Atención a los detalles

 en Alma Dzib Goodin

Alma Dzib Goodin*

Vivimos a una velocidad donde los segundos deben durar minutos, por lo que no tenemos tiempo para decir “Te amo” o para desear un buen día a los demás. Pasamos por la calle ignorando a los demás, porque saludar o mirar a los ojos quita tiempo. Las cosas se hacen sin planear, se hacen porque deben hacerse. Si se hace una búsqueda por internet, del millón de resultados, solo se ha de abrir el primer link, y se extraerá a velocidad la información, sin pensar en su relevancia… vivimos sin planear y sin tomar en cuenta los detalles.
El problema de que eso sea la regla, es que el mundo rápidamente se comienza a dividir entre los que dan importancia a las cosas bien hechas y los que no. Los que van a tener un empleo y éxito en la vida, y los que no. Los que se toman tiempo para analizar cada paso que dan y los que no.
Los que son poco cuidadosos de sus acciones y su entorno, buscan una receta rápida, casi mágica de cómo hacer las cosas bien. Por eso existen los libros de autoayuda y los miles de consejos para tener éxito. Usualmente son 10 pasos, aunque por las prisas solo miran los 3 primeros. La falta de atención llega a extremos tales que causa accidentes e incluso la muerte. “Juro que no le vi, soy un conductor muy cuidadoso, pero no le vi”, no observar los detalles cuesta millones de dólares a las empresas, mata personas en accidentes que se pudieron evitar tan solo poniendo atención.
A diferencia de la creencia popular de que los seres humanos nacen con la capacidad de poner atención, en realidad es un proceso que ha de desarrollarse a partir de la estimulación del medio ambiente. Se sabe que los problemas de atención corren de una generación a otra, pero no se debe a la genética funcional, sino a la incapacidad de enseñar algo con lo que no se cuenta. Pasamos entre muchas personas, sin que nadie note nuestras faltas de ortografía, o bien sin que se den cuenta de que nuestras ideas no tienen ninguna lógica. Escribimos como pensamos y nunca planeamos nuestro discurso.
Todo fluye sin que nadie nos señale que hay formas más simples de hacer las cosas, o bien, sin enterarnos de nuestras propias debilidades. Hasta que comenzamos a soñar con el empleo en que se gana bien, pero al que solo algunos tienen acceso. Aquellos que sean capaces de centrarse en las metas y planear los pasos necesarios para alcanzarlas, notando cada pequeño detalle, pues cada uno puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso. Es entonces que puede hacerse conciencia de que algo falta en nuestra vida cotidiana.
Mi papá siempre decía que la diferencia entre ser bueno y ser el mejor eran 5 minutos. 5 minutos más de estudio; 5 minutos más para compartir con la familia o amigos; 5 minutos más para uno mismo. La atención a los detalles se convirtió en una constante que me ha salvado el trasero en más de una ocasión. Lo difícil ha sido contagiar de ello a las personas alrededor, pues muchos piensan que es una exageración, por ejemplo, leer en voz alta las ideas, pues si ya se escribieron no ameritan una segunda vista, pero siempre hay detalles que arreglar, y en ocasiones pueden hacerse 4 o 5 revisiones y los detalles permanecerán.
Prestar atención a los detalles es una forma de ver el mundo y responder ante él, que permite no quedarse con la primera impresión de las cosas. Es escuchar una noticia y dudar de su veracidad hasta que se contraponen diferentes fuentes. Es ir más allá, crear una opinión en base a hechos. Es darse un tiempo para encontrar las respuestas a las preguntas formuladas, y no permitir que otros respondan a situaciones que no he sido capaz de mirar. Es la diferencia entre un pueblo informado, y no uno formado en las ideas de unos cuantos.
En este sentido, la atención es un tema no solo cuando un niño es incapaz de poner la vista al frente, pues muy probablemente, vive en un ambiente donde la primera impresión es válida, para no tener que ir más allá. Después de todo, una pastilla permitirá continuar ignorando que la atención es un proceso complejo que nos afecta a todos.

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. [email protected]

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