Calor y aprendizaje
Rubén Zatarain Mendoza*
Las altas temperaturas y la fuerza de la energía solar en el marco de la entrada del verano condicionan los niveles de atención en las tareas escolares, los niveles de la actividad e involucramiento de los educandos en los contenidos y actividades de aprendizaje.
Aunada a la ausencia de lluvia, junio de 2023 no ha presentado las mejores condiciones climáticas ni las temperaturas ideales para el aprendizaje y el desempeño físico e intelectual de los educandos.
Mantener la atención y enfocar el grupo escolar hacia los propósitos cognitivos es todo un desafío para las maestras y los maestros.
Sumado a esto, otra de las dificultades es el entorno de exigencia administrativa de tiempos y movimientos en materia de calificaciones y en las lógicas de las áreas que certifican y acreditan grados escolares y niveles educativos, los ajustes al calendario escolar que desalinean los requerimientos de las áreas.
Los niños y las niñas del preescolar y del primer ciclo de educación primaria asisten con sueño a clases, los procesos de atención y de apropiación de los contenidos están limitados por esa razón. No parecen dormir lo suficiente por las altas temperaturas.
Según demuestran algunos estudios sobre el tema, el calor excesivo (sensación térmica) confunde al hipotálamo, por ende, se produce una sobre excitación del cerebro, por lo que es más difícil conciliar el sueño. Si el sistema nervioso aprovecha las horas de sueño para realizar funciones de mantenimiento necesarias para su correcto funcionamiento, es comprensible su impacto en las capacidades cognitivas un día después.
Los niños y las niñas de la parte alta de la educación primaria y de la educación secundaria se manifiestan atípicamente inquietos y atraviesan dificultades para sostener la escucha activa y la concentración en la propuesta de aprendizaje.
El calor está siendo factor en la educación de calidad esperada y mueve la agenda de actividades al aire libre y sentir dentro del salón de clases.
En un estudio citado por BBC News del 31 de mayo de 2018 en el cual, investigadores de las universidades estadounidenses de Harvard y la UCLA como Joshua Goodman, entre otros, se concluye, después de analizar los resultados de los exámenes PSAT de 10 millones de estudiantes durante 13 años, que cuando aumenta el calor, disminuye el rendimiento escolar.
Los expertos calcularon que por cada aumento de O.55 grados Celsius en la temperatura promedio durante el año, ocurre una caída del 1% del aprendizaje.
No sé puede subestimar ni en casa, ni la escuela, el impacto de las altas temperaturas en el aprovechamiento escolar.
Lo idóneo es la climatización a través de aire acondicionado o ventiladores apropiados a la dimensión de los salones de clases, bibliotecas, laboratorios, salas de computación o talleres.
No en todas las escuelas hay equipamiento de aire acondicionado o ventiladores, la atípica ola extendida de calor sorprende a muchas escuelas públicas donde los recursos propios o las colaboraciones de los padres y madres de familia son insuficientes para adquirir un mínimo de aparatos.
Donde hay recursos a veces prevalece insensibilidad o incapacidad de resolución o gestión expedita. Como aquella respuesta de un director de secundaria “doctorado”, que ante la solicitud de un ventilador por parte de una docente que atiende el taller de Tecnologías Computación, convertido en sauna, sólo recibió el dicho siguiente: “Aguanten un poco, al cabo el calor solo dura unos días”.
O aquella subdirectora de educación secundaria, omisa, silente en participación en el Consejo Técnico Escolar, doctorada también por Universidad patito, ante el reporte de que se acabó el agua en la sala de maestros sólo fue capaz de decir: “En la cooperativa venden de medio, de a litro y de hasta litro y medio”.
El calor y las conductas de los alumnos y alumnas, la viabilidad de los aprendizajes reales; el calor y los comportamientos de los maestros y las maestras, sus didácticas y estrategias para enseñar en condiciones ambientales de altas temperaturas.
La oportunidad de fortalecer resistencia y resiliencia como capacidad física y como agenda actitudinal, pero también el desafío de mejorar las condiciones materiales de enseñanza y aprendizaje.
Las escuelas, las aulas y espacios de concentración humana han de contar con las condiciones materiales básicas para el desarrollo de sus tareas formativas.
Generar ambientes de aprendizaje, favorecer el clima físico y social, es también responsabilidad de los distintos niveles de autoridad que concurren en el hecho educativo.
Mientras, como otra experiencia institucional de sadismo evaluativo basada en resultados de aprendizaje, está semana, se aplica en educación primaria y secundaria la prueba denominada “Recrea Avanza”. 80 reactivos de anónima autoría para evaluar aprendizajes en Español, Matemáticas y Formación Cívica y Ética (FORCE).
Objetos de deseo pedagógico como comprensión lectora, resolución de problemas matemáticos y la nueva agenda para formar la futura ciudadanía a través de reactivos de singular rareza en materia de FORCE cómo si la formación moral o cívica obedeciera a evocaciones conceptuales.
Mientras, la propuesta en la 8ª sesión de CTE paradójicamente es la evaluación formativa, la asincronía de Recrea Avanza, en una idea insostenible de ingenuidad estandarizada que naufraga en las arenas movedizas de lo medible, resbala en un esquema difuso de cuáles son los aprendizajes esperados esenciales ajenos a los múltiples diagnósticos, contextos y proyectos de mejora que intentan respetar procesos, intereses y ritmos de aprendizaje.
Ojalá que los resultados de la experiencia evaluativa justifiquen el gasto presupuestal y energético de niñas, niños y adolescentes, maestras y maestros y directores(as).
En tanto, aunque en las bibliotecas escolares de la educación básica la novela de Rayuela no es uno de los textos presentes, tal vez sea una novela que sería deseable leer y que debería estar presente en las salas de maestros y maestras en servicio y tal vez lectura obligada en las instituciones de educación Normal.
Rayuela, novela escrita por el argentino Julio Cortázar, publicada justo el 28 de junio de 1963, cumple 60 años.
Releer o hacer una primera lectura tal vez sea un viaje gratificante, aunque sólo sea por rayuelear como cronopios por ese juego de lenguaje del autor o por esas múltiples entradas a las historias sin orden numérico específico, jugar, saltar y suspender-se en el aire en la brevedad del tiempo y el espacio (París, Argentina) a ritmo de Jazz o tango.
El salto de lectura por cada uno de los cuadros de la rayuela, como en esa figura metafórica del juego del “avión” o el “bebeleche” como se le conoce a tal juego infantil en México.
Leer literatura del boom latinoamericano, leer al maestro Cortázar mientras nuestra frente educadora busca soluciones al desafío de fin de cursos y deja correr las perlas de sudor mientras imaginamos la semioscuridad de algunas indecisiones pedagógicas o de un salón de música Jazz al calor y al ritmo de ese poema interracial de autores y músicos, en los acordes que nacen en lugares como New Orleans en días de guerra fría de los Estados Unidos de John F. Kennedy.
*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]
Somos cronópios del diario acontecer, cuidando los recuerdos, más nunca con pretensión de retener o atar, permitendo ser libres, pero siempre abiertos a su regreso y cuidado.
Cronopios supervivientes en el comal que atisba el sobre calentamiento incómodo de seres finitos que siempre retornarán sobre sí.
Rayuela, viajar por medio de la lectura , estar ahí junto a la maga en el club de la serpiente, hablando del sentir de los profesores en la actualidad, platicar de q hemos hecho para mitigar un poco el calor dentro de un aula con 37 niños y niñas y q lo q desean es salir a jugar, rayuela o lo q sea, y cuando el maestro o maestra ya esta decidido para salir al patio lo encandila el reflejo de la luz solar en el cemento o concreto por q muchas esc no tienen ni siquiera una sombra pa salir a brincar. Aún así con las adversidades estamos los profes queriendo cambiar algo para mejorar en comunidad. Saludos maestro Rubén. Abrazos Gris.