, en el que la respuesta emocional de un grupo seleccionado de ciudadanos puede ser presentada y aceptada como la Voz del Pueblo”.
El Fascismo habla la Neolengua. “Todos los libros escolares nazis o fascistas utilizaban un vocabulario empobrecido y una sintaxis elemental para limitar los instrumentos de razonamiento complejo y crítico”. Paul Bausch, escribe que “tenemos una fuerte historia de oposición al autoritarismo. Me gustaría creer que la oposición es como una respuesta del sistema inmunológico que entra en acción”. En cuanto a la aparente falta total de interés común entre los partidos políticos, Eco simplemente dice: “¿A quién le importa? … La liberación era una acción común para la gente de diferentes colores”.
Umberto Eco: 14 características comunes del fascismo

*Profesor-investigador del Centro Universitario de Los Lagos de la UdeG. [email protected]

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